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Hugo Álvarez Domínguez A CORUÑA

A CORUÑA

Concierto de la OSG en el Palacio de la Ópera. Imagen de archivo
Concierto de la OSG en el Palacio de la Ópera. Imagen de archivo EDUARDO PEREZ

Víctor Pablo sacó de la Orquesta Sinfónica de Galicia un sonido redondo y compacto. Destacó la cuerda y hubo detalles de mucha clase en clarinete y flauta

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sinfónica de Galicia. Bomsori, violín. V. Pablo, director musical. Obras de Chaikovski y Shostakóvich. Palacio de la Ópera, 20 de enero.

En su décima cita de abono, la OSG presentó el Concierto para violín, de Chaikovski, y la Quinta de Shostakovich, en una noche brillante con un Víctor Pablo inspiradísimo que derrochó química con el conjunto.

El Concierto para violín, de Chaikovski, es una de las obras más interpretadas del repertorio; pero Bomsori ofreció una versión de primer nivel. Sonido amplio y cálido y fraseo refinado; también una técnica superlativa al servicio de la expresión: valiente por igual tanto en el arrebato del primer movimiento como en la suave y emocionante caricia del andante central o la rotunda decisión que imprimió al allegro final. Sus cadenzas fueron tan vertiginosas como bien resueltas.

Logró el equilibrio entre sonido, técnica y expresión, algo difícil ante una obra que han tocado todos los grandes. También ella lo es. Gran y merecido éxito. Víctor Pablo sacó de la Orquesta Sinfónica de Galicia un sonido redondo y compacto. Destacó la cuerda y hubo detalles de mucha clase en clarinete y flauta.

Desde el arranque, con una cuerda llena de tersura, impresionó la Quinta de Shostakóvich que propuso Víctor Pablo, tanto por el tremendo rendimiento de la orquesta como por lo bien que negoció los pasajes más oscuros con los más desenfadados y la claridad de planos. Tuvo nervio, temperatura e inteligencia: no escatimó en decibelios pero nunca de modo gratuito (el final fue escalofriante: ¡qué presencia del timbal!).

La cuerda sonó apabullante durante toda la obra (¡qué arranques de los movimientos primero y tercero!) y la orquesta mostró una espléndida labor de conjunto en la que todo destacó: de la rotundidad del metal al empaque de las madreras o la impecable labor del arpa. Hubo sensación de equipo, de motivación, y la ovación fue entusiasta. Víctor Pablo tiene bien cogido el punto a la orquesta, sabe lo que puede dar y se lo pide. Para el recuerdo. Da gusto cuando la OSG suena así.