Yamila Novo: «A mi novio solo lo puedo ver un ratito los domingos»

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Hace 12 meses que abrió su primer negocio, una panadería que bautizó con el nombre de Pan e Canela

02 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Su historia tiene mucha miga. Acaba de cumplir 26 años y hace 12 meses que abrió su primer negocio, una panadería que bautizó con el nombre de Pan e Canela. «Estoy muy contenta, pero llevo un año durmiendo una media de tres horas diarias. Cuando abrí, apenas me daba tiempo a ir a casa. Me sonaba el despertador y todavía no me había acostado. Ahora empiezo a tener algo más de libertad gracias a que el mes pasado contraté a mi madre a jornada completa», relata Yamila Novo. Charlamos en el Fika de Fernando Macías, enfrente de su obrador y despacho. Habla con frescura y naturalidad. «Ha sido un año de lucha constante, pero estoy satisfecha. Para mi tipo de producto necesitaba un local en una zona con vecinos de renta alta. Estaba desesperada buscando el lugar ideal y por fin apareció este y resultó muy bien. Es difícil que todos los días te salga el pan igual de perfecto, pero lo estamos consiguiendo, que es el secreto. Todo es natural, sin aditivos ni conservantes ni acelerantes. Soy muy de masa madre, a todo lo que puedo echársela se la echo. Lo que más vendo es el pan gallego y la bollería, sobre todo la que lleva canela. También despacho bastante granola, que elaboramos con una miel ecológica, y las cookies», destaca.

Familia de artistas

Una y otra vez habla de los suyos. De su madre y también de sus abuelas, que tienen 65 años y son muy creativas. «Con 16 años daba clases de baile en colegios y a los chicos de Aspronaga. Somos una familia de teatro, de artesanía. Cuando era niña quería ser científica, pero no se me daba bien ni la física ni la química. Después quise ser artesana porque iba con mis abuelas a vender muñecas de trapo en ferias de artesanía. Siempre me gustó lo de hacer pasteles en casa. En la tele, en vez de ver los dibujos de Oliver y Benji seguía los programas de Eva Arguiñano, por eso decidí estudiar en el CIFP Paseo das Pontes. Me matriculé en cocina porque entonces no había pastelería. En total estuve siete años y acabé con un máster de Panadería y Bollería», relata Yamila. En su día se apuntó a los Skills, los campeonatos para alumnos de FP y ganó el campeonato gallego, el nacional de Panadería, y fue tercera en el Campeonato del Mundo de Jóvenes Panaderos celebrado en Francia. Ella es una artista con el pan, como sus abuelas con el grupo Melandrainas.

Comer pan

Antes de montar su primer negocio propio de panadería y pastelería trabajó en los fogones de varios locales de hostelería. «No se me da mal, pero creo que soy mejor panadera que cocinera. El pan me gusta, pero como poco, si por mí fuese no prosperaría», asegura sonriente. No para de trabajar, pero todavía quiere crecer un poco. «Ahora mismo hago el pan para siete restaurantes. En Navidad funcionó muy bien el roscón, que gustó mucho. A lo mejor podría abrir otro despacho, pero con control para no perder la calidad. Mi sueño es sacar esto adelante y poder dormir», confiesa. El pan, su familia y el tiempo son sus temas estrella. «A mi novio solo lo puedo ver un ratito los domingos», afirma. Willy, su pareja, es cocinero en el Cooltura, un restaurante de Magistrado Manuel Artime que también tiene mucho éxito, con lo que el joven tampoco tiene mucho tiempo libre. «Me gusta comer bien y de vez en cuando me entran ganas de comer una buena carbonara. Piensa que mis amigas más cercanas están todas vinculadas a la escuela y al sector, y somos de probar cosas ricas». Escucha música de artistas como Estopa, M-Clan, Fito o Héctor Lavoe. Dice que le resulta imposible desconectar y que siempre está viendo publicaciones que tienen que ver con la panadería. «Me encanta mi trabajo y me gustaría poder hacer más cosas, pero no tengo más tiempo y en los pocos momentos libres lo que más me apetece es dormir», insiste Yamila con sencillez.