La caída de la curva de la natalidad ya se nota en los colegios de A Coruña: «No centro onde ensino, este curso só temos 13 nenos na clase de 3 anos»

Mila Méndez Otero
m. méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

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CESAR QUIAN

Los matriculados en primero de infantil cayeron en casi 700 niños en diez años

12 mar 2023 . Actualizado a las 08:01 h.

Lejanos parecen ya los días en los que los padres hacían triquiñuelas para conseguir plaza en el colegio deseado para sus hijos. La nueva realidad es que ahora son los centros los que se esfuerzan por seducir a los progenitores en sus jornadas de puertas abiertas. El motivo no es otro que la falta de niños. No hay tantos para tanto centro. Al menos, para alcanzar las cifras de hace tan solo diez años de alumno por aula. Si en el curso 2012-2013 eran 2.186 los niños que empezaban en primero de infantil, en el actual curso son 1.530, es decir, 656 menos.

La crisis demográfica ha llegado para quedarse. Un vuelco del que son conscientes los directores de los colegios, donde se matriculan los alumnos del segundo ciclo de infantil (de 3 a 6 años). En el 2021 nacieron en A Coruña 1.478 bebés, el peor año desde que hay registros. Muy lejos de los 2.134 del 2010.

«La mayoría de centros redujeron alumnado. En uno se suprimió un aula. Hay menos hijos por familia y más hijos únicos», apunta Rubén Ramos, director del CEIP Manuel Murguía, en Feáns, uno de los 28 públicos que hay en el municipio.

Aunque se beneficiaron en su momento de la eclosión del nuevo barrio, la creación de otra escuela, el CEIP Novo Mesoiro, una de las últimas en nacer en la ciudad, y la caída de la natalidad no les son ajenas. «Los matrimonios jóvenes que se mudaron aquí fueron haciéndose mayores», precisa. Aún así, lo positivo es que llevan dos años manteniendo la cifra de matriculados en infantil: 42 niños entre los tres cursos.

«En el curso pasado cubrimos, pero, donde antes había 120 solicitudes, tuvimos 107. El número de niños decrece y en A Coruña hay colegios fantásticos, tanto públicos, como concertados o privados», destaca Alfonso Trillo, director del Colegio Santa María del Mar, concertado, y uno de los de mayor capacidad, con 300 alumnos en infantil, 100 por nivel, y 600 en primaria. «Cuesta mucho dinero y trabajo tener un hijo. No se dan las facilidades suficientes y lo cierto es que hay que pensárselo mucho», justifica.

«Los datos de la caída de natalidad son objetivos. Está claro que hay menos niños. Sin embargo, las familias cada vez son más exigentes con la calidad educativa, lo que nos permite seguir teniendo alumnado», argumenta Dolores Otero, la directora del Colegio Internacional Eirís, privado.

Alumnos migrantes

Es en los primeros años de enseñanza donde más se está notando la curva demográfica. Es cuestión de tiempo que se extienda a la secundaria. «Por ahora, las aulas están llenas, pero esperamos que nos acabe afectando», reconoce Isabel Ruso, la directora del Eusebio da Guarda y presidenta de la Asociación de Directores de Institutos de Galicia.

La incorporación de alumnos migrantes, en torno a unos 800 este curso en los institutos de A Coruña, contabiliza Ruso, mitiga la situación. Pero, la profesora de la UDC Raquel Martínez advierte que esta es solo una solución temporal porque «los migrantes acaban adaptando su fecundidad a las pautas del contexto social de su entorno».

El temor a que se cierren aulas y, con ellas trabajos, orbita en los pasillos. Desde la Consellería de Educación avanzan que «malia perder case 15.000 alumnos nas etapas de infantil e primaria en todo o sistema, hoxe temos máis aulas ca no curso 2009-2010». Algo que se explica tras la división de clases por las normas anticovid.

Los docentes esperan que esta actitud se mantenga y que les permita, al menos, bajar la presión por la saturación de las clases de años pasados.

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MIGUEL MIRAMONTES

Raquel Martínez Buján, socióloga: «El problema de la baja fecundidad es que no se tienen los hijos que se desean tener»

Lleva años investigando el comportamiento de las sociedades y la profesora de la Facultade de Socioloxía de la UDC Raquel Martínez Buján tiene claro el diagnóstico: «El problema de la baja fecundidad no se debe tanto a que no se tienen hijos, sino que a no se tienen los hijos que se desean tener». Su argumentación la sustenta en datos como los de la Encuesta de fecundidad del INE. El 19,9 % de las mujeres en edad reproductiva dice que el recorte de sus expectativas en el tamaño familiar se debe a aspectos económicos, el 25,9?% a razones laborales y de conciliación. El 21 % confiesan que tienen menos hijos de los deseados.

Teniendo en cuenta que las mujeres en edad fértil van a ser cada vez menos, pues proceden de generaciones ya menos numerosas, la tendencia es que haya menos nacimientos. «Este es un proceso que forma parte de las sociedades modernas y que no tiene que ser visto como algo negativo, sino que puede ser interpretado incluso como de eficiencia reproductiva, lo que permite cosas positivas», apunta Martínez.

En la misma encuesta, aunque crece el grupo de las que no desean hijos, «ser mujer ya no está asociado a ser madre», destaca, solo el 9?% de las mayores de 40 no tienen descendencia. Por tanto, la progresión de la curva no se debe tanto a un rechazo a la maternidad, sino a los condicionantes sociales. Solo con políticas de apoyo a la familia y a los cuidados, dice, se podrá frenar la caída.

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Marcos Míguez

Antonio Leonardo, presidente da Asociación de Directores de Colexios Públicos da Coruña: «No centro onde ensino, este curso só temos 13 nenos na clase de 3 anos»

«Un alumno que teña un irmán pode darse, pero con dous... xa é máis complicado. O modelo de familia mudou», conta Antonio Leonardo Pastor. Desde hai un decenio, este mestre de Educación Física é o director dunha escola que está apiques de celebrar o seu centenario na Coruña, o CEIP Curros Enríquez, en Monte Alto. Neste popular barrio, un dos máis densamente poboados, o descenso de nacementos non pasa inadvertido. Leonardo, con 30 anos de carreira ás súas costas, confirma o evidente: «Non hai tantos nenos». Como presidente da Asociación de Directores de Colexios Públicos da Coruña, o reto de adaptarse, asume, forma parte do seu presente.

-Lembra esas aulas de infantil nas que había ata 40 rapaces?

-Si, pero de cando era eu o estudante. Desde que dou clase, hai 30 anos, nunca tivemos esa cifra.

-Cantos alumnos de infantil hai no Curros Enríquez?

-En total temos 251 alumnos, 51 en infantil e 200 en primaria. En educación infantil temos un aula por nivel, é dicir: só 13 alumnos en tres anos; en catro anos, 21, e en cinco anos, 17. En primaria, temos oito unidades, dúas por curso.

-Con 13 alumnos en tres anos, ¿haberá que pechar aulas cando estes nenos cheguen a primaria?

-Cando os 13 alumnos de tres anos cheguen a primaria, non vou ter a posibilidade de facer dúas aulas. Se segue así a curva demográfica, teremos un grupo por curso e pasaremos a ser un colexio de liña un. Pero, hai que ter en conta unha nova tendencia: moitos pais non están a escolarizar aos fillos ata os catro ou cinco anos, sobre todo, desde o covid. É probable que, no próximo curso, teñamos máis nenos en catro anos.

-Cal é o mínimo de alumnos para non pechar un aula?

-A ratio é de 25 alumnos por aula. Pero, a Consellería non está a pechar aulas se, entre dúas, suman 20 rapaces. Salvo algunha excepción, tampouco está a recortar profesorado.

-Un colexio, o Emilia Pardo Bazán, pechou este curso un aula.

-Si, pero eran aulas a maiores creadas durante a pandemia, para non ter a tantos nenos xuntos nunha clase. Agora, volven a estar como estaban antes do covid.

-Con todo, as cifras preocupan?

-Nos colexios públicos, de momento, mantemos as mesmas unidades desde seis anos para atrás. Pero, claro que preocupa. A incidencia da crise demográfica estase a camuflar un pouco coa chegada de alumnos estranxeiros, que tamén temos moitos. Pero a súa presenza só difumina a incidencia verdadeira desta realidade. Hai non tanto tiñamos 300 alumnos no Curros Enríquez e cinco aulas en infantil.

-É unha escola veterana.

-Eu cheguei a este CEIP no 2000. É un centro moi antigo, na Coruña hai poucos centenarios, ademais de Labaca, o Eusebio e o Concepción Arenal. Tamén é unha escola grande. Aquí chegou a haber case 1.700 alumnos, pero é certo que abriron outros CEIP cerca: o Cidade Vella, o Torre de Hércules ou o de Zalaeta, que ao comezo era só de Educación Infantil. Ademais, tamén hai centros concertados moi preto.

-A competencia aumentou?

-Digamos que as familias teñen moito onde escoller. Algo que pasa, polo xeral, en toda a cidade.

-Dálle clase a irmáns de distintas xeracións hoxe?

-Cando comecei como mestre, no ano 90, había familias con varios irmáns no centro. Pero iso foi pouco a pouco mudando.

-Hai algo positivo en todo isto?

-Ao baixar o número de alumnos por aula, e por mestre, a docencia hoxe é máis persoal. A atención é moito mellor, hai un aumento da calidade que é indubidable. Os 25 nenos por aula en primaria son una cifra óptima, pero pode ser máis discutible en infantil. Claro que hai un límite. En Educación Física, dar clase a un grupo de dez nenos tampouco é positivo, porque moitas actividades son para aprender en grupo.

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EDUARDO PEREZ

Manuel Peralbo, decano de la Facultade de Ciencias da Educación da UDC: «Tememos una disminución importante en la cifra de maestros»

En el pasado curso, 129 alumnos se graduaron en Infantil y 117 en Primaria en la Facultade de Ciencias da Educación de la UDC. Unas cifras que mantienen desde hace unos años. Los estudiantes, asegura el decano, «son conscientes» de la realidad demográfica que atraviesa Galicia.

-¿Cómo define la marcha de la curva demográfica?

-Si hay que escoger un término, preocupante es la palabra. Hemos mantenido muchas conversaciones tanto con la Consellería de Educación como con otras facultades sobre la necesidad de estar preparados para adaptarnos a su evolución. Tememos que, en el futuro inmediato, se produzca una disminución importante del número de maestros que se incorporen a la docencia. Lo cierto es que la cifra de graduados está por encima de la oferta de empleos, tanto en el sector público como privado, y la caída de la natalidad no ayuda a que esta relación mejore. En cualquier caso, las cifras pueden mejorar, o no, también en función de la inversión, que no gasto, que se realice en educación en términos de PIB.

-¿Las jubilaciones en el cuerpo de maestros están contrarrestando el impacto de la evolución de la natalidad en Galicia?

-La recuperación de la tasa de reposición en las Administraciones está favoreciendo que, en los últimos años, exista una incorporación más fluida de los graduados en los centros educativos. La preocupación está clara, pero, por ahora, el balance entre la oferta de profesorado que surge de la universidad y los puestos que tenemos en la enseñanza está bastante equilibrado.

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CESAR QUIAN

La sanidad ante el reto demográfico: ¿simple espectadora o actriz protagonista?

En el Hospital Universitario de A Coruña finalizábamos el 2022 celebrando un cambio de tendencia al haber superado, por primera vez desde hace 11 años, los nacimientos del año anterior. No dudo que este hecho tiene mucho que ver con el prestigio de nuestro hospital materno-infantil que, a su vez, es reflejo de la calidad de nuestra sanidad pública y de sus profesionales. Sin embargo, no somos ciegos al entorno desfavorable que nos rodea. Con una tasa de natalidad en torno al 5,4 % y con menos de 15.000 nacimientos anuales por segundo año consecutivo, debemos tomarnos en serio el problema.

Si bien las causas del descenso del número de nacimientos son múltiples y muchas trascienden al ámbito sanitario, no podemos dejar de pensar en qué podemos hacer nosotros, como gestores y profesionales de la salud, para garantizar nuestra pervivencia como sociedad. En un contexto bien distinto al que nos ocupa, la diseñadora Coco Chanel decía que «la simplicidad es la clave de la verdadera elegancia». Pues bien, intentemos ser simples, y elegantes, en nuestros planteamientos iniciales y acertaremos. No es momento de estrategias imaginativas, por muy ampulosas que suenen, si no abordamos primero lo simple.

En primer lugar, los sistemas sanitarios deben garantizar que todas aquellas familias que deseen tener hijos tengan la posibilidad de hacerlo. Cuando, por razones diversas, esto no ocurre de manera natural, potenciar la actividad de las unidades de reproducción humana asistida se convierte en algo fundamental, necesario y urgente.

En segundo lugar, las medidas de protección de la maternidad y paternidad empiezan por cuidar el propio acto del nacimiento. Debemos garantizar los estándares de seguridad y calidad que se nos presuponen, pero a la vez debemos poner en marcha todas las estrategias necesarias para que la experiencia del nacimiento sea un acto diferencial en un centro sanitario.

En tercer lugar, pensemos en la oportunidad de prestar una atención pediátrica de excelencia. Las medidas de protección a la salud infantil empiezan por priorizar el adecuado control de la gestación y los recursos de las unidades de diagnóstico prenatal, y continúan con los planes de mejora de las unidades neonatales y pediátricas. Concentrar los nacimientos de mayor riesgo en unidades de referencia, garantizar la formación de subespecialistas, mejorar el transporte pediátrico y ampliar la oferta de las redes de atención temprana son estrategias alcanzables a corto plazo y con un indudable impacto.

Por último, y reconozco que quizás aquí me cuesta distinguir entre mi faceta como pediatra y la de padre de familia numerosa, toda estrategia encaminada a garantizar la conciliación de forma real y efectiva es un estímulo a la natalidad. Eliminar las trabas burocráticas, detectar a familias vulnerables, premiar a las que deciden (decidimos) tener más hijos y facilitar el acceso simple a las ayudas son solo algunos ejemplos.

Una sociedad moderna se caracteriza, entre otras cosas, por saber cuidar de su salud materno-infantil. «Primero las mujeres y los niños», dice el clásico aforismo de los naufragios… pues eso.

 Por Alejandro Ávila Álvarez, director de Atención Hospitalaria en el Área Sanitaria de A Coruña e Cee