Las Pintor, las hermanas coruñesas que crean prendas con cáscaras de cebolla y aguacate

Patricia García Lema
Patricia García A CORUNA

A LA ÚLTIMA

Marta e Inés Pintor crearon esta marca de ropa con tejidos y tintes naturales hechos a base de productos que recolectan de los restos de restaurantes

17 oct 2020 . Actualizado a las 18:24 h.

Cáscaras de cebolla, mondas de aguacate, restos de granada, nueces… Podría ser la lista de la compra. O los ingredientes que necesitan Marta e Inés Pintor para crear sus propios colores con los que teñir las prendas artesanales de su marca: Las Pintor. A estas hermanas coruñesas el apellido les viene al pelo: acaban de lanzarse al mundo de la moda sostenible pintando prendas con cualquier alimento que se puede encontrar en la nevera. En su caso, para respetar el medio ambiente, todos los ingredientes que meten en la olla a cocer para sacar sus pócimas de color proceden de las sobras de comida de restaurantes.

«Hace tiempo empecé a experimentar con tintes naturales. Estábamos un verano de viaje y nos pusimos a pensar en cómo hacer algo con esos tintes. Así nació este proyecto como algo pequeñito», cuenta Inés. Su hermana Marta puso la estrategia: «Mi proyecto de fin de carrera (estudió Derecho y ADE) fue de moda sostenible». En su perfil de Instagram pueden verse algunos vídeos creando las pócimas secretas. «El proceso empieza buscando los materiales que vamos a utilizar. Por ejemplo, recuperamos unos rollos de tela de una fábrica de camisas que ya no iba a hacer nada con ellos». Para los tintes, tiraron de la ayuda de conocidos: «Hablamos con amigos y restaurantes que nos ayudaron a recolectar las cáscaras de aguacate o cebolla que se iba a tirar». Su filosofía es intentar crear «a partir de desperdicios», desde los restos de aguacate a la piel que recubre una nuez. Primero tiñen, después confeccionan. «Ahora tenemos pantalones, unas camisas que van bordadas a mano, pareos y una sección que le llamamos 'los reciclados' en la que, a partir de vaqueros de segunda mano, les damos una segunda vida tiñéndolos con tintes naturales».

Estos días están experimentando con una línea de ropa interior sostenible, y siguen ensayando con más ingredientes para sus tintes: «El otro día vimos que ya había muchas cáscaras de castañas y pensamos en usarlas. Al final, metes al caldero diferentes cosas y vas probando. No todo lo que tiñe permanece. La cúrcuma es muy espectacular, pero muy fugaz. La magia de los tintes naturales es que van cambiando con el tiempo». Cuentan que la acogida está siendo buena: «Nosotras también cuando empezamos con la marca teníamos un consumo responsable. Nos planteábamos hacernos nosotras la ropa o comprar de segunda mano». Parte de esa forma artesanal de confeccionar las prendas lo aprendieron en casa: «Nuestra familia siempre fue muy de hacerse ropa, de tejer y de bordar. Es un poco como seguir la estela familiar».