Doña Bárbara, café de especialidad para llevar en A Coruña con un guiño a Venezuela

Patricia García Lema
Patricia García A CORUÑA

A LA ÚLTIMA

Yeli Andrade y Andrés Guerrero abrieron este pequeño local en el que juntan sus dos pasiones: el café y la lectura de revistas

27 oct 2021 . Actualizado a las 22:57 h.

Uno de los planes favoritos de Yeli Andrade y Andrés Guerrero era, en sus días libres, bajar a tomar un café y alguna revista o el periódico. «Conocimos el café de especialidad hace poco más de dos años». Hicieron un viaje a París y descubrieron varios cafés de especialidad que reunían todo lo que a ellos les encantaba: «Había uno, Boot Café, que era muy conocido por su fachada azul que nos inspiró mucho porque era un café pequeño, informal, relajado y con revistas». Y de ese viaje y después de trabajar y ahorrar mucho nació Doña Barbara, un café de especialidad para llevar en el número 3 de Alfonso Molina, donde la avenida se funde con la calle Fernández Latorre.

El escaparate de la cafetería de Yeli y Andrés
El escaparate de la cafetería de Yeli y Andrés CESAR QUIAN

El nombre Doña Bárbara es un homenaje a Venezuela, de donde son Yeli y Andrés. «Es el nombre de la novela más famosa de Venezuela, que fue escrita por Rómulo Gallego, que fue presidente del país, en 1929. Queríamos hacerle un guiño a nuestra tierra”» Los dos hablan de la tercera ola del café: «Casi todo el mundo toma café, pero ha sido el gran desconocido. Hoy sabemos todo la historia que hay detrás de un grano, que hay implicadas muchas manos, desde el agricultor, al tostador y el barista, que somos el último eslabón». Yeli explica que hay dos características que diferencian al café de especialidad: «Una es la calidad del grano, que se recoge en el punto óptimo de maduración, y otra es la trazabilidad». En su caso, el café lo tuestan en Madrid los creadores de Hola Coffee, «que fueron unos de los primeros en España en trabajar el café de especialidad». En Doña Bárbara, ellos se encargan de sacarle todo el jugo a los granos.

En su precioso local tienen un banquito en la repisa del escaparate para pararte a tomar el café si te apetece pasar un ratito en Doña Bárbara. Yeli y Adrián empiezan a trabajar muy temprano: llegan a las seis de la mañana para hornear algunos dulces caseros con los que acompañar sus cafés. «Todo es casero y artesano». Tienen brownie, galletas o unas trenzas de canela «que están siendo la sensación». También venden revistas independientes, cafeteras y bolsitas de diferentes cafés que irán cambiando según la estación. A cada taza de café le ponen mucha pasión y eso es lo que intentan trasladar a sus clientes: «Para nosotros el café es casi terapéutico, estar aquí con la máquina nos relaja».