«Cambié los ramos de novia por los ramos de cebolletas»

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Raquel Becerra dejó aparcado su negocio de organizadora de bodas en A Coruña para abrir un ultramarinos en pleno confinamiento

11 jun 2020 . Actualizado a las 07:57 h.

La pandemia cambió los planes de Raquel Becerra. Esta coruñesa organizadora de bodas empezó a ver cómo durante la cuarentena se le cancelaban todas las ceremonias que tenía previstas para 2020. «Me empezaron a llamar para aplazarlas para 2021 y me quedé sin trabajo. Empecé a pensar en una solución, y vi que lo único que no dejamos de hacer durante el confinamiento fue comer». Se puso a buscar proveedores cercanos y, con la fase 1, vació su local de decoración y eventos del número 106 de la avenida de Finisterre y lo transformó en un ultramarinos: Casa Becerra. «Cambié los ramos de novia por los ramos de cebolletas», cuenta feliz, vestida con un delantal vaquero y dispuesta a atender a todos los clientes que entren por la puerta.

El ultramarinos tiene el toque personal de Raquel. En el suelo, las cajas de fruta descansan sobre alfombras muy Marraquech. Los estantes están llenos de botes de especies de colores que se venden a granel. Tiene 36 diferentes, «todas de Bernardino». También hay 14 tipos de té y pastas y legumbres al peso. Como todo ultramarinos, no falta la fruta, la miel o los vinos. «Todos productos de proximidad y de productores locales. Si yo quiero que apoyen al comercio de barrio también tengo que apoyar a los productores de aquí».

Los callos de Isabel

Uno de los fuertes de Casa Becerra es la comida preparada para llevar. En concreto, los callos. La receta se la enseñó a Raquel su madre, Isabel, que durante 54 años tuvo un puesto de carne en la plaza de Lugo. «Vienen muchas clientas preguntando por los callos de Isabel». Raquel tomó buena nota de más platos estrella de su progenitora y los llevó para su tienda, como el jamón asado o los chicharrones. En otra nevera, esperan unos postres caseros que prepara el compañero de tienda de Raquel: «Ismael Devesa es repostero y hace unos postres muy ricos, como flan casero, arroz con leche o mouse de limón, fresa o kiwi. Cada semana van cambiando». Además, para hacer un poquito más sostenible la tienda, los postres se venden en unos botes de cristal reciclados. «Si nos lo traen de vuelta, les devolvemos 50 céntimos».

Raquel Becerra confiesa que la acogida está siendo buena: «Hay muchas clientas que están contentas de no tener que bajar la cuesta para ir al supermercado. De tener un sitio cercano y de confianza donde comprar”. Abre de lunes a viernes mañana y tarde, y los sábados y domingos por la mañana. «Así, si el fin de semana no te apetece cocinar o quieres venir a buscar un bocata para ir a comer a la playa sabes que puedes pasarte por Casa Becerra».