Marco Antonio Rivas, arqueólogo municipal: «La mayoría de los yacimientos judíos de Galicia están en A Coruña»

Carlos Portolés
Carlos Portolés A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La «mikveh» hallada en la Ciudad Vieja ofrece claves históricas sobre el legado hebreo en la ciudad

26 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En marzo del año 1492 se consumaría la expulsión completa del pueblo judío de España. Estos, acostumbrados a la diáspora, se diseminaron por los rincones del mundo. Tras de sí dejaron, no obstante, abundante patrimonio cultural y arquitectónico. También en Galicia

Marco Antonio Rivas, arqueólogo municipal, explica el tenue pero presente rastro que en esta ciudad imprimió la comunidad hebrea. Hace algo más de dos años, el Ayuntamiento decidió comprar el número 4 de la calle Sinagoga —según algunos registros, una de las más antiguas de la población—. Fue entonces cuando se toparon, de pura casualidad con una esplendorosa mikveh. Pero, ¿qué es una mikveh? Esta y otras cuestiones respondió con mucha pedagogía Marco Antonio Rivas en su charla de ayer por la tarde en la Asociación Alexandre Bóveda. «Es un espacio al que una persona judía acude para completar un ritual de purificación espiritual. Son una especie de baños que tienen que cumplir unos requisitos concretos, establecidos por la ley hebrea. Deben contener agua de manantial, de lluvia o de un río, que no haya sido transportada por la acción del hombre. No puede estar estancada, tiene que estar en continua renovación. Y. por último, debe tener una capacidad mínima de 40 seas (equivalente, según la fuente, a 333, 762 o 1.000 litros)».

Es la segunda mikveh que se localiza en Galicia, después de la recuperada en Ribadavia. Una estructura que, además, se sabe que es tan solo una porción de una edificación más grande aún por desenterrar. Quizás, aunque no se puede asegurar con certeza, la sinagoga perdida que en su día debió dar a la calle su particular nombre.

«Una mikveh puede ser privada o pública. Puede estar en muchos sitios. Hay que tener en cuenta que para las comunidades judías establecer una mikveh en sus asentamientos es casi hasta más importante que tener una sinagoga. La mikveh es el lugar para llevar a cabo la purificación», añade, puntualizando que, por lo tanto, esta mikveh concreta podría ser también parte de una casa particular o de cualquier otro tipo de construcción.

Una senda que seguir

El problema, abunda Rivas, es que la sucesión de episodios de violencia antisemita generalizada han acabado por dañar, mermar y desvirtuar los legados físicos y culturales del pueblo judío en España. «Estas destrucciones de patrimonio hebreo se dieron incluso antes de la expulsión. Hay varios momentos históricos de violencia contra esta minoría religiosa. Algunas de las construcciones que los judíos dejaron atrás fueron apropiadas y utilizadas para otros fines, quedando enmascarada su naturaleza original. La arqueología es de momento muy limitada, no sabemos exactamente qué procesos históricos podrían haber dañado o enterrado los yacimientos hebreos existentes en Galicia, pero la mayoría están en A Coruña».

A pesar de que parece una realidad incontrovertible que esta mikveh está integradas en un complejo arquitectónico más extenso, Rivas también puntualiza que «no hay datos concluyentes que determinen en qué tipo de construcción está». Pero lo que es claro es que «no es una construcción aislada.» Para avanzar en este sentido, reivindica primordial seguir dotando de medios las excavaciones que se han ido realizando en estos últimos tiempos. «En trabajos futuros podremos tener más certezas al respecto», dice esperanzado.

Un retazo de la otra ciudad de A Coruña. La que duerme bajo nuestros pies, sepultada y a la espera de revelar los secretos de las vidas pasadas. La mikveh testimonia, con su sola existencia, que no fue el recuerdo hebraico totalmente extinguido de Galicia.