Lucía Rodríguez se encarga de «rehabilitar el movimiento de todos los alumnos que entran por la puerta» de este estudio en el que se practica el pilates más clásico
01 abr 2021 . Actualizado a las 22:38 h.Nada más entrar por la puerta de Mob Club Pilates, Jaleo, el perro labrador de Lucía Rodríguez se levanta para buscar mimos. «Le pusimos Jaleo porque cuando llegó fue un jaleo», recuerda feliz Lucía. De eso hace ya diez años. Jaleo fue su compañero de rehabilitación. Hoy es la mascota de este estudio de pilates de la plaza da Igrexa Nova en Sada, un «club del movimiento» en el que Lucía trabaja para «rehabilitar el movimiento de todos los alumnos que entran por la puerta».
Natural de Ávila, llegó a Galicia hace diez años. Técnica de rayos de profesión, empezó a trabajar pilates como parte de su terapia de rehabilitación tras operarse de la espalda. Se le daba bien, y una amiga la animó a sacarse el título. Se quedó a trabajar en el centro en el que practicaba pilates hasta que la llamaron para trabajar en una clínica en Sada. Allí estuvo en un primer piso hasta que su jefa se jubiló y Lucía se quedó con el traspaso. En junio del año pasado decidió llevar su estudio a la calle y creó este espacio de 120 metros cuadrados en el que imparte clases grupales, individuales y online. «Somos un centro postmandemia». Hoy está un poquito más feliz porque acaba de recibir dos máquinas, un reformer y un cadilac, con los que trabajará «el auténtico pilates» en las clases individuales.
«En las clases privadas lo que se hace es un traje a medida de cada persona. Evaluamos las capacidades de cada alumno y adaptamos los ejercicios en función de cada uno de ellos». A su centro acude mucha gente mayor, personas por las que Lucía siente devoción. «Cuando tuvimos que cerrar tenía alumnas de 87 y 88 años que se conectaban todos los días por Zoom para seguir moviéndose en las clases online. Para mí es súper gratificante». Está agradecida por el apoyo de sus alumnos. «Nos han apoyado mucho. Fue increíble ver sus expresiones sin mascarilla». Reivindica que, sobre todo para la gente mayor, «es fundamental moverse». «El parón de tres semanas que tuvimos fue un abismo para muchas personas».
En su estudio trata de que cada persona se sienta un poquito mejor. «Para mí este centro es un refugio, con cada sesión intentamos recomponer el cuerpo de arriba a bajo».