Un 10 % de los usuarios del bus urbano en A Coruña utilizan la aplicación móvil

Tamara Rivas Núñez
T. Rivas A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

El director de la Compañía de Tranvías, Ignacio Prada, asegura que la eliminación de la mascarilla es un «alivio» y que conductores y usuarios «serán libres de utilizarla o no»

02 feb 2023 . Actualizado a las 13:08 h.

La aplicación móvil de la tarjeta del bus urbano, Millennium Próxima, se estrenó hace algo más de tres meses y, superado este período de tiempo, alrededor de un 10 % de usuarios del transporte público —en su mayoría nuevos— han optado por ella en detrimento de la tarjeta física. «Está funcionando y la gente la está utilizando, pero quizá la penetración no está siendo tan masiva como pensábamos, aunque va aumentando poco a poco», reconoció en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, Ignacio Prada, director de la Compañía de Tranvías de A Coruña, que considera que «la gente que está acostumbrada a la tarjeta, le sigue resultando igual de cómoda su utilización». Una de las utilidades que ofrece la aplicación móvil es la posibilidad de efectuar recargas de manera online. Y aunque supone una ventaja, cree que los usuarios están habituados a «aprovechar que van al cajero o al banco para realizar cualquier gestión y de paso recargan la tarjeta».

Desde la Compañía de Tranvías siguen trabajando para extender esa aplicación, creada en un principio para tecnología Android, a quienes tienen un iPhone, si bien «es algo que requiere tiempo». Explicó que el problema al que se enfrentan es que «el chip NFC que tienen los móviles Android es accesible libremente a cualquier app, cosa que no sucede con los iPhone y por eso no podemos trasladar automáticamente la tecnología que hemos desarrollado. Implica un cambio total y un desarrollo desde cero», para un usuario minoritario que está alrededor del 20 % del total.

Respecto a la eliminación de la obligatoriedad de llevar mascarilla en los buses urbanos, Prada asegura que es un «alivio» y asegura que «todas las Administraciones han tratado de manera injusta al transporte público». A partir del próximo 7 de febrero tanto los conductores como los viajeros «serán libres de decidir si quieren llevarla o no» y cree que «lo que no se entiende es que la medida no se aplique de manera inmediata». 

Afirma que los buses urbanos perdieron usuarios esporádicos por esa obligación, ya que muchos de ellos «no tenían el hábito de llevar la mascarilla encima» y sin ella cubriendo su boca, hasta ahora no podían acceder a ningún tipo de transporte público. 

Septiembre, un «revulsivo»

Prada ve en las subvenciones sobre el precio del billete impulsadas por el Estado y, en caso de A Coruña, complementadas por el Ayuntamiento «una medida de márketing que animó a la gente a subirse al autobús y premiar a los que ya lo utilizaban». Sin embargo, señala que el «revulsivo» se notó en septiembre, que es el momento de la temporada en el que la gente decide qué transporte va a utilizar para ir al trabajo o a los centros de estudio, lo que hizo que «las cifras fueran similares a las registradas antes de la pandemia» y recordó que «ya antes de estas ayudas, el bus era el medio de transporte más barato». 

En su intervención criticó la bajada unilateral en el precio del autobús durante el mandato de la Marea y esgrimió que «fue una medida que respondía más a un interés ideológico que a un interés público y así lo dice la sentencia». Achacó además a esa reducción del precio del billete la imposibilidad de llevar a cabo mejoras en el servicio, pero prometió que seguirán «haciendo esfuerzos por mejorar tanto ahora como en la próxima concesión». Aunque el contrato finaliza a finales del 2024 asegura que están «en contacto permanente con el Ayuntamiento» y que están «avanzando en muchos temas que hay que actualizar y tratar».