Cestas de mimbre, termos para el café y cajitas de queso listas para tomar al aire libre. Las tiendas de la ciudad se preparan para atender el aumento de productos outdoor
08 mar 2021 . Actualizado a las 17:22 h.«Traje las primeras cestas de pícnic a finales de febrero por si en marzo hacía buen tiempo. Ya están todas agotadas». Bárbara López-Amado, de El García and Co, el ultramarinos de diseño de la calle San Roque, está preparándose para la segunda ola de cestas de pícnic. Ella, que está a punto de cumplir tres años al lado de la plaza de España, notó como en el último aumentó la demanda de productos para pasar más tiempo al aire libre. Y montarse un pícnic, en el campo o en la playa, es uno de los mejores planes posibles. Sus cestas son las clásicas que había antiguamente en todas las casas. Algunas de ellas incluso tienen una pequeña bolsa térmica para mantener frescos los alimentos y las bebidas. «Pedí una para mí el año pasado y la puse en la tienda. Entró una chica y me pregunto cuánto costaba, se la quería llevar. Entonces decidí traer más. Desde entonces se vendieron muchísimas, incluso hubo rotura de stock». Ahora está pendiente de recibir nuevas cestas, de dos y cuatro servicios. Las de la foto ya están reservadas: Bárbara las vendió a través de Instagram. En la tienda también notó un aumento de los productos gourmet y para completar el momento pícnic está pendiente de recibir unos manteles y servilletas hechos en A Coruña. «Y si quieres el lookazo de picnic te lo hacemos también».
Con Bárbara está Alma García, del restaurante Greca. La hostelería lleva reinventándose desde hace un año. La demanda de productos a domicilio derivó en encargos para comer al aire libre. Y la opción del pícnic es de lo más apetecible. Alma propone en su local un menú que se sale de la tortilla y la empanada. «Y que además de pedirlo también lo puede preparar la gente en casa». Su propuesta de pícnic lleva rabanitos encurtidos, ensaladilla con berzas, bocadillos tipo caprese, hummus y diferentes tipos de pan. «Son platos más o menos fáciles, pensados todos en frío, que se conservan en bolsas térmicas». También incluyen frutas, «que siempre le dan color a un picnic». «Es una idea para que no todo sea ensalada de pasta o tortilla».
Hay más tiendas que han incorporado la opción del pícnic a su oferta. En la Queixería Praza de Vigo prepararon unas cajitas con queso y fruta que están listas para colocar sobre el mantel. Borja Guerra, el encargado de este paraíso para los amantes del queso, lo plantea como una buena idea para comer con las manos. «Se hacen por encargo y con productos frescos. Están pensados para dos personas y llevan quesos y frutas de temporada». Pueden prepararse de muchas formas. Borja eligió para los primeros picnics comté y queso manchego, «que son más fresquitos».
«La gente pasa más tiempo al aire libre y quiere productos más especializados». Eva Rodríguez es la mitad de Varaston, la utilería de la calle Pio XII, que vio como la sección destinada a productos outdoor fue creciendo en el último año. «No paran de preguntarnos por este tipo de productos». Aquí tienen el pack completo: con manta y cesta incluida para cargar con el pícnic. «Ahora se busca un ocio más práctico y sencillo». Y ahí es donde entran los objetos de Varaston: «La gente quiere cosas que sean resistentes, un producto bueno que lo puedas usar muchas veces. Un buen termo, un textil que puedas tirar en el suelo y aguante…». Porque en Varaston ven cómo el pícnic o las salidas de fin de semana para respirar aire libre están creciendo como respuesta saludable y divertida frente a tanto confinamiento.