A las farmacias gallegas les cuesta cada vez más encontrar titulados para despachar

A CORUÑA

MIGUEL MIRAMONTES

La alta inserción de los graduados y el abanico de caminos profesionales dificultan el acceso a un personal más exigente en condiciones laborales

20 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Necesité un farmacéutico hace cuatro años y en ese momento sí tuve currículos. Esta misma situación se produjo el año pasado, y no me enviaron ninguno, conseguí una farmacéutica por otra vía. Tengo compañeras que se encuentran con este mismo problema», cuenta Silvia Represa Veiga, la vocal de Oficinas de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (COFC).

Su caso no es único. Situaciones similares se viven en las boticas de la ciudad y de la comarca, especialmente, en aquellas de los municipios más pequeños, por debajo de los 10.000 habitantes. «En los ámbitos urbanos también hay dificultades para encontrar titulados. El déficit es generalizado a nivel estatal, pero es en las farmacias rurales, como la mía, donde tenemos más problemas», apunta Silvia Represa, con oficina en Tordoia, en la comarca de Ordes.

En plena Ciudad Vieja de A Coruña, tras el mostrador atiende Montse Villar. «Está habiendo bastante rotación. Como tenemos trabajo, los convenios se están respetando y exigimos un poco más: horario continuo o no trabajar todos los sábados. Los compañeros, como saben que hay demanda, ahora priman más las condiciones laborales», comenta Villar, integrante de la junta de gobierno del COFC.

«En las farmacias más grandes pueden tener varios empleados. En la mía estamos yo, que soy la titular, una farmacéutica contratada y un técnico. Los horarios son partidos y, si pueden elegir, los tienta más la otra opción», asiente la farmacéutica y vocal del COFC, Silvia Represa.

Colegiados

 A Coruña es una de las provincias españolas con mayor número de colegiados en Farmacia por habitante, Galicia es la segunda comunidad, solo por detrás de Navarra. En nuestra provincia hay a la razón de 213 colegiados por cada 100.000 vecinos, por delante de los 199 de Pontevedra. Con todo, esto no impide que cueste dar con profesionales para despachar. 

Una realidad que se extiende desde Abegondo a Bergondo, Paderne o Vilasantar. También en las localidades más habitadas. «Está habiendo más dificultades, depende mucho de la localización, aquí hay diversidad de oficinas y una población muy dispersa. La época del año es otro factor. No es lo mismo en primavera, cuando salen de la facultad, que ahora», apunta Represa.

Los recién salidos de las aulas en Santiago están muy solicitados. Según los últimos datos del COFC, de los 2.380 colegiados de la provincia, un 3,4?% más que los de diciembre del 2020, ninguno está en situación de desempleo. La mayoría de los activos, 1.779, trabajan en boticas, pero hay otras alternativas.

Entre las que más titulados emplean están la alimentación, donde trabajan 1.740 colegiados en A Coruña; la dermofarmacia, con 1.740, o la ortopedia, con 1.741. Otras alternativas, algo más minoritarias, son la farmacia hospitalaria, con 33 colegiados; la distribución, con 18, o el área de análisis clínicos, con 43.

Según la ley de ordenación farmacéutica que rige su actividad, en las farmacias deben de contar con un graduado, a mayores del titular del espacio, «para asegurar que se presta el servicio al ciudadano de forma correcta», detalla Silvia Represa.

La situación, tranquiliza la vocal del COFC, «no es alarmante» por ahora. Su compañera, Montse Villar, apunta una última clave para comprender esta etapa. «La vocación es importante, son muchas horas en tu vida y tenemos que ser un poco psicólogos», sonríe.

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MIGUEL MIRAMONTES

De las oposiciones a los laboratorios, las otras salidas de los graduados

¿Está en retroceso la vocación de boticario? Para Silvia Represa, la respuesta es que las opciones para un graduado se han ampliado. «Cada vez hay más oportunidades fuera de las oficinas de farmacia. Muchos recién titulados prefieren opositar, ser funcionarios», explica. Es el caso de los docentes o de los farmacéuticos de atención primaria, que trabajan en ambulatorios.

Otros optan por la vía del FIR, las siglas de Farmacéutico Interno Residente, el equiparable al MIR de Medicina. Cuatro años de especialidad en los que pueden optar por opciones como la de farmacia hospitalaria, la de especialista en análisis clínico, en bioquímica clínica o en microbiología.

Después, otro camino es el del doctorado y la investigación en la universidad, sin olvidar la elección de los laboratorios.

«Hay mucho farmacéutico que se está yendo a hacer másteres fuera y después se decanta por la industria, con unos incentivos que aquí no hay. Acaban trabajando en Barcelona, Madrid o Navarra, donde están laboratorios como Cinfa», enumera Montse Villar. Antes, estas salidas «no eran tan visibles», destaca.