El feirón de Vilaboa sigue colocando cada mes las barreras antiyihadistas
A CORUÑA
«Me han sugerido quitarlas, pero la seguridad es prioritaria», dice Rioboo
30 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Más de seis años después de su estreno, el Concello de Culleredo no ha bajado la guardia ante posibles ataques terroristas en lugares masificados, a raíz de los atentados sufridos en Europa en los que se utilizaban vehículos para realizar atropellos indiscriminados en zonas concurridas. Así, menos de un mes después de los atentados del mercado navideño de Berlín, en diciembre del 2016 (con el resultado de 12 muertos y 48 heridos), el feirón de Vilaboa estrenó un nuevo dispositivo de seguridad con la colocación de grandes bloques de hormigón en las entradas de la avenida de Rutis, Vicente Risco y la avenida Ribados.
Unos meses antes se había producido el multitudinario atropello de la Avenida de los Ingleses de Niza, con 87 muertos y 458 heridos. Y al año siguiente, cuando Culleredo ya llevaba ocho meses levantando barreras en Vilaboa, llegó el atentando de las Ramblas de Barcelona, donde una furgoneta segó 16 vidas.
Cuando Vilaboa estrenó sus bloques defensivos de hormigón, el actual alcalde José Ramón Rioboo era concejal de Seguridad Ciudadana. Recuerda que aquella medida llegó al Concello por recomendación de la Delegación del Gobierno. «El feirón de Vilaboa tiene la peculiaridad de que está en una zona muy abierta, una recta fácil de invadir», señala el regidor cullerdense a quien, tiempo después, una vez que dejaron de producirse este tipo de episodios violentos por Europa lo invitaron a apartar las medidas de seguridad. «Pero fue una instrucción personal (ya como alcalde) la de seguir protegiendo la feria, no solo por la tentación de que alguien quisiera hacer daño, sino también por la posibilidad de que alguna persona perdiera el control de su vehículo de forma involuntaria y causara un daño irreparable. Si pasa algo, las fuerzas de seguridad tendrán una posibilidad de respuesta más ágil», señala José Ramón Rioboo.
De este modo, desde hace más de seis años, cada segundo domingo de mes, una empresa externa se encarga de bloquear las entradas de la feria con la colocación de grandes estructuras de hormigón, lo que genera un gasto importante en las arcas municipales. «Pero todo lo que redunde en la seguridad de los vecinos y feriantes lo compensa», señala el alcalde. No obstante, él y su equipo están buscando fórmulas más económicas para seguir garantizando la integridad de las personas en el feirón de Vilaboa, como una especie de bancos que harían la misma función.
Esporádicamente también se ha tomado esta medida en las fiestas de O Burgo, con barreras en la avenida Juan Carlos I.