Kaio Amaral mintió en la comisaría sobre la ropa que llevaba aquella noche
07 nov 2024 . Actualizado a las 17:05 h.El análisis genético tiene una fiabilidad del 99,9 % y permite obtener, a través de una muestra de sangre, semen, saliva, células epiteliales o cabello, un perfil genético que distingue a su dueño y lo hace diferente del resto. La prueba del ADN puede convertirse en el abogado más eficaz de las causas imposibles, y también se vuelve a veces fiscal implacable. En el crimen de Samuel Luiz esta prueba, que tantas veces absuelve o condena, sirvió para certificar que el acusado Diego Montaña dejó en la frente de la víctima sus restos biológicos. ¿Cómo llegaron ahí? La Policía Científica no lo puede asegurar, pero le resultó fácil suponerlo. Sabiendo que el acusado, dicho por la mayoría de testigos y hasta por su propio abogado, fue la persona que propinó el primer puñetazo a Samuel tras pensar equivocadamente que lo estaba grabando con el móvil, «la lógica lleva a pensar que en uno de los golpes dejó su perfil genético en la víctima», según el policía que compareció este jueves.
Lo que no se puede determinar es la fuerza que hay que emplear para dejar en el cuerpo del agredido las células epiteliales. «Eso es imposible saberlo. A veces basta solo un contacto, y en otras ocasiones tiene que haber cierta fricción o sometimiento», añadió el especialista en análisis de restos biológicos de la Policía Nacional. Lo que es seguro es que no se encontró ADN de los otros cuatro acusados ni en la ropa ni en el cuerpo de Samuel. Sí de uno de los menores que ya fueron condenados en su día a tres años y medio de internamiento. Eso tampoco significa su absolución, ni mucho menos. «Que no se hayan encontrado restos biológicos del resto de los procesados no significa que no hayan tenido contacto con la víctima. En muchas ocasiones, los puñetazos y, mucho menos las patadas, no dejan huella genética. Depende de muchos factores», explicó al jurado el especialista.
Más allá de lo hallado en el cuerpo del fallecido, el análisis genético también sirvió para demostrar que en los cristales encontrados en la zona en la que comenzó la paliza había ADN de Alejandro Freire, alias Yumba. Este es el acusado de realizarle la llave del mataleón a Samuel, inmovilizándolo, mientras Diego Montaña le pegaba.
No quedó claro, sin embargo, que esos cristales fueran de una botella de alcohol que minutos antes se había llevado de un pub el propio Yumba, ocultándola bajo una cazadora. También se desconoce si esa botella se rompió contra el cuerpo de Samuel o contra el suelo. Los forenses no pudieron acreditar si la víctima tenía alguna lesión compatible con el golpe de un recipiente.
La declaración de Kaio Amaral del 2021
En la sesión de este jueves en la Audiencia Provincial de A Coruña también declaró el policía que tomó declaración a Kaio Amaral. Se entrevistó con él cuando el acusado se presentó voluntariamente en la comisaría tres días después del crimen para contar lo que había visto y quejándose de que en las redes sociales lo estaban señalando como autor de la paliza. «Nos dijo que él no tuvo nada que ver, que su única participación fue la de intentar frenar la paliza hasta en dos ocasiones, sin lograrlo. Acusó principalmente a Diego Montaña, a Katy Silva, a uno de los menores ya condenados y a Alejandro Freire», recordó el agente. También recordó que ese día Kaio les mintió, pues «al preguntarle qué ropa llevaba la noche del asesinato, nos dio un color de cazadora que luego comprobamos que era distinto».
A los dos días de aquella declaración voluntaria fue detenido y ya, con la asistencia de su abogado, Ramón Sierra, explicó por primera vez que se había encontrado un móvil tirado —el de la víctima— y que se deshizo de él arrojándolo a un contenedor junto a su casa. Lo hizo antes de ir a la comisaría. Hay que recordar que Kaio Amaral, aparte de enfrentarse a un delito de asesinato, también está procesado por robo con violencia. Entiende la Fiscalía que le robó el teléfono a la víctima. De hecho, es el acusado para el que se piden la mayor pena: 27 años por asesinato y robo con violencia.
El juicio encara su última semana ante la expectación de la declaración de 3 acusados
Quedan seis sesiones del juicio por la muerte de Samuel Luiz. De lunes a viernes de la semana que viene se escucharán las declaraciones de los últimos testigos y las de los tres acusados que optaron por testificar al final. Son Diego Montaña, Yumba, y Kaio Amaral, los tres encausados que están en prisión desde su detención a los pocos días de la paliza mortal. Declararán el jueves, día 14. Katy Silva y Alejandro Míguez, que están libres, ya dijeron todo lo que tenían que decir el primer día del juicio, que comenzó el pasado 15 de octubre.
Este viernes no habrá juicio. El lunes se retomará con la declaración de dos agentes de la Policía Nacional para ratificar todos los informes incluidos en la instrucción. También lo harán otros dos funcionarios de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid en relación a las infografías realizadas sobre el crimen. La sesión concluirá con la presencia de los dos primeros policías locales que llegaron al lugar de los hechos aquella madrugada del 3 de julio del 2021.
El escenario del crimen
Ya el martes declararán los expertos policiales que se ocuparon de realizar los informes relativos a pruebas recogidas en el paseo marítimo coruñés, en el tramo en el que mataron a Samuel. También testificarán dos trabajadores del departamento de tecnología de la empresa que se ocupó de mejorar las imágenes de las cámaras que recogieron distintos momentos de los hechos, desde el pub donde se encontraban los acusados antes de la paliza mortal, hasta las de vigilancia del tráfico, así como las de la tienda de vending frente a la que Samuel cayó desplomado. Otro de los testigos de interés también declarará ese día. Se trata de un amigo de los acusados que vio la agresión.
El miércoles se visionarán las pruebas documentales y ya el jueves está previsto que declaren los tres acusados que faltan por hacerlo. El viernes será el día en que los abogados y las acusaciones se dirigirán al jurado para emitir sus informes finales y los encausados podrán hacer uso de la última palabra. El lunes de la semana siguiente, el jurado se encerrará para deliberar. El veredicto se presume que tarden en emitirlo una semana.