Confusión entre los conductores por el nuevo tercer carril en la rotonda del Pavo Real, en A Coruña

E. Silveira / T. Rivas A CORUÑA

A CORUÑA

ANGEL MANSO

La ciudad convive desde hace años con los mismos puntos negros de tráfico

27 sep 2022 . Actualizado a las 09:04 h.

La configuración geográfica de la ciudad, una alta densidad de población así como el exceso de vehículos particulares hacen que A Coruña tenga en el tráfico uno de sus talones de Aquiles. El gobierno municipal, que lidera la socialista Inés Rey, tiene entre sus objetivos reducir el uso del coche particular, avanzar en los espacios reservados para peatones y lograr una movilidad blanda. Sin embargo, el día a día es tozudo y este mismo lunes volvió a producirse un problema viario en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad: la glorieta del Pavo Real, en la confluencia de la tercera ronda con la calle Manuel Murguía y ronda de Outeiro. El Ayuntamiento habilitó un tercer carril para los conductores que llegaban desde la tercera ronda, situado en la margen izquierda de la vía, de uso exclusivo para los que circulaban en dirección al barrio de Los Rosales. El objetivo de este cambio era mejorar la fluidez del tráfico en la zona y minimizar las retenciones que se originan en horas punta.

Para habilitar este tercer carril, que permanecía cerrado al tráfico, se retiraron los elementos que lo acotaban para así poder asfaltar, recolocar la señalización vertical y pintar nuevas indicaciones horizontales sobre la calzada. Además, se tenía que reducir el tamaño de la isla interior de la glorieta en uno de los accesos desde la ronda de Outeiro para habilitar ese tercer carril. Aunque la Policía Local informó desde primera hora de la mañana de los cambios, los conductores no se aclararon y la situación derivó en retenciones, agravadas por un accidente leve en la calle Manuel Murguía. El problema es que la anterior señalización en la calzada se tapó con pintura gris, pero el blanco brillaba igualmente y eso llevó a confusión, por lo que los vehículos evitaban circular por ese carril, a pesar de que era por donde tenían que circular. Para arreglar el problema, a primera hora de la mañana se cortó esa parte de la glorieta y los operarios volvieron a fresar el pavimento, para después pulir y pintar la flecha de señalización horizontal. En declaraciones al programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, el intendente jefe del Sector de Tráfico de la Policía Local, el inspector Rico, confirmó ayer que a lo largo del día quedaría solucionado el problema y que en uno o dos días de aclimatación el tráfico volverá a la normalidad». De hecho, por la tarde, la fluidez ya era superior a otros días gracias a estas obras. 

Este no es el único punto conflictivo de tráfico en la ciudad. Con el inicio del curso siempre vuelven a revelarse las zonas de más atascos. Así, la entrada al centro de la ciudad por Linares Rivas y la salida a través de la avenida do Porto provocan que la plaza de Ourense sea el lugar de la ciudad que registra mayores aglomeraciones a diario. Una de las causas de la congestión de la plaza de Ourense es que es el punto final de Alfonso Molina, la principal vía de entrada y salida de la ciudad. Aunque se peatonalizó buena parte del entorno de la plaza de Lugo, las calles adyacentes siguen siendo puntos conflictivos, de tráfico lento y retenciones, ya que se trata de un foco de atracción comercial y, por lo tanto, también de coches particulares. En todo caso, la Policía Local ha conseguido reducido la doble fila eneste ámbito.

La avenida de Alfonso Molina sigue siendo la vía más transitada de la ciudad y los viernes, entre las 14.00 y las 16.00 horas, puede desesperar a cualquier conductor. Y la avenida do Porto se ha convertido, tras el soterramiento por el Parrote, en la segunda con más vehículos en tránsito de la ciudad. Así, el tráfico en la confluencia con plaza de Ourense y plaza de Mina sigue generando problemas. También la glorieta de A Grela, los accesos al centro comercial Marineda City, o la avenida de Arteixo (ahora esta cortado el tramo frente al palacio de la Ópera) son puntos negros de retenciones. Y se han convertido casi un clásico los atascos en el cruce del Sol y Mar y A Pasaxe

Vuelven las retenciones a los accesos a los centros escolares de la ciudad

Marcos Míguez

El inicio del curso escolar supone multiplicar el tráfico en el entorno de todos los centros educativos. Aunque muchos alumnos acuden a clase andando, todos los días se forman retenciones en prácticamente todos los colegios de la ciudad, un problema agravado en los días lluviosos. Los que están más alejados del centro urbano son, precisamente, los que más dificultades presentan, aunque ambos cuentan con servicio de transporte escolar. Así, en dos de los centros con más alumnos de la ciudad, Maristas Cristo Rey, Hijas de Jesús (Jesuitinas) y Santa María del Mar (Jesuitas), la opción de los padres para no quedarse atrapado en un atasco es coger el coche mucho antes de la hora de entrada y salida, o bien esperar a que se despeje el entorno para poder estacionar. Algunos afectados explican que los niños pequeños tienen que entrar acompañados y que, para poder hacerlo, tienen que aparcar a mucha distancia del recinto escolar, lo que genera, además de un problema de tráfico, otro de seguridad vial. La situación es tal que el pasado septiembre un conductor impidió el acceso al Santa María del Mar como protesta por las caravanas que llegan que hasta el puente de A Pasaxe.

La glorieta a la entrada de Matogrande también es un trajín continuo a primera hora de la mañana de camiones y coches con trabajadores o padres que llevan a sus hijos al Liceo La Paz, donde la doble fila es habitual. El tramo de Juan Flórez entre el cruce con la calle Costa da Unión y el entronque con Alfonso Molina suele sufrir constantes retenciones de tráfico, especialmente a las horas punta en el colegio Labaca.