«Al feminismo, como al pan, hay que amasarlo "pasiño a pasiño"»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Mila Vela, Desi Alfonso, Aldara Ares, Mónica Abeijón, Yamila Sidati y, delante, Sara Martínez, la plantilla 100 % femenina del obrador artesanal La Bulanxerí de A Coruña.
Mila Vela, Desi Alfonso, Aldara Ares, Mónica Abeijón, Yamila Sidati y, delante, Sara Martínez, la plantilla 100 % femenina del obrador artesanal La Bulanxerí de A Coruña. MARCOS MÍGUEZ

En el obrador La Bulanxerí de A Coruña el 100 % de las trabajadoras son mujeres

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En esta panadería, además de a cruasán recién hecho, huele a igualdad. Es el obrador de La Bulanxerí, en la calle Magistrado Manuel Artime de A Coruña. Aquí pintan de harina el feminismo porque todo el equipo está formado por mujeres. Su techo de cristal es un escaparate enorme donde se refleja el buen rollo con el que trabajan. Hasta la jefa es una mujer.

Pero no todo es de color violeta-feminista. Aún hay clientes que tardan en ver a Mónica Abeijón (Muros, 47 años) como la responsable de la empresa. Les cuesta. Y eso que ella, junto a sus socios Alberto Neira y Jacques Isaac, es la dueña de la panadería. Pero «a veces interpretan que soy la mujer del jefe o no me perciben como la jefa».

Tiempo al tiempo. «Al feminismo, como al pan, hay que amasarlo pasiño a pasiño», comenta Mónica. Esta empresaria del pan es partidaria de ir avanzando amodiño. «Creo que as cousas se conseguen mellor polas boas, aínda que hai momentos en que é normal que saiamos a poñer os puntos sobre as íes». Con dos hijos, la conciliación es la desigualdad que más le preocupa.

«Trabajar entre mujeres es algo mágico», afirma Sara Martínez (Ourense, 31 años), a quien encontramos con las manos en la masa. «Ese denominador común nos hace ser más empáticas entre nosotras y que haya una sensación de hermandad consolidada. Cuando hablo de mi trabajo con la gente que me rodea, es un aspecto que siempre destaco, porque al final llegas a trabajar con ganas e ilusionada».

Nos adentramos en este obrador, donde todo es blanco y reluciente. Son las ocho de la mañana y en la sección de bollería Yamila Sidati (Arteixo, 24 años) lleva un rato elaborando una crema de queso con lima y limón para terminar de glasear los rollos de canela. «Esto es todas a una. No hay una lucha interna de a ver quién destaca más. Aquí todas luchamos igual para que el trabajo salga bien. Creo que la complicidad que tenemos entre nosotras es total. Si hay un problema, todas nos apoyamos. De hecho, somos como una pequeña familia», dice.

Para ellas, la excelencia es el camino y la paridad es pan comido, pero todas reconocen que aún queda mucho para que la igualdad plena termine de hornearse en la sociedad. Vigilando temperaturas y cocciones del pan de cada día vemos a Milagros Vela (Ecuador, 29 años). A esta miembro del equipo de La Bulanxerí le gustaría que las mujeres pudieran quitarse los miedos a la hora de volver a casa solas por la noche, por ejemplo. «Yo quisiera no tener que preocuparme por esas cosas». A ella le toca madrugar por su trabajo, pero confiesa divertida que vive justo enfrente.

Yamila cree que las féminas tienen «más difícil entrar en el mundo de la panadería. Personas como Alberto o Mónica de La Bulanxerí sí que dan oportunidades a las mujeres, pero realmente entrar a hacer pan es complicado para nosotras. Lo lamento porque somos muy capaces. Y en Galicia las mujeres han estado en la panadería toda la vida. Es una pena que se nos quite de ahí por pensar que somos más débiles o que no tenemos la fuerza suficiente para hacer pan», analiza. Terminamos el recorrido. Junto al mostrador está Aldara Ares (A Coruña, 24 años): «Hay que visibilizar a las que están arriba, pero también a las que están en la base. Falta ese reconocimiento». Pues eso. Y que hornee.

«Hoy en día es muy raro ver a mujeres haciendo pan en una panadería»

Esta mañana reina la ilusión en La Bulanxerí, porque su famoso pan brioche ha llegado muy lejos. La gran Lucía Freitas lo ha escogido para elaborar su hamburguesa de premio en un concurso en el que compite esa misma mañana y todos están expectantes. Seguimos conversando sobre el 8M con la plantilla, compuesta íntegramente por mujeres.

Pero el pan de cada día en su sector, como en tantos otros, sigue siendo la desigualdad. «Hoy en día es muy raro ver a chicas haciendo pan en una panadería. Mujeres habrá, pero seguramente estén en la zona de pastelería. Es verdad que hay sitios como este donde están dando oportunidades, porque al final somos igual de capaces que los hombres y es una pena que no sea al 50 %. Poco a poco, espero que vaya mejorando la situación», apunta Yamila Sidati.

Su compañera Sara Martínez tiene claro que hombres y mujeres todavía no son iguales en derechos, «pero la conciencia feminista cada vez es mayor, sobre todo entre las mujeres».

Les encanta su trabajo y se nota. «¿Lo más bonito? Que es un proceso muy artesanal en el que no somos meras operarias. Nosotras realizamos el proceso de principio a fin. Y si sale bien es porque velamos para que eso sea así. Al estar trabajando con algo que está vivo, el proceso es mágico. Nuestro papel es intentar que el pan y los cruasanes y todo lo que hacemos aquí salga igual cada vez», argumenta Sara.

«Mi trabajo es mi pasión. Aparte de hacer un producto de calidad y sano para los clientes, lo que más me gusta es la parte creativa. Siempre estamos buscando cosas nuevas y eso es algo enriquecedor», añade Yamila.