Un vecindario en «shock» en A Coruña: «Solo me dejan ir al parque por la mañana»

Los domingos, la plaza de San Pablo de A Coruña está todavía algo más concurrida que durante la semana porque al mediodía coinciden en la calle los feligreses y los niños que van a catecismo con los que juegan en el parque. Hay un espacio para los más pequeños, delante de la guardería Os Pequerrechos, y también una pista con porterías y canastas. Es aquí donde estaban practicando baloncesto un grupo de chavales el sábado por la tarde cuando irrumpió en el lugar una «pandilla grande, de al menos 15 adolescentes», según confirmaron fuentes próximas a la investigación policial.

Ayer no se hablaba de otra cosa en la plaza. «Sí, los conocemos. Uno de ellos es amigo mío, estudia tercero de la ESO. Está bien. Está en casa, pero muy asustado. Al chico al que apuñalaron lo conozco de vista, tiene 18 años. Me comentaron que estaban jugando y que se les escapó la pelota. Entonces llegaron estos chicos y no se la querían dar... Luego me dijeron que escaparon y que los persiguieron», cuenta.

Este chico está con otro amigo lanzando unos tiros a canasta, y dice: «Hasta ahora estudiaba por la mañana y venía a jugar por la tarde, pero mi madre me dice que mejor haga al revés. Las mañanas son más seguras», lamenta apesadumbrado el chaval. «Yo igual, solo me dejan venir por la mañana», dice su compañero.

Margarita está con su nieto. «Esto pasa en las ciudades más grandes, antes o temprano tenía que llegar aquí. Y va a traer consecuencias. Mucha gente va a cambiar de hábitos», asegura esta mujer. En las terrazas, «los padres siempre están tomando algo, y los niños, jugando tan tranquilos», comenta Luisa, de la jamonería El Pinar. En el bar Castilla no es la primera vez que se quejan por el barullo que se monta en la zona deportiva, pero nunca habían tenido constancia de algo así. De un apuñalamiento entre chavales.

«Al principio piensas que es una cosa irreal, pero, al salir mi compañera a la calle, ya vio las gotas de sangre», cuenta Marisa, que trabaja en la farmacia Castro de Ron, en la plaza de Pontevedra, a la que llegaron pidiendo ayuda dos amigos del chico acuchillado. «Pedían vendas. Uno se quedó dentro. Estaba en shock, solo quería saber dónde estaba el amigo que había sido atacado. Dijo que quisieron defender a uno más pequeño en el parque y los atacaron», explica. Al chico lo encontraron sentado y ensangrentado en un banco en la plaza de Pontevedra. Allí lo atendieron los sanitarios de la ambulancia antes de trasladarlo al Chuac, donde fue intervenido quirúrgicamente. Ayer le dieron el alta. 

Intimidaciones previas

Según algunos vecinos consultados por La Voz, no es esta la primera vez que ven aparecer a este grupo por este parque. «En una ocasión intimidaron al abuelo de un chico al que le sacaron la pelota», asegura un residente. También se los ve con frecuencia, añadió, «en la zona de las calles Alfredo Vicenti y cerca de la plaza de Maestro Mateo».

Desde que ocurrieron los hechos, los agentes de la Policía Nacional que están al cargo del caso han estado tomado declaración a testigos y posibles conocidos de los agresores para su identificación. Ante las especulaciones de que los agresores pudieran estar vinculados a la banda Latin Blood, las fuentes consultadas sostienen que no hay nada que indique se trata de una banda organizada criminalmente para delinquir. Al cierre de esta edición, no había ningún detenido, aunque la policía estrechaba el cerco de los presuntos autores. No descartan que pueda haber mayores de edad o chavales con nacionalidad española. La Policía Local ha puesto a su disposición las grabaciones de las cámaras instaladas en la zona.

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