La Xunta entra en la casa Cornide en A Coruña y obliga a abrirla cuatro días al mes

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PAULA FABEIRO

Este sábado entra el vigor el decreto que declara BIC el palacete propiedad de los nietos de Franco

14 may 2023 . Actualizado a las 23:35 h.

La Xunta ha entrado en la casa Cornide de A Coruña. Los siete nietos de Franco negaron la visita a los investigadores encargados de elaborar los informes sobre los que se apoyó la solicitud municipal de declaración del palacete como bien de interés cultural (BIC), pero no lograron bloquear el proceso iniciado hace dos años que ayer llegó a su fin, en plena campaña electoral, con la publicación del decreto en el Diario Oficial de Galicia. «Agótase a vía administrativa», resuelve la Consellería de Cultura, que informa a los dueños de su derecho a recurrir ante la Xunta en el plazo de un mes o directamente interponer un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Xustiza en los dos meses siguientes a la publicación.

La familia del dictador ya presentó alegaciones para evitar que la Xunta catalogara como BIC la mansión entregada a la mujer del dictador, Carmen Polo, a través de una operación orquestada en 1962. Según el profesor Emilio Grandío, que dirigió la investigación histórica previa a la incoación del expediente, la venta se cerró un lunes por un precio de 25.000 pesetas, 13 veces inferior al que había pagado el viernes anterior Pedro Barrié en una subasta realizada por el Ayuntamiento.

El decreto 42/2023 de 27 de abril, prolijo en el relato histórico del edificio mientras perteneció a la familia del ilustrado José Cornide —incluso de la casa primitiva que existió en el solar antes de su construcción en 1766—, apenas menciona las circunstancias que rodearon, un fin de semana de primeros de agosto, la transmisión de la propiedad de la Administración municipal a «la Señora», como la mencionan en un documento. 

¿Qué queda dentro?

Con más pormenor describe las obligaciones que habrán de cumplir los nietos a partir de este mismo sábado —entre ellas, abrir la casa cuatro días al mes— y sobre todo, aunque de forma parcial, el misterio de los bienes que guarda el interior (o guardaba: salieron camiones del garaje) y que, a juicio del catedrático de Historia del Arte Alfredo Vigo Trasancos, ofrecían serias dudas sobre su procedencia, a la vista de las fotos publicadas por un portal inmobiliario que anunció en dos ocasiones la venta de la mansión.

«Actualmente, non se conserva ningún ben moble que se poida vincular co inmoble obxecto desta declaración de ben de interese cultural», zanja el decreto, que concluye que «o devir histórico da Casa Cornide e os seus diferentes posuidores e usos propiciaron a probable desaparición de pertenzas».

Los inspectores de la Xunta observaron, así y todo, que «o espazo de entrada conserva ese gran porte que outrora debeu ter, dominado por unha escaleira monumental asimétrica», que incorpora «balaustradas compostas por elementos aproveitados aparentemente dalgunha construción antiga». Vigo Trasancos sostiene que esos elementos —y las pilastras de la fachada de la calle Veeduría— podrían pertenecer al hospital de Caridad desmantelado en los años 50.

En la planta baja, los inspectores de la Xunta encontraron una escultura de piedra con la representación de Santiago como apóstol y peregrino de «factura contemporánea» y una placa de piedra con una imagen de la Virgen entronizada con el Niño y custodiada por Catalina de Alejandría, a su izquierda, y Santa Bárbara, a su derecha. «As esculturas son inexpresivas, con marcada frontalidade e de factura basta e contemporánea», describen los técnicos. Asimismo, mencionan un artesonado de madeira exento e fijo en el techo «que non semella proceder da construción histórica» y se compone de «artesóns hexagonais de madeira vista en que se insiren floróns de distinto aspecto».

En cuanto a los arcos mixtilíneos de varios centros en el salón de la primera planta  que Vigo Trasancos ve semejantes a los que se encuentran en una estancia del hostal dos Reis Católicos, la Xunta apunta que «semellan neohistoricistas [los del antiguo hospital real son de 1510] pola súa factura e polo estado da pedra moi puída e sen erosión». El informe revela que «chaman poderosamente a atención uns arcos tudor, pétreos con moldura de perlados, idénticos no decorativo pero de anchura distinta. O máis estreito é o que leva á cociña desta planta e o máis ancho o que conduce ao salón».

Casa, colegiata y crucero

Descartada cualquier relación entre los muebles o los bienes del interior y el propio edificio, Cultura deja de lado la protección de parte de su contenido. En el exterior, en cambio, establece un entorno específico, más allá de que la localización en la Ciudad Vieja garantice unas condiciones de integración adecuadas, y propone incorporar la mansión al ámbito de la colegiata de Santa María y el crucero de su atrio, ambos BIC, con una superficie total del 9.205 metros cuadrados.

El gobierno local señaló este viernes que uno de los motivos por los que solicitó la declaración «fue su apertura al público. Así lo exigiremos de modo inmediato para que los ciudadanos puedan entrar en una propiedad que por derecho les pertenece, y cuya titularidad reclamaremos en los juzgados para que se haga justicia y vuelva al patrimonio público del que nunca debió salir».

Las obligaciones de los nietos de Franco

Los descendientes de Franco tendrán que permitir visitas públicas y gratuitas a la casa Cornide al menos cuatro días al mes, durante cuatro horas cada jornada. Quedarán fuera los «espacios que constituyan domicilio particular o en los que pueda resultar afectado al derecho a la intimidad», pero la Xunta podrá establecer un «espacio mínimo susceptible de visita pública», después de «dar audiencia» a los propietarios.

El nuevo régimen de protección implica que cualquier intervención tendrá que ser autorizada por Patrimonio y su uso quedará subordinado a que no se pongan en peligro sus valores. La casa Cornide fue concebida como mansión señorial, y a lo largo de dos siglos y medio acogió usos diversos, «entre los que destacan los públicos y culturales», «relevantes para la apreciación de las comunidades locales de su importancia e interés».

La familia deberá conservar el edificio (su incumplimiento «será causa de interés social para la expropiación forzosa», anota el decreto), permitirá el acceso a inspectores, investigadores y técnicos de la Administración, comunicarán cualquier daño que afecte de forma significativa a su valor cultural y notificarán «de forma fidedigna» cualquier intento de transmisión onerosa, con indicación del precio, de las condiciones y la identidad del comprador.