La movilidad, la asignatura pendiente de los coruñeses en materia de sostenibilidad
A CORUÑA

La UDC presentó las conclusiones del estudio europeo 1.5 Lifestyles, liderado por la profesora Adina Dumitru, que incluye una guía con cambios de estilo de vida para reducir las emisiones de carbono y evitar el calentamiento global
05 mar 2025 . Actualizado a las 17:28 h.Fomentar la integración de estilos de vida de acuerdo al objetivo climático marcado en el Acuerdo de París y que establece una meta que consiste en evitar el calentamiento global respecto a niveles preindustriales de 2 grados e, idealmente, de 1,5. Ese fue el punto de partida del proyecto europeo 1.5 Lifestyles, liderado por la profesora Adina Dumitru, de la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidade da Coruña.
Dumitru compartió este miércoles las conclusiones del estudio, en el que participan Alemania, Hungría, Letonia, España y Suecia, en un acto que tuvo lugar en el rectorado de la UDC y en el que también estuvo presente el vicerrector de Investigación y Transferencia de la universidad, Jerónimo Puertas Agudo. «El proyecto está casi terminado y hemos elaborado una guía para ofrecer consejos basados en la investigación sobre las opciones de estilo de vida que tengan bajas emisiones de carbono y que eviten así el aumento de más de 1,5 grados de la temperatura global, adaptada al contexto de España». señaló Adina, que enfatizó que la medida no pretende en ningún caso poner la responsabilidad en los ciudadanos, sino explicarles cómo pueden contribuir a revertir la situación.
En el estudio, en el que analizaron 49 países, todos los de la Unión Europea y los principales socios comerciales, como Estados Unidos, Australia y Canadá, se concluyó que siguiendo el ritmo actual solo tres países conseguirían el objetivo marcado en París: Eslovaquia, Croacia y Eslovenia. «Serían los únicos que, según nuestro panel de datos realizando una combinación del crecimiento económico y las proyecciones de emisiones de carbono para el 2030 y 2050, llegarían al límite establecido», indicó la profesora de la UDC.
Para estudiar los tipos de cambios que podemos implantar, desde la UDC analizaron el peso de los hogares en la huella de carbono, ya que de media esta supone más de un 60 % del total, según apuntan. «Podemos implementar algunas acciones para revertir la situación. Para ello nos hemos enfocado en cuatro áreas: movilidad, nutrición, ocio y vivienda», apuntó.
De esas cuatro patas, la movilidad es la que, de acuerdo con Dumitru tiene «opciones más prometedoras». Habría que realizar una transición hacia el vehículo eléctrico. Disminuir el uso del coche participar y sustituirlo por ir caminando o en bici a los sitios, además de por el uso del transporte público. Así podríamos reducir hasta un 40 % la huella de carbono». La segunda área que más ayudaría a cambiar la situación es el ocio, pero también ligada a la forma a la que nos movemos para acudir a realizar planes en nuestro tiempo libre. «Podríamos bajar un 20 % de mas emisiones cambiando de nuevo el vehículo privado por el público u otro tiempo de movilidad más ecológica», apuntó Dumitru, que continuó explicando el papel que el hogar juega en el medio ambiente. «Si reemplazamos el sistema de calefacción actual por una bomba de calor y sustituimos las caldeas por las de biomasa tenemos un potencial de reducción de un 15 %». Por último, la nutrición también afecta al cambio climático. «Modificando la dieta hacia una vegana bajaríamos un 10 % de las emisiones».
Para Dumitru algunas de estas opciones de cambio de estilo de vida «no suponen un gran esfuerzo». También indicó que es básico evitar los desperdicios alimenticios de comida. «En España son 30 kilos por capita, una cifra considerada buena en comparación con el resto de países de la UE, pero que sigue siendo muy elevada». Asimismo, apuntó a otras opciones como bajar la temperatura del hogar, instalar una iluminación más eficiente, apostar por aparatos de bajo consumo eléctrico, realizar un buen aislamiento en las casas para evitar el gasto de energía, convivir con mascotas de tamaño más pequeño o compartir aparatos domésticos con los vecinos. «En este sentido la tendencia española es similar la de otros países como Alemania o Suecia, son cosas a las que la gente es más reticente. Por ejemplo, en Suecia compartir casa, el denominado cohousing, sigue siendo poco factible a pesar de que fue el país pionero en su implementación», apuntó Dumitru.
Dentro de la investigación se realizaron entrevistas en profundidad a personas que ya han apostado por modificar su estilo de vida. «Nos reportan un gran agotamiento por todas las barreras que se encuentran para hacerlo, entre ellas, ansiedad, ya que cuando más conoces la crisis climática más sienten esa angustia. También por la inacción general sobre el asunto».
En el caso concreto de Galicia, la profesora apuntó que una asignatura pendiente es la de la movilidad. «Definitivamente es el mayor reto, no tanto la nutrición, ya que comparando con otros países aquí consumimos bastantes productos de proximidad. En el caso del transporte, insistimos en que más allá de incentivos económicos es necesario facilitar un cambio en el comportamiento hacia la movilidad sostenible. Hay que ofrecer alternativas más eficientes, mejorar el transporte público y las conexiones». Otro punto débil estaría en los sistemas energéticos. «En general en España somos más lentos que otros países en el cambio hacia las calderas de biomasa o las bombas de calor».
Otros tres proyectos de sostenibilidad
Además de presentar las conclusiones del estudio europeo 1.5 Lifestyles, la UDC aprovechó la ocasión para dar a conocer tres proyectos que también apuestan por la sostenibilidad. Actualmente, la universidad cuenta con diversos ejemplos que combinan investigación, vanguardia y sostenibilidad, como la Cátedra INDITEX-UDC de Inteligencia Artificial en Algoritmos Verdes, dirigida por la investigadora Verónica Bolón, docente de la UDC e investigadora del Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC).
Esta cátedra tiene como objetivo impulsar la investigación y la innovación en IA verde mediante la colaboración público-privada.«Su programa abarca el desarrollo de formación especializada y la transferencia de resultados de investigación, tratando de difundir el conocimiento en IA verde y posicionarse como un referente a nivel autonómico, estatal e internacional», dijo Bolón, que explicó que las principales líneas de investigación de la cátedra incluyen el desarrollo de algoritmos eficientes, IA para la eficiencia energética y el desarrollo sostenible, robótica sostenible y las implicaciones éticas y sociales de los algoritmos verdes.
Otro ejemplo de investigación relacionada con el desarrollo sostenible es el proyecto CO-UDlabs, coordinado por José Anta Álvarez, profesor titular de la UDC e investigador del Grupo de Investigación en Ingeniería del Agua y del Medio Ambiente (Geama) del Centro de Innovación Tecnológica en Edificación e Ingeniería Civil de la UDC (Citeec).
Este proyecto, financiado por la Unión Europea en el marco del programa Horizon 2020, promueve la innovación y mejora de los sistemas de drenaje urbano y saneamiento. Sus principales objetivos son la creación de redes, el desarrollo de actividades de investigación conjunta y el acceso transnacional. Sus aplicaciones incluyen el seguimiento y sensórica, el control de inundaciones, el transporte de contaminantes y plásticos, y los sistemas de drenaje sostenible. «Los resultados incluyen 31 proyectos, de los cuales 7 se desarrollaron en la UDC, con 227 personas usuarias de 26 países y 122 instituciones. Son cifras que reflejan la magnitud de esta iniciativa», apuntó Anta.
En el campo de la gestión de residuos, la investigadora María Belén Montero Rodríguez habló sobre el proyecto WASTE2BioComp, financiado por la Unión Europea a través del programa Horizon 2021, cuyo objetivo principal es convertir los residuos orgánicos en componentes biobasados sostenibles.
Esta iniciativa, con una duración de 36 meses, reúne a 13 socios europeos, incluyendo pymes, grandes industrias e instituciones de investigación. Según la investigadora, «esto implica desarrollar alternativas a materiales tradicionales, implementar tecnologías de fabricación innovadoras y promover un ciclo cerrado. Se espera que contribuya a la transición digital, industrial y espacial dentro del programa Horizonte Europa 2021».