Sara Fandiño: «La Marina podría ser nuestra Gran Vía o nuestro Broadway»

A CORUÑA

La actriz Sara Pérez Fandiño dirige desde el 2018 la Escola Galega de Teatro Musical, situada en la calle Andrés Gaos de A Coruña.
La actriz Sara Pérez Fandiño dirige desde el 2018 la Escola Galega de Teatro Musical, situada en la calle Andrés Gaos de A Coruña. ÁNGEL MANSO

Con 33 años dirige la Escola de Teatro Musical y otros proyectos como el que estrenará en el Colón en octubre

25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo suyo es el teatro musical. Desde niña es una artista. «Iba por ciencias y sacaba buenas notas, pero tuve la suerte de que mis padres siempre vieron mi vena artística», recuerda Sara Pérez Fandiño. A sus 33 años, esta coruñesa del Ventorrillo dirige la Escola Galega de Teatro Musical que abrió en el 2018 en la calle Andrés Gaos y que cuenta con medio centenar de alumnos. «La clave es cantar, bailar y actuar al mismo tiempo. Hacer las tres cosas a la vez. Intentamos enseñarlas en conjunto y es necesaria una buena forma física y mucho trabajo de adaptación», explica. La escuela cuenta con su compañía profesional en la que Sara actúa y dirige. En enero del 2020 estrenaron O Candil. Solo pudieron hacer tres funciones antes de que llegase la pandemia. «Aquellos meses con mi hermano y mi madre encerrados en casa fueron especiales. Fue una desgracia, pero guardo un buen recuerdo. Excepto esa etapa y dos días que pasé en las Cíes este verano no recuerdo haber estado relajada nunca en mi vida. Siempre fui estresada», confiesa. Charlamos a las dos y media de la tarde. Es el único hueco libre que tiene porque el 6 de octubre se estrena en el Colón Avanoa, el musical y ella es la directora artística y hay 30 personas en escena.

«Menudos cantantes»

Pide una Coca-Cola y antes de que le pregunte nada saca de su bolso una página de La Voz del año 2003 escrita por mí. Es un artículo sobre aquel maravilloso concurso Menudos cantantes que se celebraba en la plaza de España y que organizaba el Ayuntamiento tras el bum de Operación Triunfo. «Gané varios premios. Fue la primera vez que me subí a un escenario. Salía en categoría individual y en grupo y me encargaba de las coreografías», recuerda. Veinte años antes del Tik Tok, Sara ya lo había inventado. Esta niña que empezó a cantar con sus bisabuelas en las sobremesas de las comidas familiares estudió en el Hogar de Santa Margarita. Fue a clases de gimnasia rítmica en la Escuela Elviña y en el Club María Barbeito y perfeccionó su voz en la Escuela de Música. Pero acabó estudiando Comunicación Audiovisual en Pontevedra porque le atraía ser directora de cine. «Me hablaron de la posibilidad de intentar entrar en la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático) que empezaba la especialidad de Teatro Musical. Acabé los cuatro años y me dedico a esto en A Coruña, aunque si me salen cosas como actriz en Madrid tengo gente preparada para seguir con las clases. Ahora vamos a abrir escuela de teatro musical en los Dominicos. Está saliendo gente muy buena. Me da pena que se tengan que acabar yendo a Madrid o a Londres. Creo que en Galicia se podrían hacer espectáculos exportables, como hacen en Cataluña. Y el público está garantizado porque cada vez que viene algún musical de gira se agotan las entradas. Con el Colón y el Rosalía la Marina podría ser nuestra Gran Vía o nuestro Broadway».

Mujer estricta

Dice que hay dos Saras. «Soy estricta a la hora de trabajar. Intento conseguir que todo el mundo se implique más. Supongo que sucede en todos los trabajos, pero aquí el resultado se ve en el escenario con espectadores en las butacas. En mi vida soy más desordenada», afirma. Dejó el gimnasio y mantiene su figura gracias a sus activas clases. Dice que come mucho, pero es más de cebiches que de tortilla y raxo. «Era fan de los helados de la Italiana y en un carnaval me disfracé de la heladería», confiesa. Escarbando en su pasado también hay actuaciones por bares de Madrid formando parte de un dúo. «Siento pasión por los noventa y soy muy seguidora de Ana Belén. En musicales me decanto por clásicos como Los Miserables más que por Grease. Hace poco fui por primera vez a Broadway y vi Hamilton y The book of mormon, no paré de reírme», comenta. Nos despedimos. Se va con el teatro musical en la cabeza.