Lidia Filgueira, delegada de la Asociación de Celíacos de Galicia: «Antes teníamos pocas opciones, no probé la pasta hasta la adolescencia»
A CORUÑA

Lleva toda la vida, desde muy niña, conviviendo con la enfermedad celíaca
12 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El próximo viernes 16 de mayo se conmemora el Día de la Enfermedad Celíaca, una oportunidad para dar visibilidad y concienciar sobre lo que supone esta dolencia no solo en materia sanitaria, sino también en esferas como la social. Lidia Filgueira (Mugardos, 1981) es desde hace unos meses la delegada de la Asociación de Celíacos de Galicia (Acega), además de creadora de contenido a través de una cuenta cuyo nombre lo dice todo: @lidiadisfrutasingluten. «Esto ha estado conmigo toda la vida. Era una cría con problemas de nutrición. Mi madre acudió a un sinfín de especialistas hasta que en A Coruña el doctor García Alonso, que era de los pocos que sabían del tema por entonces, decidió hacerme pruebas que terminaron determinando, cuando tenía cuatro años, que era celíaca», recuerda.
—En aquellos años no se hablaba tanto del gluten como ahora.
—Era muy pequeña, pero lo que sí me quedó fijado en la memoria es el sabor del pan con gluten. Lo tomé por última vez con tres años y aún lo recuerdo. Pero fue algo complicado. En los supermercados no había productos específicos sin gluten. Tenías los huevos, la carne, el pescado... Y había una panadería aquí en Coruña que tenía pan sin gluten y magdalenas, que estaban bastante malas. Mi madre empezó a comprar en herboristerías productos que fueron apareciendo, pero teníamos muy pocas opciones. Para que te hagas una idea, yo no probé la pasta hasta la adolescencia. Y cuando pude hacerlo era algo muy caro. Ahora mismo, los productos sin gluten son como diez veces más caros, pero es que antes eran algo prohibitivo, y nosotros éramos una familia numerosa.
—¿Cómo le afectó de joven a sus relaciones sociales?
—No éramos tan conscientes de todo lo que podía contener gluten por el contacto cruzado, y eso terminó afectando socialmente, Afortunadamente, como lo mio fue desde niña, lo vas normalizando y no supuso un cambio traumático en la adolescencia.
—¿Qué es el contacto cruzado?
—Es nuestro mayor problema, con el que tenemos que luchar todos los días. Porque la gente no es consciente de que un mismo cuchillo con el que se corta el pan y luego, por ejemplo, un limón, ya tiene trazas, y eso nos afecta.
—¿Esa escrupulosidad se tiene en cuenta en los restaurantes?
—Hay de todo, restaurantes muy comprometidos y otros que, simplemente, no tienen ni idea del asunto. Y eso es lo que intentamos cambiar. Para nosotros es una garantía que un restaurante esté asesorado por la asociación, que haya recibido una formación, que tanto en cocina como en el servicio de sala se tengan en cuenta ciertos protocolos para prevenir ese contacto cruzado con el gluten. Pero no siempre es fácil, porque lo primero es que el propio restaurante esté dispuesto a seguir ciertas garantías. Eso implica la formación de todo el personal que va entrando en el negocio, actualizarse. No todos están dispuestos.
—Esas formaciones las brinda Acega.
—Sí, es una asociación sin ánimo de lucro y todas las formaciones que imparte para hostelería son gratuitas. Pero lo primero es verificar que los productos que se ofrecen en el restaurante están libres de gluten, claro.
—En ese sentido, ¿cómo ve la restauración en A Coruña?
—Tenemos mucha suerte con algunos restaurantes y obradores que nos ofrecen productos seguros cien por cien. Pero ya me gustaría que fuese algo más generalizado en la ciudad. No hay muchas opciones. Por ejemplo, hay pocos restaurantes tradicionales. Y en eventos como la feria medieval, San Juan, las Jornadas Lacónicas o los festivales de música, no tenemos opciones. Al final te da la impresión de que no puedes formar parte de estos eventos. No es fácil, vives con ese miedo, con esa inseguridad. Nada te asegura que están siguiendo bien los protocolos o si te vas a contaminar. Pero bueno, tienes que seguir haciendo tu vida e intentando apostar por los sitios seguros.
«La moda de comer sin gluten banaliza nuestra situación y genera confusión»
Lidia Filgueira celebra que cada vez se tenga más información sobre la enfermedad celíaca, pero no todo es positivo: «Cada vez se nos tiene más en cuenta, la gente va sabiendo que esto no es una moda ni una intolerancia. Entiendo que cueste diferenciarlo, pero esto es una enfermedad autoinmune con muchos problemas y patologías asociadas. La intolerancia al gluten no existe. Lo que existe es la enfermedad celíaca, la sensibilidad al gluten no celíaca y la alergia al gluten», aclara.
—Mucha gente no celíaca se ha apuntado a comer sin gluten.
—Hacerlo por moda puede generan desinformación y confusión en los restaurantes. Veo a gente que pide una pasta sin gluten porque dice que la otra le sienta mal, pero de postre no se puede resistir y se pide un brownie. Eso vuelve loco a un camarero y banaliza nuestra situación, porque nos terminan viendo como exagerados. Ha que dejar claro que esto es una cuestión de salud.
—Como creadora de contenido también habla de la celiaquía.
—La cuenta la creé en el 2021. Durante el confinamiento me dediqué a cocinar cosas para las que antes no tenía tiempo. Panes y bizcochos sin gluten y sin azúcar. Sacaba fotos y se las enviaba a los amigos, así que un día creé la cuenta. Pero al poco una empresa de recetas sin gluten me pidió que grabase un vídeo y así empecé a hacer otros contenidos. Ahora, aparte de recetas, hablo de restaurantes aptos, publico actividades que organiza la asociación, hablo del etiquetado de alimentos, de viajes, recomiendo sitios... Todo bajo la perspectiva de una persona celíaca. Y también resuelvo dudas que me plantean otras personas celíacas. Es toda una vida dedicada al sin gluten, y comparto mis conocimientos, sin más.