Víctor Noriega, hematólogo: «Espero que el próximo año se apruebe tratar el mieloma con terapias CAR-T»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Victor Noriega
Victor Noriega CESAR QUIAN

El especialista estará este martes en Afundación en el ciclo Charlas Saludables»

17 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Modificar genéticamente los linfocitos del paciente para que identifiquen y ataquen específicamente a las células tumorales. Así podrían definirse las nuevas terapias CAR-T, un paso más allá dentro de la medicina personalizada del que hablará el hematólogo Víctor Noriega (Oviedo, 1980) este martes en una nueva edición del ciclo Charlas Saludables que organiza la Xerencia de Xestión Integrada del área sanitaria de A Coruña y Cee con La Voz de Galicia. La cita es a las 20.00 horas en el auditorio de Afundación de A Coruña, aunque también será retransmitida a través de lavozdegalicia.es y de sus canales de Facebook y YouTube.

—Lo de las terapias CAR-T suena a ciencia ficción.

—Sí, pero no lo es. Es una realidad que ya está aquí. Es un trabajo multidisciplinar en el que participa mucha gente del hospital. Hematólogos clínicos, profesionales con mucha experiencia con el trasplante de médula, el servicio de Farmacia, la unidad de Criobiología, los servicios de Neurología, Cuidados Intensivos... Y hemos tenido mucho apoyo de la dirección médica y de gerencia del hospital. Mucha gente remando en la misma dirección, y eso es lo que hace que este tipo de terapias sean una realidad. Y ya tenemos la autorización por parte del ministerio y de las empresas que comercializan estos fármacos. De hecho esta semana tenemos la primera colecta de un paciente que luego vamos a tratar nosotros mismos.

—¿Cómo es el proceso?

—Nosotros hacemos la colecta de las células del paciente, hacemos la aféresis, semejante a lo que hacemos para los trasplantes de médula. Y desde que se recogen las células hasta que tenemos los linfocitos modificados pueden pasar tres o cuatro semanas, aunque son tiempos que se están acortando. Enviamos las células a unos laboratorios que son los que se encargan del complejo proceso de ingeniería genética para transformar los linfocitos. Nos lo devuelven ya en forma de medicamento CAR-T, y nosotros se lo aplicamos al paciente.

—Menciona los trasplantes de médula. ¿Cabría utilizar células donadas para la terapia CAR-T?

—Sobre eso se está trabajando, pero de momento se utilizan solo las células propias del paciente. Hay ya ensayos clínicos publicados en los que se modifican los linfocitos de un donante para utilizarlos como terapia CAR-T sobre cualquier paciente. De manera que podrías tener esas células en la nevera del hospital, por así decirlo. Así que no tendrías que hacer todo ese proceso de recogida de células del paciente y mandarlas a fabricar. Y es que el proceso lleva su tiempo. El paciente tiene que estar un tiempo sin tratamiento para que el producto sea lo más adecuado posible y se obtengan los mejores resultados. Así que sería magnífico poder contar con ese tipo de donaciones, pero requieren modificaciones genéticas más específicas. El futuro irá por ahí, seguro.

—¿En qué patologías se utiliza esta terapia?

—Es una técnica que en teoría se puede utilizar para muchas patologías, pero ahora solo está probado para dos enfermedades hematológicas, el linfoma difuso de células B grandes y la leucemia aguda linfoblástica. Y en ambos en fase de recaída, cuando han fallado otros tratamientos. En estos casos de linfoma difuso de células grandes B no solíamos llegar al 10 % de supervivencia y con estos nuevos tratamientos se puede llegar al 30 o 40 %. Además, lo que tenemos que hacer ahora es identificar qué pacientes se pueden beneficiar de estas terapias, para poder aplicarlas antes, no esperar, y que los resultados a largo plazo sean mejores.

—¿Se terminará utilizando para otras patologías?

—El año que viene esperamos que ya se apruebe su uso en otro tipo de linfomas, que ya están aprobados por la Agencia europea del Medicamento, como el linfoma folicular. Y probablemente el mieloma múltiple sea la siguiente enfermedad hematológica para la que se apruebe la utilización de fármacos CAR-T. Y puede ir mucho más allá. Hay otras patologías oncológicas de tumores sólidos que están también en fase de ensayo clínico, e incluso se podrá utilizar en otras enfermedades del sistema inmune, no solo en cáncer.

«Utilizar el propio sistema inmune para controlar una enfermedad es el futuro»

Como todo tratamiento novedoso, los costes de la terapia CAR-T son elevados, aunque Víctor Noriega espera que con le tiempo sea más asequible: «Según se vaya desarrollando y se vayan mejorando las técnicas, los precios se irán estabilizando. Ese elevado coste provoca que en muchos países ni siquiera se hayan planteado la opción de dar estos tratamientos por ahora».

—¿Marcan los CAR-T el camino a seguir en cuanto a este tipo de tratamientos?

—Utilizar el propio sistema inmune del cuerpo para controlar una enfermedad es el futuro. Ya hay fármacos como los anticuerpos biespecíficos o triespecíficos que hacen algo parecido a lo que pretendemos con los CAR-T, ya que dirigen al sistema inmune en una dirección.

—¿Es menos agresivo que otros tratamientos oncológicos?

—El concepto de agresividad es distinto, porque ya no estamos hablando de dar unas dosis altas de quimioterapia en las que el cuerpo sufre por los distintos efectos secundarios, sino que se intenta que los efectos sean muy concretos. Que si el tratamiento se dirige a destruir una célula concreta, sea solo esa célula la que sufre. Desgraciadamente todavía son tratamientos con importantes efectos secundarios, por lo que el que lo recibe debe estar dos o tres semanas ingresado en el hospital. Pero se está trabajando en minimizar esas complicaciones.

—¿Es válido para cualquier paciente?

—No hay límites de edad, sino de estado de salud. Hay una serie de efectos secundarios puntuales y específicos que pueden ser graves. Por eso el paciente necesita de una evaluación previa que asegure que tiene una buena condición física.