Edgar López dejó la música por la madera. Hace muebles encastrados, en los que no hay clavos, y con madera maciza para que duren más años y sean más sostenibles
19 nov 2022 . Actualizado a las 11:49 h.Gharucho es el nombre con el que conocen a Edgar López en Curtis, su tierra natal. «Empezó siendo Edgarucho y de ahí derivó a Gharucho». En su casa tuvo el primer contacto con la madera: su padre y su abuelo hacían algún mueble para la familia. Con las manos como su mayor tesoro, Edgar estudió piano y durante tres años estuvo viviendo y trabajando como pianista en Países Bajos. Al volver a Galicia, y mientras daba clases de música, Edgar retomó el contacto con la madera. «Conocí a un ebanista que hay en Corcubión que se llama Frank Buschman y a partir de ahí, y después de varias clases, empecé a trabajar con la madera». De este artesano aprendió la técnica del encastrado, que permite unir las piezas de madera de los muebles como si fuesen legos. Edgar se enamoró de esta técnica sin clavos y creó Gharucho Woodworks, su taller de muebles y piezas de madera maciza en el número 11 de la calle Friol, en A Coruña
En su espacio de trabajo en Monte Alto, en un barrio repleto de artistas, Edgar pasa el cepillo sobre la madera como si deslizase los dedos por el teclado del piano. Quita importancia a su trabajo y dice que todo es cuestión de práctica: «Siempre comparo el trabajo del ebanista con el piano: al final si le echas horas acabas siendo bueno. No hay talento, son horas de trabajo».
La técnica que emplea de encastrado es una forma de trabajo artesanal que para Edgar es volver a lo de antes para crear muebles duraderos. Usa madera maciza y todas sus piezas tienen un acabado natural. En el taller trabaja estos días con pino gallego. «Me gusta respetar el carácter que el árbol imprimió en cada madera». Hace muchos muebles a medida y adaptados a las necesidades de los clientes. También tiene una pequeña colección de hogar, con piezas más pequeñas, como tablas de cortar o unas originales hueveras. En su perfil de Instagram, en el que define su trabajo como «muebles únicos para hogares diferentes», pueden verse sus piezas, con mucho diseño, y un toque muy nórdico, por la pureza de las líneas. Unos bancos y mesas tan delicados como la melodía del piano.