Segismundo García y los hijos de Díaz Pardo, enfrentados por la dirección
16 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los roces que tuvo Segismundo García, administrador único de Sargadelos, con Isaac Díaz Pardo continúa con sus herederos. En esta ocasión el punto de fricción está en el Museo Carlos Maside, un espacio pendiente de declarar BIC por la Xunta y que lleva desde el 2016 cerrado al público.
La Fundación Sargadelos anunció que este centro cultural volvería a tener actividad este verano. Su apertura no es lo que genera debate, sino su gestión. Segismundo García indica que «hay socios reticentes a que se abra». «Yo soy mayoritario y se va a abrir, pero los hijos de Isaac Díaz Pardo votan en contra, alegando que lo correcto es liquidar la sociedad», afirma.
El litigio viene provocado por que el museo forma parte del Laboratorio de Industria e Comunicación, una entidad creada en los años 70 en O Castro para recoger la producción editorial y cultural que reunían. García remarca que es una sociedad que está en liquidación y que tiene entre sus activos el museo y un inmueble de bajo y cuatro plantas, donde antes estaba la oficina de ventas. Afirma que hasta que no salga un postor por el edificio que han puesto a la venta lo que pretende es que el centro cultural abra. Sin embargo, remarca que en la junta de accionistas los herederos de Díaz Pardo y la familia Vázquez Freire, los otros dos socios, se opusieron. «Dicen que mi obligación es venderlo y liquidar, en ningún caso cederlo la Fundación Sargadelos», asegura a modo de resumen de la reunión, celebrada la semana pasada. Dice que le advirtieron que si no liquidaba la sociedad recurrirían a la vía judicial.
«Dé por hecho que va a abrir en julio. Lo que no tiene sentido es que la misma persona que está, a veces, encabezando una manifestación para que se abra el museo, después, cuando llega el momento, vote en contra», puntualiza aludiendo a Xosé Díaz
Litigio por el legado
Sin embargo, este difiere de la interpretación. «Nós somos minoritarios e el o liquidador», asegura citando a Segismundo García. Tira de historia para asegurar que detrás de la creación del Museo Carlos Maside está el Laboratorio de Formas de Galicia, que «garda a memoria dos fundadores que o puxeron en marcha», en alusión a su padre y Luis Seoane. Apunta que «o museo e a colección son copropiedad do Laboratorio de Formas e das Cerámicas, pero a dirección do museo é do Laboratorio», especifica. «O Laboratorio de Formas creou e dirixiu o museo ata a morte de Isaac Díaz Pardo en 2012 e a partir de aí é cando aparecen os problemas, molesta a algunha xente, porque foi un personaxe que aparte de empresario era unha persoa comprometida», estima.
Afirma que el problema radica en la intención de García de apartar a la entidad del museo para intentar «que sexa unha cousa distinta». «Confío en que se ateña á realidade e á legalidade das cousas e entre razón», apostilla, remarcando que «non ten sentido que o Museo Carlos Maside perda a súa mensaxe de reconstrución. Esa filosofía non se pode perder».
El Museo Carlos Maside parte de una idea de los años 70 para recoger la producción del arte gallego a partir de Castelao y contribuyó a visibilizar a los artistas en el exilio. Inicialmente estuvo en la fábrica y en 1982 se finalizó su sede definitiva, con un diseño hexagonal de cubiertas firmado por Andrés Fernández Albalat, en la misma parcela de Cerámicas do Castro. Díaz Pardo dejó su impronta en el auditorio, las luminarias y la distribución en dos plantas.
En los últimos años se han sucedido las demandas de partidos políticos y de asociaciones como Irmáns Suárez Picallo — que llegó a recoger más de 1.800 firmas—, para que este museo sea declarado BIC, un hecho que lo protegería. La Xunta inició los trámites en el 2018, se anunciaron avances en los últimos años, pero solo en el inventario de los bienes. Desde Cultura se reconocía en el 2021 que tenía más de 2.000 piezas y que el 7 % del total de las obras presenta problemas de deterioro.
