Los tres agentes acusados de la muerte del coruñés Diego Bello se entregan a la policía de Filipinas: «Le quitaron la vida y querían quitarle la honra»

M. M. / T. R. REDACCIÓN / A CORUÑA

A CORUÑA

Diego Bello en la playa de Barrañán
Diego Bello en la playa de Barrañán

Sobre ellos pesaba una orden de búsqueda y captura desde hace casi un año. El expediente del caso se trasladará a Manila para evitar más retrasos

15 feb 2023 . Actualizado a las 14:36 h.

Los tres policías filipinos sobre los que pesaba una orden judicial de arresto y prisión sin fianza por el asesinato en enero del 2020 del coruñés Diego Bello se han entregado en dependencias policiales de Manila, confirmó la familia. La orden de búsqueda y captura había sido cursada el 25 de marzo del 2022 y hasta el pasado día 6 habían permanecido huidos de la justicia sin que las fuerzas policiales de Filipinas pudiesen localizarlos y detenerlos.

El embajador de Filipinas en España indicó que los agentes se entregaron voluntariamente al grupo de Investigación Criminal de la Policía Nacional Filipina (PNP) y mostró su «esperanza de que se haga justicia con Diego».

El juzgado encargado del caso ordenó la entrada en prisión sin fianza de los tres agentes, el capitán Vicente Panuelos, y los sargentos Ronel Azarcón y Nido Boy Esmeralda, ante la gravedad de las pruebas acusatorias que están en poder de la Fiscalía, que los acusó del asesinato de Diego Bello y de haber preparado pruebas falsas para acusar al coruñés de narcotráfico

A principios de año, la familia de Diego Bello lamentó en los micrófonos del programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, la pasividad de la Justicia filipina con el caso y plantearon intensificar sus acciones e incluso entrevistarse con Pedro Sánchez para dar mayor visibilidad a lo que estaba sucediendo. Explicaban en ese momento que entendían que los trabajos diplomáticos llevaban un tiempo, pero consideraban que en una reunión con el presidente español podría servir para presionar al nuevo gobierno filipino para que se celebrase un juicio y los tres acusados entrasen en la cárcel.

Francisco Lafuente, tío de Diego Bello: «Le quitaron la vida y querían quitarle la honra»

Primero les llegó un correo electrónico desde la embajada filipina en España. Los policías acusados de disparar y matar a Diego Bello Lafuente en enero del 2020 se habían entregado después de llevar casi un año en busca y captura. Eso fue el viernes. Este martes recibieron la confirmación oficial del juzgado de Surigao del Norte. «Se entregaron en Manila y ahora están en un cuartel del ejército, sin fianza. Estamos satisfechos porque es un paso más. Ahora falta que se les tome declaración, se siga el procedimiento y haya un juicio», expone Guillermo Mosquera, el abogado de la familia. Desde su despacho, trabajan coordinados con otro bufete filipino, los que pueden ejercer en el país asiático. La noticia, no lo niega, ha sido una sorpresa y una «alegría», define Mosquera. La familia llegó a temer que nunca se diera con ellos.

«No sé si esta entrega se debe al trabajo de la policía, a la presión diplomática o a un cambio de actitud por parte del Gobierno de Filipinas, desde hace unos meses tienen nuevo presidente, pero bienvenida sea», manifiesta Mosquera. La orden de búsqueda y captura había sido cursada el 25 de marzo del 2022. Se entregaron el 6 de febrero. 

Para los familiares del joven coruñés, tiroteado cuando tenía 32 años, la entrega es un alivio. Algo de luz en tres años muy difíciles. «El juzgado explica en su auto que los policías están detenidos. Esto es lo que vale. Así el juicio puede ponerse en marcha. El proceso judicial puede avanzar. Queremos limpiar su nombre. Estos hombres le quitaron la vida y pretendían quitarle la honra. A sangre fría, fueron a su casa y le pegaron ocho tiros delante de su hogar. Lo asesinaron y colocaron pruebas falsas. Querían implicarlo en una red de narcotráfico. No es que lo digamos nosotros, lo dicen los jueces filipinos. En el correo electrónico que nos ha escrito, el propio embajador en España nos dice que quiere que se haga justicia para Diego. Ahora queda la segunda parte, que haya un juicio y todo esto se pueda demostrar», subraya Francisco Lafuente. 

Primera vista en marzo

A través de sus abogados han solicitado un cambio de juzgado. Quieren que el caso se lleve en la capital, en Manila, con más medios que en la Surigao, la isla donde vivía Diego y donde fue tiroteado. Para el uno de marzo los abogados de la familia de Diego Bello están convocados para una primera vista. Esta es para dirimir si se produce este traspaso del caso. «Es necesario y conveniente», precisa Mosquera, también económicamente, pues Surigao está más apartada y, a veces, incluso incomunicada.