Incertidumbre después del dragado

Toni Silva OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

De izquierda a derecha, Jenni, María del Carmen, Nieves e Isabel, mariscadoras de O Burgo
De izquierda a derecha, Jenni, María del Carmen, Nieves e Isabel, mariscadoras de O Burgo Marcos Miguez

Con las obras de la ría se acaban las ayudas a las mariscadoras. Y pasará más de un año hasta que puedan vender el marisco que siembren en el 2024

04 oct 2023 . Actualizado a las 10:30 h.

La ría de O Burgo es un lugar de incertidumbre. Durante décadas este ecosistema, trastero acuático del área coruñesa, reclamó una limpieza en profundidad, más necesaria cada año que pasaba, y donde las periódicas jornadas de voluntarios sacaban los colores con todo lo que la ría era capaz de tragar. Fue necesario el acicate de políticos europeos embarrados en el lodo y llevándose las manos a la cabeza para poner un punto de inflexión. Y aún tuvieron que pasar varios años para que las dragas sean una realidad.

Pero mientras limpian los fondos de la ría, la incertidumbre entra en las casas de los pescadores y mariscadoras de este espacio que une varios concellos por vía marítima. Si se cumplen los plazos, las máquinas de limpieza dejarán la ría a principios del próximo año, poniéndose así fin a las ayudas que el Estado está repartiendo entre los trabajadores del mar para compensar el paro forzoso. Durante el primer trimestre del próximo año podrían comenzar los trabajos de siembra, pero son unas labores inocuas a la hora de conseguir ingresos. Lo sembrado no se podrá recoger y comercializar hasta pasado un año largo. ¿De qué vivirán entonces las mariscadoras de O Burgo?

Nieves, vecina de Oleiros, echa mucho de menos el trabajo. Como sus compañeras, está cobrando trimestralmente, con un importante retraso en enero pasado, cuando ya les debían cinco mensualidades. «En mi casa hay una pensión de jubilación, lo podemos ir llevando, pero aquí en la ría hay parejas que viven de esto, si paran las ayudas el año que viene a ver qué pasa», se pregunta. La directiva de la cofradía está estudiando el asunto con la Administración.

Petición del BNG

El BNG es el único partido que ha reclamado de forma activa que se prorroguen las ayudas hasta que comiencen la recogida del marisco. El resto, silencio. Ya para conseguir el pago actual tuvieron que presenciar varios enfrentamientos dialécticos entre la Xunta y el Estado. «Me gustó mucho más cuando fue lo del Prestige», señala Isabel, mariscadora de Vilaboa, profesión que hereda de su madre. «De aquellas se arregló todo en muy pocos días y a primero de mes ya te hacían el ingreso descontando la Seguridad Social», añade la mujer, quien también sufrió un apuro económico en el mes de enero, con tanta deuda acumulada por parte del Estado. «Si no nos pagaban, a lo mejor no podíamos pagar la Seguridad Social, y entonces te podían quitar la ayuda», señala. Ella preferiría cobrar mes a mes para organizarse mejor y no recibir tres meses juntos.

Lo peor es qué ocurrirá en el 2024. La incertidumbre sobrevuela su discurso. «Creo que nadie sabe cómo va a ser, de momento. Supongo que empezaremos a sembrar pero no sé si cobraremos. Me gusta saber las cosas con antelación, pero con esto vamos a un ritmo muy lento», explica Isabel.

Nieves ha convertido la ría en escenario de sus paseos. Estos días observa cómo trabajan las dragas. «Sé que sacaron mucho lodo, pero no sé si han hecho canales en la ría», indica. Los trabajos impiden a su familia disfrutar de una embarcación de recreo. «Está prohibido. Bueno, salvo para los furtivos, aún los vi ayer (el miércoles de esta semana) a las once de la noche, estarán recogiendo lo poco que queda», lamenta.