Empieza la instalación de vallas en el CEIP María Pita, en A Coruña, frente al botellón

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

cedida

Desde febrero hay un guardia de seguridad para la vigilancia los fines de semana

20 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El CEIP María Pita afrontará desde este jueves las obras con las que se mejorará la seguridad en su muro perimetral mediante la instalación de vallas con el objetivo de evitar la entrada de jóvenes que se colaban en las instalaciones en muchas ocasiones para realizar botellón y que también provocaban molestias a los vecinos del entorno.

La intervención municipal afectará a los laterales más bajos, por los que los jóvenes conseguían entrar al centro, y se hará de acuerdo a las peticiones formuladas por la asociación de madres y padres junto a la dirección del centro educativo.

Así, la actuación se efectuará en el pasillo peatonal que comunica la zona del mercado de Elviña con la ronda Camilo José Cela, es decir, las escaleras que hay entre el CEIP María Pita y el IES Otero Pedrayo.

El Ayuntamiento será la Administración que se encargue de ejecutar una obra que consistirá en elevar el muro perimetral mediante la colocación de vallas que dificulten el acceso de los jóvenes. El gobierno local asumió esta actuación a pesar de que considera que es responsabilidad de la Xunta, que, por su parte, entiende que es un problema vinculado a la seguridad. 

Ruidos y quejas

La instalación de estas nuevas vallas se espera que sirva para poner fin a un problema que el centro educativo arrastra desde hace meses y que afectaba tanto a los vecinos como a las propias instalaciones del centro.

Los residentes en el entorno del colegio se quejaban del ruido provocado por los jóvenes que entraban al centro fuera del horario lectivo, en muchas ocasiones con el objetivo de hacer botellón. Esto solía provocar que se produjesen gritos y que hubiese música con el volumen muy alto, tanto los fines de semana como en horario nocturno, afectando al descanso de los vecinos.

Además, las incursiones de los jóvenes conllevaban que las zonas exteriores del centro educativo terminasen con restos de basura. Bolsas de plástico, envoltorios de alimentos y botellas de cristal eran algunos de los elementos más comunes que los intrusos dejaban en las instalaciones escolares.

La colocación de estas vallas perimetrales es la segunda medida que toma el gobierno local para acabar con este problema después de que desde el pasado febrero hay un guardia de seguridad en el centro los viernes y sábados entre las nueve de la noche y la una de la madrugada.