El mayor narco de hachís de Europa se fuga del centro de inserción de A Coruña

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

Anselmo Sevillano, en una de sus detenciones, en imagen de archivo.
Anselmo Sevillano, en una de sus detenciones, en imagen de archivo. HUELVA INFORMACIÓN

Anselmo Sevillano Amaya, condenado hasta el 2029, aprovechó su tercer grado para no regresar a las dependencias penitenciarias

25 mar 2023 . Actualizado a las 19:48 h.

La mayor parte del hachís que se fumaba en Europa entre los años 2000 y 2011 pasó por las manos o viajó en las narcolanchas de un hombre: Anselmo Sevillano Amaya. Es un histórico narcotraficante andaluz que compraba la droga en Marruecos y la distribuía principalmente por España, Francia, Reino Unido y Holanda. Amasó una fortuna hasta que lo detuvieron en el 2011 en su chalé de lujo de Estepona (Málaga). La Justicia le impuso entonces 14 años de prisión, a los que había que sumar otras condenas, que cumpliría hasta el 2029.

Pero esta pasada semana decidió ponerle punto y final a la vida carcelaria. Recluido en el Centro de Inserción Social de A Coruña desde el 2 de febrero, aprovechó el tercer grado del que gozaba para no volver por la noche a dormir. Hoy nadie sabe dónde puede estar. Lo que se sabe es que tiene posibles para esconderse donde le plazca.

Anselmo Sevillano Amaya recorrió varias cárceles españolas hasta acabar en este centro de inserción con 47 años. Hasta febrero estuvo recluido en la prisión de Córdoba. Contrató los servicios de un abogado coruñés, que le consiguió un contrato de trabajo como chófer en esta ciudad. Gracias a eso, logró que le concediesen el tercer grado. Dormía en esas dependencias y tenía el día libre. Cumplió hasta que un día dejó de hacerlo el pasado día 20.

Anselmo Sevillano, saliendo de un furgón policial, siendo increpado.
Anselmo Sevillano, saliendo de un furgón policial, siendo increpado.

Su fuga sorprendió y molestó a los funcionarios de prisiones andaluzas. El historial penitenciario de este hombre tiene borrones importantes. Cuando lo detuvieron en el 2011 ya pesaba sobre él una orden de búsqueda y captura por no cumplir una condena por narcotráfico en el 2005. Aparte de eso, nada más entrar en la cárcel de Huelva compró los favores del director, por lo que este fue cesado fulminantemente. Además, en el 2015 lo acusaron de organizar un complot para asustar a dos funcionarias de la prisión Puerto III (Cádiz). Una psicóloga y una trabajadora social habían votado en contra de conceder el tercer grado a otro recluso, un constructor gaditano amigo y socio de Sevillano. Para hacerles cambiar de opinión, su banda investigó dónde vivían, sus rutinas, incluso cuántos hijos tenía una de ellas. El objetivo era darles un susto para que reconsideraran sus decisiones en la Junta de Tratamiento. El sindicato Acaip denunció la coacción, pero la investigación terminó siendo archivada.

«Son demasiados y graves los antecedentes carcelarios de este interno, así como las penas que tiene que cumplir por narcotráfico, como para optar al tercer grado y, peor aún, que se lo concedan», dicen fuentes de ese sindicato.

Este histórico narco, cuando lo detuvieron en el 2011, vivía en un chalé imponente de la urbanización de lujo Atalaya Park, en Estepona (Málaga), con su mujer y su hijo pequeño, vecino al del torero Curro Romero. En el párking contaba con cinco vehículos de lujo, según los datos que fue dando la prensa andaluza. Pero aparte de la villa y los cochazos era un hombre poco ostentoso y discreto. Le iba la libertad en ello. Estaba huido de la Justicia y los negocios no le iban nada mal.

En casa, donde se escondía, Anselmo tenía montada toda una oficina. Además de 26.000 euros en efectivo, la policía encontró 60 teléfonos móviles, seis GPS náuticos y dos teléfonos satélites, todos en pleno funcionamiento.

Antes de su arresto, Anselmo tenía en vigor una orden de ingreso en prisión por tráfico de drogas, dictada un año antes. La condena era de cuatro años y medio de cárcel, que no cumplió porque huyó. Este narcotraficante ya había sido detenido en julio del 2005 junto a su socio de entonces, Sergio Mora Carrasco, alias El Yeyo. La policía descubrió en esa operación que los dos tenían comprados a dos agentes. Anteriormente, el Tribunal Supremo había anulado otra condena a Anselmo de siete años.