Lucía Vidal, impulsora de NAI Concept Store: «Nunca pensé que a los 36 años me vería viuda y abriendo una tienda»

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Lucia Vidal en el espacio de juegos de su tienda NAI Concept Store, ubicada en la calle Betanzos de Sada.
Lucia Vidal en el espacio de juegos de su tienda NAI Concept Store, ubicada en la calle Betanzos de Sada. CÉSAR QUIAN

Tras perder a su marido y a su madre, creó un comercio en el que pudiera estar su hijo

27 mar 2023 . Actualizado a las 08:18 h.

La vida golpea a veces con tanta dureza que no da tiempo ni a reaccionar. A Lucía Vidal (A Coruña, 1987) se le cayó el mundo encima cuando perdió a Dani, su pareja. Un linfoma muy agresivo se lo llevó a los 38 años, pero dejó un imborrable recuerdo en la memoria de su familia, amigos y en esos campos de fútbol donde a tantos jugadores entrenó. Lucía se encontró de repente viuda y con un bebé, pero se llenó de fortaleza, dejó el trabajo que tenía y decidió crear una tienda muy especial en Sada para estar más tiempo con su hijo. Esa fue su forma de reaccionar.

—¿No sabía lo fuerte que era hasta que le tocó serlo?

—Nunca pensé que a los 36 años me vería viuda y abriendo una tienda. Si me dicen hace cuatro años que voy a estar montando NAI Concept Store, no se me pasaría ni por la cabeza, la verdad.

—¿Cómo le ha cambiado la vida en todo este tiempo?

—Los últimos dos años han sido muy duros a nivel personal. Pasamos de ser una familia de tres a que la vida de repente frenase en seco y me pegase un golpe. Víctor, nuestro niño, tenía año y medio cuando a mi marido le diagnosticaron un cáncer. Fueron ocho meses de enfermedad.

—Ocho meses muy duros.

—Fueron unos meses terribles, pero que recuerdo con mucho amor entre los tres. Cuando él fallece, retomé la vida anterior —ella trabajaba en una tienda de ropa—, pero me di cuenta de que necesitaba frenar un poco, tener un tiempo de calma y afrontar la situación.

—Tenía que pasar el duelo.

—Así es. Tarde o temprano tienes que pasar el duelo, pero esa tristeza nunca se va. Se va sintiendo de una forma diferente.

—¿Qué le hizo reaccionar?

—El niño fue lo que me ayudó a estar activa y a seguir para adelante. Por eso digo que esta tienda es de los dos. Y Dani, la estrella que nos guía.

—Sacó fuerzas de flaqueza y se lanzó a emprender.

—Me cogí una excedencia y decidí crear NAI, un concepto de tienda cuyo objetivo es ejercer la maternidad de una forma tranquila, un espacio diseñado para conciliar vida laboral y familiar. Buscaba una tranquilidad y un cambio después de este golpe que me ha dado la vida.

—¿Qué aprendizaje se lleva?

—Aprendí a disfrutar de las cosas más sencillas. Aprendí que tenía que disfrutar más de mi hijo, de mi familia, de los amigos y estar más en casa y cerca de casa.

Madre emprendedora: «Aquí puedo pasar más tiempo con mi hijo. Mientras él juega, yo estoy trabajando». Ubicada en la calle Betanzos de Sada, NAI Concept Store es una tienda de artículos infantiles donde «hay juguetes educativos, libros, textil y decoración, todo elegido con mucho cariño», explica Lucía Vidal.

«Un niño de tres años no te permite quedarte en casa a pasar el duelo. La vida sigue»

Lejos de hundirse tras perder a su marido y a su madre, Lucía Vidal está sacando adelante un negocio que le permite conciliar. Apasionada del sector textil y del diseño, esta emprendedora decidió montar una tienda infantil en Sada donde tanto su hijo como los hijos de sus clientes pueden disfrutar y pasar un rato agradable.

—Pero no es una guardería.

—No, NAI no es una guardería. Hay una zona de juegos donde los niños pueden divertirse y probar los productos o juguetes que hay en la tienda para saber si les gustan.

—¿Cómo describiría su proyecto?

—Quiero que la gente vea NAI como un punto de encuentro, como un lugar al que acudir cuando necesitan comprar algo, pero también cuando lo que quieren es acompañamiento.

—Además de perder a su marido, otro golpe de la vida ha hecho que perdiera a su madre, Teresa, con tan solo 66 años. ¿NAI es un homenaje a ella?

—De hecho, ella estaba muy ilusionada con este proyecto, que ya tenía nombre cuando falleció mi madre. Pero su muerte me hizo sentirme orgullosa de haber elegido NAI, porque para mí esa figura lo es todo.

—Y esa conciliación, que a veces solo existe gracias a los abuelos, se le vino abajo al fallecer ella.

—Un niño de tres años no te permite quedarte en casa y pasar el duelo de una forma tranquila, como lo harías en otras situaciones de tu vida. La vida sigue. Me considero afortunada porque tengo una familia y unos amigos que me están ayudando muchísimo.

—Abrió hace una semana. ¿Qué tal ha sido la acogida?

—Muy buena, estoy muy ilusionada. Creo que Dani nos guía y nos va a dar suerte.