El aumento del número de canes en la ciudad y su área, con casi 76.000 registrados, ha hecho proliferar nuevos negocios, como guarderías y hoteles, al tiempo que aumentan los espacios especializados en su cuidado, su educación e incluso su despedida cuando fallecen
03 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El número de perros sigue subiendo y la comarca coruñesa suma ya casi 76.000 ejemplares censados en el Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía de la Xunta. La mitad, un 42 %, son de la ciudad herculina. El incremento de estos animales se traduce en la apertura de nuevos negocios vinculados a su atención médica o higiene, pero también a su alimentación, su comportamiento y el tiempo de ocio de sus responsables. Así, en el área de A Coruña existe hoy toda una compleja red de economía vinculada por completo a las mascotas.
ATENCIÓN SANITARIA
Hospitales y clínicas. En el 2018 abrió el 4 de Octubre, ahora denominado Hospital Veterinario Atlántico. Su directora, Verónica Vieites, destaca que cuentan con un equipo de 25 personas y cobertura 24 horas los 365 días del año. Disponen de maquinaria de última tecnología para ofrecer servicios de neurología, traumatología, además de rehabilitación. «Todo asociado a pruebas diagnóstico por imagen tac, resonancias magnéticas, etcétera. También tenemos un área importante de anestesia, ya que obviamente los animales no entienden qué les ocurre y procedimientos que en seres humanos no la precisan, en ellos sí», indica la directora. «Hemos tenido una gran evolución, la gente cada vez está mas concienciada del cuidado animal. Equiparamos lo que hacemos a la pediatría, al final, un perrito requiere cuidados similares», comenta David Velo, responsable de la cadena, que explica que son un centro receptor. «Desde las clínicas nos pasan los casos que precisan hospitalización, aunque atendemos directamente cuando son urgencias». Junto a ellos, Abeiro también está abierto de forma continuada, pero, además ofrece atención primaria.
Según el censo del Colexio Oficial de Veterinarios, en la provincia hay más de 900 profesionales titulados y la ciudad suma más de treinta clínicas veterinarias.
Rehabilitación y fisioterapia. En el 2008 abrió el primer centro de fisioterapia y osteopatía para perros y gatos, Fisiocan. Desde entonces se han sumado otros, como Nuria Otero o Fisiovet.
Educación
Adiestradores caninos. Más de cuarenta profesionales en la comarca como Candamin u Octavio Villazala, ofrecen pautas de educación y corrección de conducta para perros. Junto a ellos trabajan etólogos, especialistas en el comportamiento de los canes.
Escuelas de agilidad. Dentro de los adiestradores caninos, algunas escuelas y profesionales, como Cococan, Montegatto o Agility Coruña, están especializadas en el entrenamiento con obstáculos.
Higiene y cuidados
Centros de autolavado. Espacios como DogWash o Lavakan ofrecen autolavado. Funcionan con moneda y también tienen secado.
Peluquerías. Para cuidar el pelo, la ciudad cuenta con una veintena de negocios especializados. Además, algunas, como Paraíso del Can, ofrecen incluso alimentación y complementos.
Alimentación
Tiendas especializadas. En el área hay ya más de una treintena de espacios de venta de pienso, chucherías, complementos y juguetes. Entre las aperturas más recientes está la de Cocoloco, con dos coruñeses que apuestan por diseñar sus propios accesorios.
Servicios
Guarderías. Cada vez son más los dueños de perros que recurren a estos centros para dejar a sus peludos mientras trabajan. Una de las primeras en abrir fue Mis Mascotas, en Elviña. «Empecé hace diez años con cuatro perros y ahora algún día tengo 18», dice Silvia Marín, que también ofrece servicio de transporte para recoger a los canes puerta a puerta. Asimismo, tiene hotel «para un máximo de diez» y peluquería. Junto a ella trabajan ya cerca de una veintena de guarderías caninas.
Hoteles. Del mismo modo que Silvia, son muchos los negocios que ofrecen alojamiento. Es el caso de Adiestramiento Cruz De Calatrava, Gaia, Mi Segunda Caseta o Montegatto. Este último espacio, dirigido por el educador canino Octavio Villazala en Oza-Cesuras, fue uno de los primeros en ofrecer estas estancias.
Paseadores. Y para quien no lo quiere dejar en una guardería, pero no tiene tiempo suficiente algún día para pasearlo, hay personas que se dedican a ello. Si buscamos en internet, encontramos más de treinta con un precio desde 7 hasta 15 euros la hora.
Transporte
Perribús. Con ese nombre han bautizado desde Cruz De Calatrava su transporte para llevar a los canes a su guardería, en Cambre.
Taxi Guau. En el 2020 se estrenó el primer taxi para perros en A Coruña como parte de una aplicación que ya no está disponible en la ciudad, pero desde Radio Taxi sí transportan mascotas. Eso sí, es necesario que al llamar se especifique. Además, en la web Sr. Perro ofrecen el contacto de conductores pet friendly.
Despedida
Tanatorios. El primero en abrir fue Galimascota, en Bergondo. Fue en el 2015 y desde entonces han aumentado sus servicios. Ofrecen incineraciones individuales o colectivas y recuerdos, como joyas. Además, en Alvedro, está La Vida es Huella desde el 2016.
Bares y restaurantes
Un menú para ellos. Aunque cada vez es más común que los locales permitan la entrada de los peludos, en Galicia solo hay un bar con un menú específico para ellos: Monti Bar, en Culleredo. Su dueña, Carla Castro, lo abrió el pasado diciembre tras conocer en la Costa Brava un negocio de estas características. «El 50 % de mis clientes no tiene perro y el otro 50 %, sí», dice Carla, que ofrece tres menús para canes: «Uno de arroz con pollo, otro de barritas gourmet de varios sabores y, el último es un snack».
Fotografía
Inmortalizar momentos. Las sesiones de fotos con mascotas son tendencia y por ello ya hay profesionales especializados, como Tragaluz o Enrique Blanco.
Protectoras
Adopciones. El trabajo de Apadan, SOS Pelines, Gatocan o Servigal es clave para los perros. El pasado año, Servigal recibió en el Consorcio As Mariñas 1.261, de los cuales 938 salieron de nuevo, siendo 669 casos de ejemplares que se habían perdido y volvieron a sus casas y 264 de adopciones, de forma que 328 permanecen en la entidad. En el caso coruñés fueron 150 canes los que llegaron a la lacería, 84 de ellos regresaron con sus familias y 31 fueron adoptados. Las cifras revelan que aunque cada vez haya más perros, muchos siguen siendo abandonados. «Considero que deberían bajar el IVA de los veterinarios para evitar abandonos por este motivo» dice Raquel Lijo López, de SOS Pelines.
Lucía Antelo y Mónica Liñares, de Fisiocan: «Empezamos en el 2008 con pocos casos, ahora tenemos cuarenta al mes»
«Fuimos los primeros en ofrecer fisioterapia para perros», señala Lucía Antelo, que abrió Fisiocan, en O Burgo, en el 2008. Desde entonces, sus clientes han crecido a la par que el número de canes de la comarca. «Cuando empezamos, complementábamos el negocio con peluquería y tienda, pero a medida que fuimos creciendo lo dejamos porque ya no nos hacía falta e, incluso, era una distracción. Entraba y salía gente y es fundamental que ofrezcamos un ambiente tranquilo».
Porque para poder efectuar bien su trabajo deben ganarse la confianza de los peludos. «Si una persona va al fisio, ya intenta relajarse, pero a un perro tienes que conquistarlo poco a poco de forma sutil, con chuches y con palabras. Tienes que ser su amigo. En el caso de los gatos, vamos casi siempre al domicilio», señala Lucía, gerente de Fisiocan, rehabilitadora y osteópata canina y felina. Junto a Mónica, veterinaria, las dos atienden semanalmente a unos 40 animales. «Cuando empezamos serían cuatro o cinco».
Los clientes que tienen en la actualidad mantienen el mismo perfil que los que acudían en sus inicios. «Son personas que consideran al animal un miembro más de su familia y, por tanto, lo cuidan como tal», expresa Lucía, que añade: «Cada vez es más gente la que piensa así, porque vamos avanzando como sociedad». Aunque todavía hay a quien le llama la atención su trabajo: «Cada vez menos, pero hay personas que se sorprenden».
Los tratamientos más habituales que realizan son con perros mayores que padecen artrosis, discapacidades neurológicas, como hernias discales, además de posoperatorios, sobre todo de operaciones de ligamentos cruzados y problemas de rodillas. «Tenemos terapias pasivas con láser, magneto, infrarrojos, electro, además de estiramientos, también de osteopatía con cinesiterapia pasiva, terapias activas, ejercicios de equilibrio con diferentes balones, circuitos... Y hacemos hidroterapia en la piscina.
Las profesionales recuerdan de forma especial el caso de un gato. «Tenía una enfermedad infecciosa con un porcentaje muy alto de muertes. Debido a ella sufrió ataques epilépticos y se quedó tetrapléjico, pero gracias a su veterinario y a la rehabilitación conseguimos que volviera a caminar».
Javier García Juanatey, adiestrador canino: «La gente viene para solucionar una conducta, no cuando tiene un cachorro»
Su amor por los animales lo llevó a formarse como adiestrador canino. «Con 8 o 9 años me regalaron un libro sobre cómo entrenar a tu perro con cosas básicas y a los 19 hice el curso de la Asociación Nacional de Adiestradores Caninos (ANACP). En mi casa había perros y gatos, pero además mis abuelos tenían una granja », dice Javier García Juanatey.
Tras sacarse la titulación, comenzó a ejercer con canes de conocidos y amigos. «Pero sin cobrar», apunta el chico, que envió currículos a diferentes lugares. «Seguí trabajando en otros sectores y con lo que ganaba continué formándome. Hice más cursos: de obediencia básica, otro de rastreo, uno de actividad deportiva...», señala Javier, que en la actualidad trabaja de forma autónoma. «A los 22 años empecé ya profesionalmente», señala.
Para él, el aumento de la demanda de los servicios de adiestrador se debe no solo al aumento de canes en la ciudad, sino también a un cambio de mentalidad. «Las personas quieren hacer vida con su mascotas, poder ir con ellas a correr o a tomar algo», dice. «Acuden a ti cuando tienen un problema, muchos son personas que siempre han tenido perro, pero de repente tienen uno que es diferente y no le funciona lo que antes sí. Otros vienen con canes con problemas de reactividad, que no saben socializar o que, por miedo, atacan, También, los hay que son muy sociables y, por eso, no les obedecen en el parque. La gente acude a mí para solucionar una conducta, no cuando tiene un cachorro para asentarle pautas», dice.
En la actualidad trabaja con medio centenar de perros: «He llegado a gestionar 108 alumnos, ahora tengo 52. No suelo meter más de cuatro nuevos al mes para mantener la atención de los que ya estaban y poder pararme con los que se incorporan», dice.