Los rostros del entroido de A Coruña: «No tengo vergüenza, me encanta que me miren y se hagan fotos conmigo»

Caterina Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Lola Rodríguez en su casa con el traje de este año, inspirado en la cantante cubana Camila Cabello
Lola Rodríguez en su casa con el traje de este año, inspirado en la cantante cubana Camila Cabello MARCOS MÍGUEZ

Lola, Merceditas y Pily celebran estas fiestas desde que eran pequeñas

19 feb 2023 . Actualizado a las 22:48 h.

La banda sonora de su vida es la canción Carnaval, te quiero. Año tras año, los miembros de las comparsas coruñesas, al igual que los choqueiros, esperan la llegada del entroido como los niños pequeños aguardan a los Reyes. «Tengo fotos disfrazada desde los 9 años y cumplo en abril 69. Me encanta exhibirme», apunta Mercedes Sánchez, conocida como Merceditas. La choqueira, que este martes descubrirá la placa en su honor en Monte Alto, no se imaginaba ser homenajeada: «Estoy encantada. Me gusta tanto disfrazarme que un año que tenía a mi hermana ingresada en la residencia me llevé la ropa al hospital para cambiarme y luego me paseé por la Marina yo sola», dice Merceditas.

Debido a que este año es, si cabe, más especial para ella, ha elegido un atuendo adaptado a la ocasión. «Como el viernes me entregaron de forma simbólica la placa de choqueira en el Ayuntamiento de A  Coruña, decidí ir de maja, que es más elegante. Hice yo misma la banda», señala. Ese traje, como casi todos los que luce, es reciclado. «Voy comprando en mercadillos cuando veo cosas que me pueden servir. Este vestido lo puse solo un año que, como llovió y el concurso de choqueiros se hizo en la Grande Obra de Atocha, poco lo exhibí». Tras los festejos, será guardado con el resto de su colección. «Tengo tres trasteros para poder guardar todos los trajes. Los conocidos me llaman siempre para pedirme alguno». Además de comprar, hay diseños que realiza ella misma. «Cuando fuimos a Disney, en París, me hice la falda de Minnie Mouse con unas cortinas de la furgoneta de mi hijo. Fui vestida así en el avión», comenta Merceditas, que dice: «Yo no tengo vergüenza, me encanta que me miren y se hagan fotos conmigo». Sin duda, este martes acaparará todas las miradas.

La confección de los trajes

Igual que Merceditas, las comparsas llaman estos días la atención de los coruñeses. Una de las que lleva más años acudiendo al tradicional desfile de ayer es Pily Ferreiro, de los Kilomberos de Monte Alto. «Llevó desde el 99. Ensayamos una vez a la semana tres horas y no veas lo que cansa. Es mi gimnasio», comenta la mujer, natural de Ourense. «Cuando era pequeña, como mi madre no tenía mucha paciencia para hacerme los disfraces, me buscaba la vida sola». Para este año, la agrupación eligió unos trajes de fantasía. «Es una especie de oda al paso del tiempo», comenta Pily, que señala que los hacen ellos mismos. «Unos tienen más maña que otros para coser, pero hay tareas para todos. Normalmente, aprovechamos los disfraces para otros eventos. En la cabalgata de Reyes del año pasado utilizamos el traje que habíamos llevado el anterior carnaval».

Detrás del desfile que hicieron ayer junto a otras comparsas hay muchas horas de trabajo. «Es una locura. Cuando mi hijo era más pequeño, decía que cuando llegaban los carnavales se quedaba sin padres».

Pily Ferreiro de los Kilomberos
Pily Ferreiro de los Kilomberos MIGUEL MIRAMONTES

Igual que los Kilomberos, los miembros de A Xoldra comenzaron en octubre a trabajar en su traje. «Me disfrazo desde siempre», dice Lola Rodríguez, la mayor del grupo. A sus 74 años, la mujer lleva 16 en la comparsa. Sin embargo, este año no pudo participar en el desfile. «¡Con lo que me gusta! Me dio una pena. Me caí el día 30 en el garaje y me rompí una costilla. Venía de ir a la modista», relata la mujer, que llora las penas ataviada de carnaval en su casa en Monelos.

A pesar de estar lesionada, no pierde la esperanza de poder disfrutar algo del entroido. «Intentaré bajar el martes, pero a ver cómo estoy. El pasado sábado fui al concurso de comparsas en Palexco, pero tuve que tomarme calmantes y no pude subir al escenario», comenta Lola, que nació en Pontecesures, aunque lleva 50 años en A Coruña. «Me uní a la comparsa porque una compañera de clase de sevillanas me preguntó si me animaba. Cuando me enteré de que se reunían en el centro cívico de Monelos ni me lo pensé porque me queda al lado de casa». Entre sus disfraces favoritos está el de cubana. «Iba vestida como las santeras de allí, con el puro. El de este año es de rumbera, inspirado en la cantante Camila Cabello». En su caso, el traje se lo hizo una modista. «Hay compañeros que lo hacen ellos mismos, pero yo con la aguja me llevo a matar», explica Lola, que si le preguntan cuál es su día favorito del entroido, no sabe responder: «Ay, filliña, todos. Es que me encanta el carnaval».