Los romanos construían fatal

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

si en vez de dedicar sus burdos esfuerzos a levantar torres, acueductos y murallas hubiesen puesto en pie párkings, paseos marítimos y parques biosaludables, todas las Administraciones habrían financiado si dudarlo proyectos de recuperación y puesta en valor

11 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Claro, claro, es que es muy fácil cargarle siempre el muerto a la Administración. Incluso por asuntos que vienen del siglo III. Acabamos de asistir a un notición en la Ciudad Vieja, el hallazgo de 24 metros de muralla romana, como contó La Voz de Galicia. La datación fue posible gracias a la iniciativa privada. Y a la arqueóloga que está detrás de este descubrimiento le faltó tiempo para reclamar a las Administraciones generosidad presupuestaria e implicación. Vamos, que a los organismos públicos les cuesta arrancar (el Ayuntamiento sí anunció que asumirá la musealización de un tramo).

Pero esta acusación simplista supone perder de vista el verdadero problema: los romanos construían muy mal. Yo iría incluso más lejos: no sabían construir. Porque si en vez de dedicar sus burdos esfuerzos a levantar torres, acueductos y murallas hubiesen puesto en pie párkings, paseos marítimos y parques biosaludables, todas las Administraciones de España y Europa habrían financiado si dudarlo proyectos de recuperación y puesta en valor, y la Ciudad Vieja habría resuelto hace siglos sus problemas de aparcamiento y accesibilidad, para acabar erigiéndose en paraíso del ejercicio físico.

Pero qué se puede esperar de un pueblo que no sabe edificar —vean el estado actual de Pompeya—. Y seguro que si revisan los túneles del ferrocarril de Asturias y Cantabria por los que no caben ahora los trenes hallarán estructuras de tiempos del emperador Augusto.

Mientras tanto, sin perder la compostura, con paciencia, la Administración espera... Espera a conceder audiencia a algún romano que allá por el siglo III solicitó cita previa para tramitar una subvención con la que terminar la muralla de la Ciudad Vieja.