Madre e hija en la plaza de Lugo de A Coruña: «Competimos a ver quién vende más pescado, pero nos queremos un montón»
A CORUÑA
«Trabajar juntas en la plaza nos ha unido todavía más», apuntan
05 may 2024 . Actualizado a las 09:58 h.Cumbre materno-filial en la plaza de Lugo. Chelito Hermida, la sonrisa del mercado, y su hija Yara Ramos cumplen siete años trabajando juntas en su puesto de pescado; y tan felices como el primer día. Ayuda que son madre e hija de manual, de las de contárselo todo y hablar a diario por teléfono. Incluso aunque hayan pasado la mañana limpiando xurelos codo con codo.
Pregunta. ¿Nunca discuten?
Chelo Hermida. Tenemos nuestras diferencias, pero nunca estuvimos enfadadas. Yara es muy tranquila, tiene un carácter muy bueno.
Yara Ramos. Somos como el yin y el yang, una es la calma y la otra la fuerza, pero nos necesitamos. Yo le digo: «¡Relaja!», y ella a mí: «¡Espabila!».
C. H. Creo que trabajar juntas nos ha unido todavía más.
P. ¿Cuál es la mejor vendedora?
Y. R. Mi madre. Ella vende arena en el desierto [risas].
C. H. Porque soy más charlatana y porque me gusta cocinar.
Y. R. ¡A veces me preguntan cómo prepararía mi madre tal pescado!
C. H. O les está despachando ella y me preguntan a mí cuánto tiempo pongo la lubina al horno.
P. Vale, pero ¿quién vende más?
C. H. Vende más Yara, porque ella también gestiona lo de Kibus. Además, yo los miércoles y jueves no voy a trabajar, que aprovecho para llevar a mi nieto al cole. ¡Estoy disfrutando como abuela lo que no pude disfrutar como madre!
Y. R. Yo lo he aprendido todo de mi madre y de mi abuela. Limpiar el pescado puede hacerlo cualquiera, pero lo de mi madre, lo que se para ella, es la perfección.
P. Sabe dónde está cada espina.
C. H. Hay que trabajar mucho el pescado para que nuestra clientela se lo lleve a su mesa. Desde que vendemos merluza y salmón en lomos, se ha triplicado la venta.
P. ¿Y compiten a ver quién vende más peixe? ¿Se pican?
Las dos. Sí, si... ¡ja, ja...!
C. H. ¡Hasta nos picamos con los datáfonos para cobrar, ja, ja...!
Y. R. Tenemos dos datáfonos y siempre andamos controlando cómo vamos. O miramos el cubo de la tripa a ver quién limpió más pescado. Es competencia sana.
C. H. De puro cachondeo. Competimos a ver quién vende más, pero nos queremos un montón.
P. ¿Quién madruga más?
Y. R. Yo, que soy la que baja al puerto. Me levanto a las cuatro.
P. ¿Quién es la más ordenada?
Y. R. ¡Ella! Es que es ordenada en su vida, en su casa, en su trabajo, en su coche y en todo. Yo soy ordenada dentro de mi desorden.
C. H. Así es. Si salgo un momento, cuando vuelvo, ¡nunca están los cuchillos como los dejé yo [ríe]!
P. ¿Quién tiene más paciencia?
Y. R. ¡Eso yo!
P. ¿Quién es la más disfrutona?
Y. R. Más disfrutona es ella.
C. H. Festeiras somos las dos.
P. ¿Quién come más?
Y. R. Aunque no lo parezca, yo.
C. H. ¡Y guarrindongadas!
Y. R. En cambio, mi madre come de manera muy saludable.
P. ¿Quién se cuida mas?
Y. R. Mi madre, que va a la Casa del Agua y todo.
P. Yara, ¿cuál es el artista favorito de tu madre?
Y. R. Desde luego, Alejandro Sanz, Manuel Carrasco...
P. Chelo, ¿qué escucha tu hija?
C. H. Romeo Santos sé que le gusta, Nicky Jam, Manuel Turizzo...
P. ¿Y vuestro pescado?
C. H. La palometa roja.
Y. R. El rape y los calamares fritos.
La madre: Chelo Hermida (50 años) es una de las vendedoras de pescado más activas del mercado coruñés.
La hija: Tras estudiar Educación Infantil y opositar sin éxito, Yara Ramos (32 años) tomó la decisión de convertirse en placera junto a su madre. Ocupó el puesto de su abuela y está «feliz».
«Peleo con ella para que traiga los labios pintados»
Este domingo la pelota está en el tejado de las hijas. Para agradecer a nuestras madres todo lo que han hecho por nosotras. Así lo siente Yara Ramos. Su progenitora, Chelo Hermida, la sigue animando a que pelee por su sueño de convertirse en profesora de Educación Infantil. Mientras tanto, le ha enseñado el oficio de pescantina. Y la hija, que se crio como quien dice en la plaza de Lugo, se ha convertido en una vendedora excepcional y una placera muy querida en el mercado.
P. ¿Son muy cómplices?
Y. R. Mucho. Y muy amigas. Todo lo que me pasa lo sabe mi madre antes que nadie. Siempre me he sentido muy apoyada por ella.
C. H. Somos muy cómplices, pero es que ella me lo hace todo fácil.
P. ¿Quién es la más sensible?
Y. R. ¡Yo! A mí me afecta todo.
C. H. Ella llora más fácilmente.
P. ¿Quién se cabrea más?
C. H. ¡Yo! Ja, ja...
Y. R. ¡Mi madre es puro fuego!
P. ¿Quién viste mejor?
Y. R. ¡Ella! Mi madre es coqueta y siempre sale a la calle perfecta.
C. H. Peleo con ella para que traiga los labios pintados. Pero luego se sabe maquillar mejor que yo.
P. ¿Quién es la más cariñosa?
C. H. Yo soy cariñosa, pero como ella no lo es tanto, con los años me voy echando hacia atrás.
Y. R. Sí, con los años me estoy volviendo menos cariñosa. A mi madre la quiero muchísimo, pero no soy de estarle encima.
P. ¿Quién pasa más tiempo al teléfono?
Y. R. Creo que yo, porque siempre tengo el auricular puesto.
C. H. Pero en el tiempo de ocio también ella, ¡eh! Ja, ja...
P. ¿La más perezosa?
Y. R. ¡Yo!
P. ¿A quién le gusta más un salseo?
C. H. ¡A mí! Ja, ja... No soy cotilla ni criticona, pero soy más habladora y vacilona que ella.
Y. R. Y yo en cambio no me entero. Vengo a trabajar y voy a lo mío.