Adrianey Arana, autor de «Escúchame con los ojos»: «Los niños son iguales a los de antes, los que han cambiado son los padres»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

MIGUEL MIRAMONTES

El profesor recoge en un libro sus artículos sobre educación, a la que ha dedicado su vida

23 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo el título de Familias con children, el profesor Adrianey Arana (Río de Janeiro, 1961) ha ido recogiendo ideas y opiniones para intentar inspirar a padres, madres y maestros en el complejo cometido de educar a los niños. Los artículos publicados en este blog han sido compilados en un libro titulado Escúchame con los ojos (Publicaciones Arenas), en referencia a la demanda de atención, de tiempo y dedicación que requieren los pequeños de los mayores. Un volumen que recoge la experiencia y sabiduría de este profesor del colegio Peñarredonda de A Coruña que lleva desde 1986 dando clases en Primaria, Secundaria y Bachillerato.

—Los artículos van hacia atrás en el tiempo, empieza por los más actuales y termina con los más antiguos.

—Al tratarse de un blog, lo último es lo más actual, y puede atraer más que otros artículos escritos hace más tiempo. Por eso empieza con un artículo publicado escasas semanas antes de editarse el libro..

—¿Están en este libro todas las entradas de su blog?

—Hay unas cuantas cosas que no están, porque he invitado de vez en cuando a otra gente a participar en el blog: profesores, un crítico de literatura juvenil, una madre de una ANPA... Esos no fueron incluidos, porque no los escribí yo. Pero, sin embargo, sí que hay algunos artículos que no se publicaron en el blog, sino en periódicos, sobre todo en La Voz de Galicia.

—Se supone que es un blog sobre educación, pero hay textos que van más allá o que se apartan un poco del tema.

—Sí que trato temas muy diversos, pero siempre desde un punto de vista estrictamente personal y desde una perspectiva educacional. Aspectos educativos, pero no escolares, que pueden preocupar a las familias y las soluciones que aportan estas. Incluso hablo de temas personales. Cuando el año pasado falleció mi hermana, con un cáncer que se la llevó en seis meses, vi cosas maravillosas en el Chuac que tenían que ser contadas. Cosas que en el fondo también están relacionadas con la educación. Me ha valido el blog para aportar algo, dar mi opinión y la de otros maestros con los que hablo cotidianamente, darles voz. Pero no es un libro de gurú, no soy muy partidario de eso.

—Lleva más de 35 años dedicado profesionalmente a la educación. ¿Ha cambiado mucho el perfil de alumno en este tiempo?

—Los niños de ahora son iguales que los de antes. Son niños, sin más. Los que han cambiado son los padres, que sí que se comportan de distinta manera que los de antes. Los niños tienen las mismas ganas de jugar, de aprender, de ser queridos, de hacer amigos... Los padres, sin embargo, son más sensibles a la época de cambios que estamos viviendo. A menudo ves que les faltan referencias, esperanza... Y eso afecta al comportamiento de los hijos, porque los niños funcionan por lo que ven de sus padres, que son los mayores influencers, para lo bueno y para lo malo.

—¿En qué manera han cambiado los padres?

—Hay un exceso de preocupación por los hijos. O, mejor dicho, un exceso de preocupación por el éxito. Los padres creen que para que triunfen sus hijos estos tienen que hacer cosas extraordinarias. Se tiende a comparar mucho y se educa para el triunfo, cuando lo más conveniente es que se prepare a los jóvenes para el fracaso. Enseñarles cómo afrontar los vaivenes dela vida, los problemas que pueden tener en su trabajo, con su pareja, con sus hijos... Antes se nos curtía más en ese sentido, mientras que ahora se educa para que los niños sean campeones olímpicos, y eso no es muy frecuente.

—¿A qué cree que se debe este cambio?

—Antes se celebraban mucho los 40, ahora se celebran los 50 y los 60. Y no porque seamos más longevos, sino porque maduramos más tarde. Recuerdo cuando mi padre cumplió 33 años. Era todo un señor. Hemos vivido una época de bienestar, y quizá eso haya influido. Pero, por otro lado, los padres de hoy están muy preparados, son mucho más participativos, más empáticos y más humildes, porque aceptan consejos sobre sus hijos.

«No tiene sentido dar respuesta a los problemas de la sociedad creando asignaturas»

El libro de Adrianey Arana termina con un artículo dedicado a la reforma de la ley de educación del 2000, una de tantas a las que ha tenido que enfrentarse la comunidad educativa en los últimos años.

—¿Cree que es necesario un pacto de estado que blinde de alguna manera la educación?

—Ojalá lo hubiera, pero me temo que va a ser difícil que llegue a darse. En otros países tienen proyectos educativos que no se cambian, que cuentan con unas asignaturas básicas que no sufren modificaciones cada vez que cambia el gobierno, lo que no implica que no evolucione la educación. Es absurdo que en primero de la ESO tengan catorce asignaturas. Porque eso lo que indica es que se están asignaturizando los problemas sociales, y no tiene sentido responder a estos problemas creando asignaturas. Si hay un problema con el paro, crear una asignatura nueva o hacer que el tema abarque otras asignaturas y que en Educación Física se hable del paro, no es la solución.

—En el libro ensalza la figura no siempre reconocida del maestro.

—El maestro es el productor, guionista, director y actor de una serie que se emite todos los días. Incluso puede abarcar todos los créditos: vestuario, música... Y en este país tenemos un profesorado enormemente preparado: innovador, humano, implicado e idealista. Pero el discurso educativo en España suele ser muy pesimista, siempre enfocado a los problemas de la adolescencia o al problema de las leyes de educación. Y la realidad es otra. En el 2000 había un 31 % de fracaso escolar, y 22 años después ha bajado al 13,3. Vale que en Europa es de 9,9, pero se ha mejorado, y se está mejorando muchísimo.