Comerciantes y hosteleros de A Coruña exigen penas «más duras» a los ladrones reincidentes

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El autor de seis robos en establecimientos en diciembre podrá eludir la prisión por sus problemas de drogadicción

21 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

José C. L. es un joven con grave adicción a la heroína que la semana pasada ocupó el banquillo de los acusados por robar en seis establecimientos. Todos los cometió entre el 7 de diciembre y el 5 de enero. Reconoció los hechos frente al juez una vez que su abogado y el fiscal alcanzaron un acuerdo para rebajar la pena. En un principio, la acusación pública solicitaba que le impusieran 4 años y 10 meses de prisión. Finalmente, se quedó en 4 años. Que no tendrá que cumplir si el juzgado acepta su petición, que es la de someterse a una cura de desintoxicación con la promesa de no volver a delinquir durante ese tiempo de la condena.

Así lo establece la ley, que da potestad a los jueces a suspender la pena a un reo si este se compromete a curarse y no cometer infracción penal alguna. Aunque el beneficiado haya sido reincidente, como es el caso. José C. L. ya había sido condenado con anterioridad. Un juez lo castigó a dos años y medio de cárcel por un robo con violencia. Entonces ya le habían suspendido la pena. No ingresó porque el reo se comprometió a no delinquir en los tres años siguientes. Incumplió la promesa. El pasado mes de diciembre, comenzó a robar y no dejó de hacerlo hasta que lo detuvieron, un mes después.

Casos como este hay decenas todos los meses. Y los colectivos de comerciantes y hosteleros de la ciudad piden una reforma legislativa. No para impedir que los jóvenes con adicciones se curen y reintegren, pero sí para ampliar las penas para los que reincidan. «Todo el mundo sabe que hay delincuentes que no paran de robar por muchas veces que los detengan. Que tienen un problema con las drogas y no les resulta fácil salir de ese mundo. Dejarlos en libertad a cambio de una cura de desintoxicación no lleva a ningún otro sitio que a volver a robar. Lo hacen una y otra vez. Lo más lógico es que cumplan su condena en prisión y ahí se sometan a un tratamiento», sostiene Antonio Calvete, de la asociación de comerciantes del Agra.

Los hosteleros de la zona van un paso más allá. Luis García sugiere que el legislador cambie las normas y «premie a aquellos toxicómanos con su excarcelación una vez se tenga por seguro que en prisión se ha dejado de drogar». 

De uno a tres años

Entrar en una tienda de noche tras romper el escaparate le sale «muy rentable» a este tipo de delincuentes. Saben que el delito de robo con fuerza en las cosas está castigado con penas de uno a tres años. Y que hacerlo por necesidad de colmar su adicción les supone un atenuante. «Así que muchos delincuentes saben que no irán a la cárcel hasta acumular muchos delitos», explica el presidente de los comerciantes de A Gaiteira, Ramón Vila.

El joven juzgado la semana pasada, protagonista de una oleada de robos, y que ahora está a la espera de que el juez le suspenda la condena cometió el primero de los delitos en la madrugada del 7 de diciembre. Rompió la persiana metálica de un supermercado de la calle Panaderas. Allí se apoderó de 383 euros.

Dos noches después, el acusado, junto a otra persona que no se ha podido identificar, se presentó en un bar de la calle Barrera. Una vez dentro, se hizo con 500 euros entre monedas y billetes.

Al día siguiente regresó al mismo establecimiento. Volvió a romper la verja y buscó dentro. Pero los dueños ya no habían dejado un céntimo en su interior, así que el joven se fue con las manos vacías.

Ya el 13 de dieciembre, el acusado se dirigió con otra persona a un bar de la calle San Roque. Rompieron la verja y entraron. Durante varias horas, no hicieron otra cosa que cargar mercancía. La llevaban a un lugar oculto y regresaban a por más. Se apoderaron de 19 cajas de refrescos, un compresor, dos bicicletas y 65 euros.

El 29 de diciembre, a plena luz del día, aprovechando la hora de comer, entró en una tienda de accesorios de móviles en la calle Alcalde Marchesi. De ahí se llevó 145 euros que había en la caja. El 5 de enero robó 165 euros en un bar de la plaza de Lugo.

Los hurtos en supermercados y tiendas crecen pese a castigarse la reincidencia

El delito más cometido en la ciudad es el hurto. El año pasado re registró una media de 37 al día. Y eso tiene a los comerciantes muy preocupados. Creen que el endurecimiento de la ley con este tipo de infracción penal que se acometió en marzo del 2022 no es suficiente. El legislador decidió que si una persona se lleva de la estantería de una tienda una prenda de ropa valorada en menos de 400 euros, pagará una multa que no superará los 180. Pero se esa misma persona comete dos o más robos leves de objetos que sumen más de 400 euros se podrá enfrentar a penas de hasta 18 meses de prisión. Antes, nadie pisaba una cárcel por muchas veces que hurtara en un establecimiento.

Hay gente que se guarda 200 gramos de jamón serrano en el abrigo y hay quien se lleva el jamón entero. Hay personas trajeadas y con la vida resuelta que en un momento dado pasan por caja sin pagar una tableta de chocolate y las hay cuya única fuente de alimentación es el hurto en los supermercados. Ladrones que roban por encargo o padres de familia con escasos recursos que se alimentan con lo que les cabe en el bolsillo del pantalón. Hay de todo. Hubo un tiempo en el que lo más robado en los supermercados eran las botellas de bebidas alcohólicas. Ahora, lo que más se roba son productos de alimentación.