
La estrategia de descuentos masiva invita al sector a tomar posiciones
20 nov 2023 . Actualizado a las 19:08 h.Noviembre es, generalmente, un mes malo para el comercio. Menos gente en las calles, el frío y la lluvia debilitan las ventas de las tiendas, que ven mermados sus ingresos en el penúltimo mes del año. Esta tendencia afecta, sobre todo, al pequeño comercio, que necesita seguir el ritmo de las grandes superficies, con descuentos cada vez más agresivos y constantes. «Antes las rebajas eran siempre después de la Navidad, ahora estamos todo el año con descuentos y promociones», es el sentir mayoritario de los propietarios y gerentes de establecimientos coruñeses.
Aunque no todos comparten esta opinión. Isabel Porto es la presidenta de la Zona Comercial Obelisco de A Coruña, conformada por 120 negocios, la mayoría franquicias. Como la que regenta la propia Porto, la tienda de la internacional Yves Rocher de la calle Real. «Sí que es verdad que cada año se adelanta un poquito más», confirma. Ella inauguró la campaña el pasado 16 de noviembre, «y continuaré con los descuentos del 50 % hasta final de semana», asegura. «Tanto en la tienda como en las cabinas de estética que tenemos», explica.
La representante de los comerciantes de la zona centro considera que este tipo de iniciativas son positivas para dinamizar el comercio, y valora el impacto del Black Friday en los negocios asociados en torno a un 30 o un 40 %.
José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercios Coruñesa (FUCC) y de la que forman parte unos cincuenta establecimientos «sin contar hostelería ni servicios», explica que la del Black Friday es, sobre todo, una campaña de las grandes superficies, «que de alguna manera hacen competencia al comercio de proximidad, por lo que la adhesión a esta venta masiva del Viernes Negro es escasa entre los socios, que participan de forma individual», matiza.
En la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Monte Alto se encuentran Aloia Valencia y María González. La primera regenta Enredos, una juguetería, que se suma a los descuentos de noviembre. «Los primeros años estaba reticente, pero al final me subí al carro porque me lo demandaban los clientes», asegura Valencia, que residió en Estados Unidos y sabe lo que es realmente la «fiebre» del Black Friday. «Allí los descuentos son salvajes. Aquí no alcanzamos esos extremos», admite, aunque confirma que el año pasado llegó a poner productos a la venta con hasta un 70 % de descuento. «Pero tengo que reconocer que no veo un beneficio grande para los pequeños comercios como el mío», admite.
En el barrio de Monte Alto se encuentra también Lovely Rita, una tienda de ropa en la que han decidido darle la vuelta a la tortilla. «Nosotros no hacemos el Black Friday como tal», explica María González. «Lo que sí hacemos es donar el 20 % de todo lo que facturamos ese día a Sospelines, una protectora de animales», indica. «Si me hubiera sumado a los descuentos, no vendería nada en toda la semana, porque la gente esperaría al viernes... y no me compensa», reconoce. Su iniciativa solidaria, afirma, ha cosechado una muy buena acogida entre la clientela.

Alejandro Permuy: «Yo valoro mucho el Black Friday, tenemos que adaptarnos a los sueldos»
Alejandro Permuy es el propietario de dos tiendas de ropa de hogar en Ferrol y una en Narón. Y es uno de los comerciantes que esta semana se adherirá a los descuentos del Black Friday. «Para mí todas las medidas que se adapten a la nómina de la gente son positivas. Los sueldos son los que son, y tenemos que adecuarnos a las necesidades de los clientes», declara. «Creo, además, que ayuda no solo a incentivar las compras de noviembre, sino que también es beneficioso para la campaña de Navidad», manifiesta, saliéndose un poco del discurso mayoritario compartido por otros comerciantes. «Hace unos años, la gente dejaba los regalos para última hora, y con el Black Friday empieza a haber movimiento un mes antes», sentencia, incidiendo en la disponibilidad de gasto de las familias en unas fechas tan señaladas. En Algodón Luz habrá descuentos toda la semana, con ofertas que irán del 10 al 30 % en todos sus productos. «Y mantendré las promociones toda la semana para que todo el mundo pueda acercarse . «Pero mi caso es muy particular, ya que dependo mucho de la meteorología», prosigue. «Por eso mucha gente decide esperar a comprar un nórdico un par de semanas para que coincida con el Black Friday y así ahorrar unos euros», confirma.
Permuy estima que los ingresos brutos de esta campaña superan con creces el umbral del 25 %, «lo que sin duda supone un empujón para nuestra economía», expone, convencido de que este tipo de medidas contribuyen a salvaguardar el bolsillo de las familias y, por ende, el suyo propio. «Es una estrategia eficaz en la que todos salimos ganando», resume.

Susana Oreona: «Aquí lo vamos a hacer a la gallega, con sorteo de dos portátiles incluido»
Susana Oreona es la gerente de Bioreona, una tienda de dietética y nutrición en Narón. Y es también la secretaria de la asociación de comerciantes de la localidad, que este año ha decidido sumarse a la fiebre del Black Friday. «Pero no todos los establecimientos», matiza. «Es el primer año que hacemos esto», confiesa. «Había una polarización de los distintos comerciantes de la asociación. Unos estaban a favor y otros en contra de unirnos a esta campaña», prosigue. «Al final decidimos hacer algo intermedio, y que se adscribiese quien quisiese», reconoce. De los 90 comercios asociados participarán en los descuentos un tercio de ellos. «Pero vamos a hacer un Black Friday diferente, a la gallega», explica, «con sorteo de dos portátiles incluido», añade.
El Viernes Negro de Narón durará toda la semana, con descuentos entre el 20 y el 50 % en productos seleccionados. «Como no todos los establecimientos participarán, hemos decido poner globos de colores en los escaparates para que la gente sepa cuáles tienen descuentos y cuáles no», profundiza. Oreona reconoce que esta división de opiniones está justificada. «A los pequeños comercios no siempre nos compensa rebajar los productos, ya que muchas veces los descuentos son muy superiores al precio al que los adquirimos, pero no nos queda otra opción. Necesitamos volver a ganar liquidez», admite, consciente de que este tipo de medidas incentivan el consumo.
«Tampoco creo que el Black Friday tenga una repercusión negativa en la campaña de Navidad», prosigue. «De hecho, consideramos que con estas iniciativas ganamos clientes porque nos damos a conocer, y eso siempre ayuda», concluye.
La gente aprovecha los descuentos para comprar por adelantado los regalos de Navidad
Abel Caballero, presidente de la asociación de comerciantes Boulevard de Elviña, es otra de las voces discordantes. Unos 30 comercios forman parte de la agrupación, constituida principalmente por locales pequeños y tiendas de barrio, «nunha zona que cada vez se atopa máis avellentada e actúa case como un espazo dormitorio», manifiesta. Por eso la mayoría de asociados no participará en esta edición del Black Friday. «Aquí predomina o sector servizos. Temos moitos locais hostaleiros e tamén perruquerías que xa quedan fóra destas iniciativas», explica. «E aos demais negocios tampouco lles compensa porque non poden competir cos grandes», declara, apelando a la calidad de los productos que ofrecen. «Noutras campañas como San Valentín ou o Día da Nai si que saímos reforzados porque temos un produto diferenciado e ao final a xente é o que demanda», continúa.
Compostela Monumental
La misma opinión es compartida por la asociación de Comerciantes Compostela Monumental. José Ángel Blanco, gerente de la agrupación, confirma que no demasiados establecimientos del casco histórico se adherirá este año al llamamiento mundial del Black Friday. Asegura que incluso se junta con la campaña de Navidad, «porque la gente aprovecha estos descuentos para comprar por adelantado».