La mítica firma coruñesa de moda crea un revolucionario espacio sostenible con el medio ambiente en el que te puedes tomar un café y una tostada kilómetro cero y bajar a limpiar una playa o apuntarte a un curso de concienciación medio ambiental
13 sep 2020 . Actualizado a las 14:03 h.¿Dónde surgen los mejores planes? Seguramente, alrededor de una mesa y con una taza de café en la mano. Y si esa taza está hecha con posos de café reciclado, mejor todavía. Con esa idea de concienciar, de crear una hostelería que se salga de lo común y en la que, además de poder tomarte una tostada de pan hecho con masa madre y aguacate, también puedas apuntarte a un taller sobre concienciación medio ambiental o bajar a limpiar una playa, abrió hace unas semanas Vazva x We, un «meeting point» sobre sostenibilidad en el número 14 de la avenida de Barrié de la Maza, justo al lado de la mítica tienda de la marca coruñesa de surf, que este año cumplió 15 años. El nuevo espacio ocupa el bajo contiguo a Vazva, un local que en otra época fue una heladería. Ahora está lleno de vida: desde primera hora hay gente tomando café, escuchando las explicaciones del equipo de Vazva sobre el origen de todos los productos de kilómetro cero que sirven, leyendo algunos de los mensajes que están impresos en las paredes y que recuerdan que cada año se vierten al mar ocho millones de toneladas de plástico.
«Es un proyecto orgánico, lo que hacemos lo hacemos de corazón», explica Óscar Vales, creador de Vazva e impulsor de We The Sustainability Project, la plataforma sostenible y de concienciación medioambiental y de cuidado de los océanos en la que cuenta con el apoyo de Hijos de Rivera. «Repiensa global, actúa local» es el lema de We que puede verse en la fachada del local. Dentro se respira comunidad: hay una parte de pequeños artesanos y artistas coruñeses dentro del café de Vazva. Los platos, por ejemplo, salieron de los hornos de Branqueta, «que es cerámica artesanal sostenible». Los vasos están hechos a partir de vasos rotos que se vuelven a reciclar, o los bowls, «que los hace Polo Enríquez con cristalería de las iglesias». Hasta los baños tienen sello local con ilustraciones del artista Richy Veiga que recuerdan la importancia de cuidar de los océanos. También hay más comunidad en la cocina: «La tarta y los bagels son del Valentín; toda la repostería de Habaziro; la fruta intentamos que sea de aquí…».
El local pronto crecerá con un aula para impartir talleres, un pequeño laboratorio de artesanos y concienciación medioambiental. Y así hasta cerrar un círculo: «Este es un punto de encuentro donde la gente viene a aprender y a hablar. Que tú puedas bajar a limpiar la playa, que después vayas a un taller de reciclaje de plástico al aula y que al acabar te tomes un café y comentes lo vivido».