Por su ubicación, la Casa del Hombre o Domus, que fue inaugurada en abril de 1995, es un edificio que soporta los vientos del Orzán a modo de muro curvado. Cuando el japonés Isozaki diseñó el museo interactivo, contando con el arquitecto César Portela, definió la fachada como la vela de un navío hinchada al viento. Cubierta con losas de tonos verdosos, las piezas están sujetas con tornillos y después del tiempo pasado no es la primera vez que se registran daños y desprendimientos de algunos de los elementos.