Montegrappa, piezas de diseño para toda la vida en la calle del Orzán

Patricia García Lema
patricia garcía A CORUÑA

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Diego Vázquez y Gabriela Casais son los creadores de este estudio de interiorismo y tienda de decoración en el que conviven objetos de artistas emergentes por todo el mundo

20 feb 2020 . Actualizado a las 18:14 h.

Montegrappa es el nombre de un barrio de Palermo, en Italia. También de una de las montañas del norte con más significado para el país de la pasta. Para los coruñeses, Montegrappa es un espacio donde se respira diseño. Un lugar para recopilar el talento de artistas emergentes por todo el mundo. Un espacio donde encontrar ese mueble con el que posiblemente algún día habías soñado. Este estudio de interiorismo y tienda de decoración y mobiliario es el proyecto de Diego Vázquez y Gabriela Casais. Empezaron en el 2012, en Monte Alto, y en octubre del 2018 se instalaron en su localización actual: el número 30 de la calle Orzán. Aquí se unen a otros comercios y marcas con mucha personalidad que llenan de vida esta calle de Pescadería.

En su tienda venden muebles contemporáneos: «Vemos que viene gente joven, de 20 o de 30, que quiere un mueble de madera de verdad, que sean piezas que duren y en las que merezca la pena invertir». ¿El mueble más vendido? «El aparador es lo más buscado». Gabriela y Diego explican que su público suele ser gente que cambia los primeros muebles de la casa, «los que tenemos o tuvimos todo el mundo por funcionalidad», por piezas en las que miran más la calidad y el diseño. «Es ese momento en el que dices: quiero una butaca de verdad». Además de los muebles, Montegrappa está llena de piezas de pequeños artistas, muchos de ellos emergentes, de todos los rincones del mundo. Entre ellas, las fotogénicas jarras y fruteros de colores de la marca danesa Raawii, con diseños que se inspiran en las formas del cubismo de principios del siglo XX. Hay piezas de cerámica de Portugal u obras de artistas gallegos como Edgar Ortiz o Pelo di Cane.

Marcas «honestas», tal y como cuentan los encargados de este espacio tan singular. Y una pieza animal muy especial, y que es ya un signo de identidad del proyecto de Grabriela y Diego: las esculturas de cerámica con forma de rinoceronte e hipopótamo, una «irrealidad animal humanizada» de Ornamente, que los dueños de Montegrappa tuvieron el ojo de fichar hace años en una visita al mercado de Palo Alto, en Barcelona. Desde entonces, Ceferino e Hipólito, que así se llaman estas figuras, van de la mano de Graciela y Diego.

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