HRYF, la tienda de perfumes de autor de A Coruña con olores que son «como obras de arte»

De camino al Palacio de la Ópera, en el número 12 de la calle Sinfónica de Galicia esperan dos grandes ventanales que dan paso al interior de una tienda muy minimalista, casi como una galería de arte. Es HRYF, el espacio de perfumes de autor creado por Yevhen Rubaniak, que, después de conocer el sector de los perfumes nicho trabajando en Valencia en una de las boutiques multimarca de lujo más reconocidas de España, decidió emprender y traer a A Coruña perfumes que cuentan historias para gente que «quiere contar una historia» con su olor.

Yev, como le conocen sus clientes y amigos, nació en Ucrania, en un pueblo muy pequeño cerca de Moldavia que se llama Dnistrivka. «Me vine a España en el 2004. Primero vino mi madre en el 2000 y después, poco a poco, nos empezó a traer a todos», recuerda. Se mudó a Elda, en Alicante, «en la ciudad del calzado», y ahí empezó a trabajar como modelo. Chapeau, una boutique de lujo de Valencia, estaba buscando una persona para su tienda y Yev acabó trabajando allí. «Me independicé de un día para otro, dejé Elda y me mudé a Valencia y allí estuve seis años trabajando como asesor de ventas», recuerda. Un día descubrió Galicia y en el 2018 se compró un apartamento en Foz. «Empecé a venir más y más, me encantaba la comida y la gente». Le gustaba tanto que llamó a la puerta de Ottodisanpietro, donde estuvo trabajando dos años. Fue después de mudarse a A Coruña cuando empezó a darle forma a la idea de emprender. Primero lo hizo con una tienda de productos del este, «que fue un éxito», y que Yev finalmente traspasó para hacer lo que realmente le apasionaba: el mundo de los perfumes de autor, el mismo que había descubierto durante sus años de trabajo en Chapeau en Valencia.

Con un olfato para los olores distintos y únicos, en HRYF tiene una selección de los aromas que más le gustan de firmas internacionales y nacionales. «Cada una de las marcas es como una obra de arte», asegura. «Son perfumes con calidades más altas que los más comerciales y hechos en producciones más reducidas», explica. «Las marcas crean una historia y están dirigidas a esas personas que vienen buscando la suya: un recuerdo olfativo que tuviste en la infancia, una nueva historia en tu vida o simplemente oler bien». Pone como ejemplo Hunq, una de las casas de Ámsterdam con la que trabaja, en la que cada uno de sus perfumes recrea un prototipo de hombre «con el que fantaseas, desde el jardinero o el carpintero hasta el mecánico, que es una fragancia complicada que huele a taller». También tiene otras marcas más místicas como Stora Skuggan, de Estocolmo, que se inspira para crear cada perfume en mitos y leyendas; Abel, que también es de Ámsterdam, y hace perfumes 100% naturales u otras marcas nacionales como Beso Beach, que nació inspirada en el famoso chiringuito de Formentera. «Es puro mediterráneo. Una de sus fragancias es Beso negro, que se inspira en un beso después de una fiesta bajo la luna en la playa». Para Yev lo importante es que cada cliente encuentre el olor que le traiga un recuerdo o con el que quiera «dar comienzo a una nueva historia».

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