Obradoiro, pan de San Isidro y cruasanes en la plaza de Pontevedra de A Coruña

Patricia García Lema
Patricia García A CORUÑA

A LA ÚLTIMA

Rosa convirtió este local de 30 metros cuadrados en una panadería y pastelería que invita a pararse para probar su rica bollería. Su «bestseller», los vigilantes, un cruasán argentino hecho con mantequilla y azúcar

11 mar 2021 . Actualizado a las 16:25 h.

Rosa Cerchar pasaba todos los días por delante del número 5 de la plaza de Pontevedra en su ruta diaria de reparto de pan. Llevaba dos años trabajando para Horno San Isidro y se encargaba de suministrar pan a las plazas y otras panaderías. Un día vio que ese pequeño local que durante muchos años funcionó como estanco, se alquilaba. «Pensé: aquí quedaría bien un despachito de pan». Llamó al dueño del local, lo fue a ver y dos semanas más tarde, lo alquiló: «Lo vi un día iluminado y lo tuve claro». Así fue como nació Obradoiro, su panadería y pastelería en la plaza de Pontevedra, un espacio que llama la atención por su tamaño -el local, muy estrecho, solo tiene 30 metros cuadrados- y por su escaparate lleno de algunas de las piezas de bollería que hornean allí.

EDUARDO PEREZ

«Lo cogí en diciembre y en febrero abrimos». Con ella están Vilma y Yolanda, que la acompañan en esta aventura y se encargan de la parte de la repostería y bollería. Rosa está ilusionada con su nuevo proyecto: «Estamos muy contentas porque la acogida está siendo muy buena y vemos que la gente repite». Cada dos por tres se forma una pequeña cola delante de esta panadería. Es como una tentación para todas las personas que pasan por delante de la plaza de Pontevedra. A mano derecha, el histórico bajo tiene un bonito escaparate de cristal. La tía y la madre de Rosa se encargaron de decorarlo con hojas de trigo seco y algunos de los panes que vende dentro de la panadería.

EDUARDO PEREZ

Entre los productos que más están gustando, Rosa destaca los vigilantes, unos cruasanes argentinos con mantequilla y azúcar. «Y los dónuts artesanos, que los encapotamos con chocolate belga». También llaman la atención los mini cruasanes (los de pistacho están de foto). «Y las empanadillas son un éxito, sobre todo la de cecina y queso de cabra». En la zona de panadería tienen muchas variedades de pan, como el alemán, el de espelta o el de centeno. Todo viene de Horno San Isidro, también las empanadas, otra de sus especialidades, y por la que preguntan muchos de los clientes. «Es una tienda pequeña, pero tenemos de todo. ¡Hasta café para llevar!».

Rosa está contenta con la nueva aventura. Su optimismo se contagia. Antes de trabajar en el mundo del pan, fue pescadera, trabajó en una tienda de ropa y «hasta monté un centro de buceo en Colombia, donde nací y donde estuve viviendo dos años». Ahora, con la ayuda de Vilma y de Yolanda, trae de vuelta ese olor a panadería de toda la vida a la plaza de Pontevedra, donde los clientes bucean entre riquísimos cruasanes y panes.