Verónica Ferreiro: «Desde pequeña he tenido la certeza de que el escenario era mi lugar»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Verónica Ferreiro y Javier Sánchez durante un concierto.
Verónica Ferreiro y Javier Sánchez durante un concierto. Elia Clementine

La cantante vuelve a su ciudad para actuar en el Filloa dentro del ciclo +QJazz

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre el 2 y el 9 de julo A Coruña vuelve a albergar el festival +QJazz, que entre otros muchos artistas traerá hasta casa a Verónica Ferreiro (A Coruña, 1983). La cantante, que lleva veinte años viviendo y desarrollando su carrera en Madrid, actuará el 3 de julio en el Jazz Filloa, donde presentará Camiño, un ecléctico disco que ha sacado con el guitarrista Javier Sánchez en el que se dan la mano de una forma asombrosamente natural una orquestación clásica, la innovación del jazz y la tradición de música gallega.

—Vienen a A Coruña dentro de la programación de un festival de jazz, pero el disco no se ciñe exclusivamente a esa música.

—Exacto, y esa creo que es una de las grandes virtudes y, a la vez, uno de los principales hándicaps que tiene el proyecto. Al menos aquí en España. Por algún motivo hay una necesidad de empaquetar y etiquetar todo, así resulta más fácil de ubicar. Y claro, a lo nuestro es complejo ponerle una etiqueta. Puede tener cabida en un festival de jazz, en uno de músicas del mundo... Y a la vez, no es exclusivamente nada de eso.

—¿De dónde salió esta mezcla?

—Es el resultado de unir el mundo de Javier con el mío. Hemos ensamblado toda esa impronta clásica de su mundo musical con el mío, que venía más del jazz. Aunque he cantado de todo, música gallega, copla... De la conjunción de estos dos universos es de donde sale la riqueza de nuestro proyecto.

—Meter una orquesta en el Filloa parece complicado...

—Es que venimos con el formato de dúo, que es como estamos tocando más en estos últimos años. Le tenemos mucho cariño a este formato porque es como realmente nació este proyecto. Pero no es el dúo que pueda imaginarse cualquiera de guitarra y voz, tiene un punto más original. El disco tiene un esquema que es muy complicado trasladar al directo, más que nada por una cuestión logística. No siempre puedes andar moviéndote con una orquesta detrás. Así que hubo que hacer los arreglos pertinentes para adaptarlo a quinteto, trío e incluso a dúo.

—¿Cómo consiguen mantener la identidad de las composiciones en directo, tras quitarle la orquestación?

—Por un lado, Javier es un compositor y un arreglista espectacular, pero es que además tenemos la suerte de contar con unos instrumentistas fantásticos. El hecho de que todos los papeles estén muy bien escritos, que melodía y armonía vayan muy de la mano, hace posible que Javier, tan solo con su guitarra, pueda emular todo ese engranaje armónico que ha escrito, pensado nota por nota, y crear todo un paisaje sonoro. Aunque también hay una parte en la que nos metemos más en la estructura del jazz y hay más improvisación. Pero está todo muy bien marcado, de manera que cada instrumento sabe cuál es su papel.

—Usted viene del mundo de la danza clásica. ¿Cuándo supo que lo suyo era la música?

—Siempre he tenido un sentimiento, como una certeza de que el escenario era mi lugar. Con 16 años conocí a Carmen Rey y empecé a tomar clases con ella. Se convirtió en mi mentora, lo que es muy necesario en cualquier carrera artística. Ahí vi claramente cuál quería que fuese mi camino. Un par de años después gané un concurso de la Xunta por lo que me dieron una beca con la que me fui a Madrid y la cosa empezó a profesionalizarse. Pero la certeza la tenía ya desde los 15 o 16 años.

—¿Y siempre con querencia por el jazz y derivados?

—Siempre me atrajeron las voces de la música afroamericana, pero también las de la copla o el flamenco o de la propia música gallega. Esas voces melismáticas, que además iban bien conmigo, porque tenía cierta facilidad. Yo a los 16 años quería ser Rachelle Ferrell o Ella Fitzgerald.

—Y terminó siendo Verónica Ferreiro.

—Exacto. Es que una cosa es lo que te gusta escuchar y reproducir como intérprete y otra muy distinta lo que te sale a la hora de componer. En ese trabajo creativo ya no importa tanto lo que te gusta. Está tu timbre, tu registro de voz, pero también tus vivencias, tu personalidad. Todo para crear algo que tenga sentido sin que estén tus influencias por delante de ti misma.

«En Italia pregunté al público en qué idioma querían que cantase, todos pidieron gallego»

Verónica Ferreiro, junto a Javier Sánchez, han presentado su disco Camiño en festivales internacionales como el JazzMadrid o el Jazzaldia de San Sebastián. Incluso este pasado otoño han estado actuando en Alemania e Italia. Pero ahora llega el momento de hacerlo en casa, en el Filloa, y eso no es cualquier cosa.

—¿Ha actuado en el Filloa?

—Toqué en dos ocasiones, con mi primer disco y con mis grandes amigas Carmen Rey y Ángeles Dorrio, que me invitaron a participar en un concierto de Ejazz. Es un lugar muy especial, sobre todo si eres coruñesa. Forma parte de mi juventud. Es maravilloso que siga abierto y programando conciertos sin parar después de tantos años. Me hace mucha ilusión cerrar precisamente aquí este ciclo del disco Camiño.

—¿Están trabajando ya en nuevos temas?

—E incluso grabando cosas nuevas. La idea es irnos al extremo contrario que con Cariño. Dejar atrás la orquesta y centrarnos en el formato pequeño, en el dúo y el trío. Son también temas propios y habrá temas en gallego, pero voy a abrirme más al castellano, que creo que tengo una deuda con el idioma.

—¿Cómo funciona lo de cantar en gallego por Europa adelante?

—¡Estupendamente! Nos está echando una mano un promotor que nos lleva por distintos lugares de Europa y lo que más le gusta, dice, es que cante en gallego. Es algo sorprendente. Quizá es por la proximidad con el portugués y la proyección que han tenido los grandes músicos brasileños. Pero mira, en Italia, iba a hacer un segundo bis y le pregunté al público si querían algo cantado en inglés, que no había hecho nada esa noche. Pues todos pidieron en gallego.