Pique-nique, pícnics ricos, bonitos y sostenibles en A Coruña

Patricia García Lema
Patricia García A CORUÑA

A LA ÚLTIMA

Ángel Manso

Ana Blanco y Amanda de Diego crearon este servicio para disfrutar de una comida en el campo. Ellas se encargan del montaje, del ágape y de todo lo necesario para pasar un día al aire libre

24 jun 2021 . Actualizado a las 14:13 h.

Son amigas desde hace más de 15 años. «Nos conocimos veraneando en Redes», recuerdan Ana Blanco y Amanda de Diego. La vida las llevó por caminos separados, pero siempre estuvieron en contacto. Un día soñaron con montar algo juntas: se imaginaban organizando pícnics ricos, bonitos y llenos de detalles. Un día Ana llamó a Amanda: «¿Te acuerdas de aquella idea que me comentaste? ¡Vemos a hacerla!». Así fue cómo nació Pique-nique, su proyecto para la organización de pícnics sostenibles, y muy fotogénicos, en A Coruña.

Ángel Manso

Tienen su base de trabajo en el número 13 de la calle Nuestra Señora del Rosario, en la Ciudad Vieja. Allí está El Taller de Amanda, la marca matriz que engloba diferentes proyectos. Este local es por un lado un espacio para dar cabida a marcas de artesanos y desde el cual se preparan cestas y regalos de empresas. También comparten espacio con los complementos de Tatiana Rego, la madre de Amanda. El espacio, la antigua Fundación, es ahora también la base de operaciones de Pique-nique. Desde allí Ana y Amanda dan forma a su sueño. «Nosotras nos encargamos de todo, de la parte de organización, de buscar las ubicaciones, de preparar el menú y de recoger después todo. El cliente solo tiene que ir al sitio, a las coordenadas que le demos, y a disfrutar del pícnic».

En la web tienen toda la información sobre los pícnics disponibles y cómo hacer la reserva. Por ahora tienen disponibles dos modalidades: uno para dos o tres personas y otro para un grupo. «Intentamos adaptarnos lo máximo posible a lo que nos piden. Si buscas algo que no está en el menú, intentamos conseguirlo. Hay opciones de todo tipo: pan sin gluten, menú vegetariano…». Tienen dos ubicaciones preseleccionadas para desplegar el montaje entre Mera y Santa Cruz, «no desvelamos la situación exacta para que sea un poco sorpresa». «El cliente también puede elegir que lo montemos en otro lugar o incluso en su casa». Para el montaje del pícnic no usan nada desechable. «Usamos vajillas antiguas, servilletas de tela y dejamos una bolsita para que después te lleves la comida que sobre. Recogemos todo y todo es lavable para evitar generar residuos». Para el menú buscan alimentos de kilómetro cero y «trabajamos con pastelerías familiares como La Vienesa». «Siempre tuve alma de organizadora», cuenta Amanda. Las dos esperan seguir creciendo y, además de pícnics, quieren organizar más experiencias y eventos.