
OSG. A. Quintans, soprano. A. Miguélez, alto. M. Gómez, tenor. F. Albrich, barítono. Coro de la OSG. J. Fajardo, director musical. Música de Bomtempo. Palacio de la Ópera, 26 de mayo.
28 may 2023 . Actualizado a las 11:30 h.Desempolvar el Requiem del portugués Joao Domingos Bomtempo (1775-1842) era una gran apuesta por parte de la OSG. Música hermosa y de enjundia importante, tanto por la escritura orquestal como por la parte vocal, pide al coro un gran esfuerzo. Prueba de fuego para el Coro de la OSG (desde hace años no tiene en las temporadas de abono la presencia de tiempo atrás) que se vio multiplicada cuando Carlos Mena canceló su presencia como director por enfermedad y Javier Fajardo se puso al frente del concierto. El resultado estuvo lleno de buenas intenciones pero mostró fortalezas y debilidades.
Que el Coro de la OSG vivió tiempos mejores es una realidad; y quizá no sea el mejor momento para hacer esta obra. Se notó cierta inseguridad (empaste irregular, entradas dudosas, cuadratura aproximativa...) y la salud de las cuerdas femeninas pareció mejor que la de las masculinas, a las que les falta presencia y mordente. Dado que aquí el coro tiene tanto peso, el reto era grande, y lo mejor que se puede decir es que el sonido general es amplio; pero hay mucho trabajo por delante: enfrentarse por primera vez a una obra de esta envergadura obra no ayuda.
Del cuarteto solista destacó la pureza tímbrica de Ana Quintans y el buen empaste que logró con Alberto Miguélez (ambos en perfecto estilo): sus dúos fueron los mejores momentos de la noche. Tanto Manuel Gómez como Ferrán Albrich hicieron valer su musicalidad con voces de menor enjundia.
La OSG mostró buena sonoridad en todas las secciones; y Fajardo (casi siempre más pendiente del coro que de la orquesta) superó el reto de dirigir una obra difícil.
La obra es importante; pero no llega en el mejor momento para el coro. Valoremos las buenas intenciones, pero no perdamos de vista que hay que trabajar para recuperar la calidad de tiempo atrás. Se puede hacer.