Un respiro para el entorno de la Torre, en A Coruña: retiran una tonelada de uña de gato

Tamara Rivas Núñez
T. Rivas A CORUÑA

A CORUÑA

Un grupo de 24 voluntarios coordinados por el grupo Hábitat participaron en una nueva jornada para la erradicación de especies exóticas invasoras

30 jul 2023 . Actualizado a las 21:19 h.

La flora y la fauna autóctonas que habitan en la zona de la Torre van poco a poco respirando más aliviadas. El proyecto que hace cinco años impulsó el grupo naturalista Hábitat «sin demasiadas pretensiones» para retirar especies exóticas invasoras en el entorno del Espazo Natural de Interese Local (ENIL) torre de Hércules ha ido creciendo y este domingo protagonizó una nueva acción en la que, gracias a un grupo de 24 voluntarios de todas las edades, se logró retirar alrededor de una tonelada de uña de gato (Carpobrotus edulis) en las casi tres horas que duró la actividad. «La estimación es de entre 900 y 1.000 kilos, pero faltan los datos del control de báscula. Lo que es seguro es que superaremos la barrera de las 61 toneladas en las más de sesenta jornadas que llevamos realizando a lo largo de estos años», explica Andrés Pereira, uno de los responsables de las actividades y los proyectos de la organización naturalista.

Estiman que llevan extraído un 40 % de la superficie total que ocupa en la actualidad esta especie invasora originaria de Sudáfrica, pero son conscientes de que todavía queda mucho trabajo por hacer. «La uña de gato es como un cáncer que se va extendiendo. Se naturalizó y empezó a ocupar el hábitat de especies autóctonas y a generar una manta densa que se va extendiendo y que relega toda la riqueza autóctona e incluso modifica las condiciones del suelo», comenta el experto y agradece el esfuerzo tanto al Concello «por dar continuidad a esta colaboración», como a los voluntarios «sin los que no se podrían abarcar» acciones como esta. En este sentido, considera que «el mensaje llega y cala» y aunque no todo el mundo puede participar en iniciativas similares, ya sea por la complejidad de la vida o las limitaciones físicas, asegura que «la masa de voluntarios va in crescendo de un tiempo a esta parte».

El trabajo de Hábitat no se detiene ahí. Además de tener geolocalizadas las parcelas, hacen un seguimiento de la zona para ver la evolución. «No hacemos siembra. Es la propia vegetación nativa la que con su genética vuelve a colonizar las parcelas que se liberan. Les vamos dando un respiro para que poco a poco se vaya recuperando», concluye.