Resucitan El Mesón de Pastoriza y Finca Villariza

A CORUÑA

Imagen de los jardines del Mesón de Pastoriza, que reabre como Rincón de Pastoriza.
Imagen de los jardines del Mesón de Pastoriza, que reabre como Rincón de Pastoriza.

En sus buenos tiempos llegaron a pasar casi 100.000 personas al año por las instalaciones que fundaron Eulogio Gestal y su mujer

07 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue un imperio. Aquí se celebraron más bodas, bautizos y comuniones que en muchas iglesias. El Mesón de Pastoriza, más adelante Salones Pastoriza, abrirá la próxima semana reconvertido en El Rincón de Pastoriza. En sus buenos tiempos llegaron a pasar casi 100.000 personas al año por las instalaciones que fundaron Eulogio Gestal y su mujer. Ahora, con la decoración de Belén Sueiro, la apuesta es diferente. «La masificación se terminó», sentencia Roberto Gestal, emprendedor e hijo de los fundadores. Es una nueva imagen. Un espacio más reducido, exclusivo y privado para todo tipo de celebraciones y eventos. «Solo se hace una boda al día, por ejemplo, un banquete o un evento corporativo. Abrimos solo una parte, con una capacidad de 350 personas como máximo», resume Roberto, que está al frente de la empresa Invegest. Ha gestionado proyectos internacionales como el cátering del AVE La Meca-Medina en Arabia Saudí, y nacionales como el circuito del Jarama, los clubes de golf de la Real Sociedad Hípica, el Club de Campo o el RACE. «En esta nueva etapa, Invegest vuelve a sus orígenes para volcar su experiencia en impulsar los negocios familiares hacia una nueva etapa. Rediseñando estos espacios: El Rincón de Pastoriza y Finca Villariza», comenta. Sí, porque el proyecto incluye también la resurrección del imponente pazo Villariza, que abrirá el miércoles. «Mantenemos el encanto de siempre, pero no será un restaurante a la carta. Durante la semana ofrecemos un menú ejecutivo en el salón y la terraza en el que se puede elegir entre cinco primeros y cinco segundos. Los fines de semana buscamos un ambiente familiar con una propuesta de menú similar, a 32 euros por persona. Aquí sabes lo que vas a pagar», informa Roberto. Una alegría que vuelvan a abrir sus puertas.

A dedo desde Santander para ver el primer Zara

Puede ser que a veces España no sea Europa. Ver en pleno 2023 a tres turistas haciendo autoestop en pleno centro de A Coruña deja una postal, como poco, noventera. Sin embargo, a Bob y a sus dos amigos lo que les llama la atención es que los viandantes los miren extrañados. Son un alemán, una francesa y un polaco —no es un chiste— que estuvieron menos de 24 horas en la ciudad, pero que exprimieron bien la visita. Estudiantes de Erasmus en Madrid, están aprovechando el período vacacional de Semana Santa para conocer la península ibérica. Primero llegaron a Santander —Bob en autoestop desde Madrid y sus colegas en Blablacar—, y después recurrieron de nuevo al sistema del pulgar hacia arriba para llegar hasta Portugal. Aunque pueda parecer que no quedan conductores piadosos, lo cierto es que dicen que con un poco de paciencia pueden llegar al destino que se pongan por delante. El pasado martes, hasta tres vehículos los fueron acercando poco a poco a la frontera con el país luso, llegando cuando oscurecía a la ciudad herculina. Es curioso, pues el chófer, que les especificó qué hacer en A Coruña, lo primero que hizo fue depositarlos en el Zara de Juan Flórez. «Nos explicó que era el primero del mundo y nos hicimos una foto con él, fue muy simpático», comenta Bob. Después, con el objetivo de seguir viajando al menor coste posible, decidieron dormir a la fresca. «Pasamos la noche en la playa que hay debajo de la casa de luz [la torre de Hércules]». Cuando amanecieron, conocieron el centro de la ciudad y se dispusieron a emprender la aventura de llegar a Portugal, pasando previamente por Santiago. Para ello, los tres se plantaron en la avenida de Linares Rivas a la espera de que un alma cándida los acercase hasta la capital gallega. Llevaban tan solo unos minutos y, armados de paciencia y confiando en la suerte, estaban convencidos de que conocerían la plaza del Obradoiro y la catedral de Santiago. Aseguran que no hacen autoestop por falta de posibles. Eligen esta alternativa porque, además de ahorrar, detallan, «conoces gente, aprendes idiomas y los locales te informan de los mejores sitos para visitar; me sorprende que en España no lo hagáis», indica Bob.