Vanessa Mato Santiso: «Más de la mitad de mis alumnos del grado de Moda ya se han colocado»

Confiesa que es su primera entrevista, pero no será la última. Porque Vanessa Mato Santiso (A Coruña, 1989) es un cerebrito con expediente brillante y torbellino de ideas en la conversación. Tiene tanto que decir que casi se le atropellan las sílabas. Es doctora en Análisis Económico y Estrategia Empresarial, premio extraordinario de la Universidade da Coruña por su tesis y docente en uno de los grados estrella de la UDC, el de Gestión Industrial de la Moda.

—Con tremendo currículo, ¿se ha pasado la vida estudiando?

—Pues sí, literalmente, pero soy más joven de lo que parezco [ríe].

—Y lo que le queda.

—Realmente he ido concatenando siempre la carrera con los posgrados, el doctorado, etc. Siempre he estado combinando trabajo con estudios.

—¿Encontró su vocación?

—Recuerdo que en el instituto me preguntaba cuándo me tocaría a mí acabar de estudiar. Pero han pasado los años y aquí sigo. Me dedico a estudiar para luego enseñar a los demás.

—Le cogió gusto al estudio.

—O algo he enfocado mal respecto a lo que pensaba cuando era una niña [bromea].

—¿Vale la pena el esfuerzo?

—Sin duda. No voy a mentir, tienes tus días buenos y tus días no tan buenos. Pero cuando te dedicas a lo que realmente te gusta, claro que merece la pena.

—¿Qué es lo mejor de todo?

—Cuando viene un alumno y me comparte sus éxitos. Ahí me siento muy reconfortada.

—La acaban de premiar por la excelencia de su tesis doctoral «Estrategia omnicanal en las entidades no lucrativas». ¿Feliz?

—Feliz y muy satisfecha. Me lo han dado más por el impacto que ha tenido la tesis en congresos y demás, que por el tema en sí.

—Bueno, bueno, no se quite méritos. ¿Va un resumencillo breve?

—¡Va! Estudié qué estrategias de gestión de canales pueden seguir las entidades no lucrativas para optimizar su captación de recursos, bien sean económicos o de personas voluntarias.

—¿Y a qué conclusiones llegó?

—Por ejemplo, que la falta de recursos o de un community mánager les lleva a veces a no sacar suficiente partido a esos canales.

—Falta talento digital, vamos.

—Eso es. Si ya escasea a menudo en las empresas, más aún en las entidades no lucrativas.

—¿Se acabó lo de los captadores de las oenegés que te abordan por la calle?

—Digamos que hay muchos más métodos. No es que ya no sea efectivo, pero ya no es solo eso. Depende del perfil.

—¿Cómo van las cosas por el grado de Moda, donde es profe?

—Es un grado que está teniendo mucho éxito. Solemos tener una amplia tasa de inscripciones, más del doble de la gente que entra. Son solo cincuenta plazas.

—Está muy solicitado.

—Sí, muchísimo. Es un grado bilingüe con una formación muy completa y que está teniendo muy buena acogida en el ámbito empresarial. Lo sé porque he coordinado una temporada las prácticas de los alumnos.

—¿Son prácticas obligatorias?

—Sí, y cuando realizan estas prácticas en las empresas, muchos ya se quedan.

—La primera promoción se graduó el año pasado. ¿Cómo les va?

—Muy bien. Es la primera promoción que ha salido al mercado y muchos ya han tenido que elegir entre aceptar nuevas ofertas o quedarse en el lugar donde estaban realizando las prácticas. Más de la mitad se han colocado.

«Debemos desarrollar más el pensamiento crítico que el contenido»

Charlamos con Vanessa Mato en la Facultad de Economía de A Coruña, ciudad donde reside y es profesora en el área de Organización de Empresas de la UDC. Se conoce al dedillo el trayecto hasta Ferrol porque también imparte docencia en el grado de Gestión Industrial de la Moda del campus de Esteiro. Sus ámbitos de investigación son el sector no lucrativo, la sostenibilidad y el mundo empresarial. Se declara orgullosa alumna de colegio, instituto y universidad públicos: CEIP San Francisco Javier de A Coruña, instituto Alfonso X O Sabio de Cambre y licenciatura en ADE en la UDC.

—¿Cuál es la clave para triunfar en el mundo de la Universidad?

—A mí me gustaría que los alumnos pusieran el foco en desarrollar un pensamiento crítico. Que no solo piensen en los contenidos que van a aprender aquí.

—¿Cómo puede acompañarles ahí un buen profesorado?

—Ante la manera en que están evolucionando las tecnologías y con la sobre información que hay, el profesorado es o debe ser, cada vez más, una herramienta moderadora en el aula.

—¿Es una tendencia en auge?

—Sí, porque los alumnos tienen mucho acceso por su cuenta a los contenidos, pero lo que les puede resultar más útil es que les ayudemos a desarrollar el pensamiento crítico, aprender a debatir con argumentos... Creo que el tradicional rol del profesor universitario ha cambiado. Ya no somos meros relatadores de información, ahora somos más tutores o moderadores en el aula, debemos darles pautas para gestionar todo ese contenido.

—¿Usted plantea así sus propias clases?

—Sí. Con más o menos éxito, pero así es como enfoco muchas de mis clases prácticas.

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