Sandra López y Alejandro Martínez abrieron este espacio especializado en bebidas con escuela a lo «Masterchef» para que cualquiera aprenda a agitar con estilo la coctelera
18 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.En el número 57 de la calle Federico Tapia, justo enfrente de la sede del Colegio de Arquitectos, se levanta la primera tienda y escuela de coctelería de la ciudad. Sandra López y Alejandro Martínez son los padres de este proyecto, una evolución de su empresa de cáterin Le Boisson, con la que implantaron el cóctel como tendencia en las bodas de los gallegos hace cinco años. «Recuerdo que el primer año fue terrible, hicimos solo una boda», cuenta Sandra, feliz de poder abrir las puertas de su nuevo espacio, Lecole by Le Boisson. La tienda tiene un toque muy elegante, hay estanterías metálicas que llegan hasta el techo iluminadas con una luz que atrapa. Sobre las baldas, todo lo imaginable para crear una lista casi infinita de cócteles. En la tienda, abierta al público, hay de más de 200 referencias de cristalería, una sección solo de whisky (lo traen hasta de Japón), vermús, especias, productos bio y eco, algo de repostería y todo el menaje posible para crear el cóctel perfecto.
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La cuarentena despertó el instinto cocinero de muchos. También las ganas de aprender. Y a Lecole llega mucha gente buscando los ingredientes para preparar en casa su cóctel favorito. «Uno de los que está más de moda, que ya empezó a pedirse en 2019, es el pisco sour, que es un cóctel peruano. Lleva pisco, que es como un aguardiente, zumo de lima, azúcar, clara de huevo y bitter. Es muy fresco y fácil de preparar». Para servirlo, en Lecole recomiendan una copa tipo coupette, la clásica de champán: «Con la copa con tallo no aportas calor a la bebida y se mantiene la temperatura», explica Javier Mallo, el profesor coctelero de la escuela de Lecole. Sandra cuenta que estos días también se acercó mucha gente a preguntar por combinados para hacer en las fiestas caseras de San Juan.
Al fondo del local espera la parte de escuela. Al entrar se viene una imagen a la cabeza: parece el plató de Masterchef: en cada barra los aprendices tienen todo lo necesario para aprender a preparar el mejor cóctel. La escuela está pensada para profesionales (son la sede de la escuela Bartrainers, con sede en Madrid, Barcelona y Canarias), pero también para el público en general. «Tenemos talleres de iniciación para cualquiera que quiera aprender un poquito más sobre el mundo de la coctelería», apunta Sandra. El primero se celebrará a finales de mes y ya está completo: «Son todo chicas las que se apuntaron». Sandra cree que la visión de la coctelería cambió mucho en los últimos dos años en A Coruña. Cada vez se asocia menos con el ocio nocturno: «Los cócteles se pueden tomar a diferentes horas del día, desde el aperitivo, para recuperar ese momento familiar antes de la comida, a la tarde». Y la gran pregunta desde James Bond: el dry Martini, ¿agitado o removido?. Sandra lo tiene claro: «Sin duda, removido».
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