El Chuac «exprime» el Da Vinci y opera más que ningún hospital gallego

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Urólogos operando con el robot Da Vinci en el Hospital Universitario A Coruña (Chuac)
Urólogos operando con el robot Da Vinci en el Hospital Universitario A Coruña (Chuac)

Urología roza ya las 200 intervenciones, la mayoría de tumores de próstata

15 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Coincidiendo con el Día de la Salud Prostática, que se conmemora este jueves, el servicio de Urología del Hospital Universitario A Coruña (Chuac) ha hecho balance de la actividad desarrollada desde su última gran incorporación tecnológica, el tan esperado y demandado robot Da Vinci. Desde su puesta en marcha en las siete áreas sanitarias de la comunidad gallega el 20 de julio del año pasado, los cirujanos del hospital coruñés lo han utilizado para tratar casi doscientos casos. «Somos el hospital de Galicia que más opera con el robot», subraya Venancio Chantada, jefe de los cirujanos urológicos del complejo herculino.

Tal y como se preveía, ya que es una de las indicaciones más frecuente de la cirugía robótica, el cáncer de próstata fue la intervención más practicada: realizaron 168 prostatectomías radicales.

Reconstrucción de vejiga

Además, llevaron a cabo tres intervenciones para extirpar tumores suprarrenales y siete cistectomías por cáncer vesical, una operación en la que el robot se utiliza además para confeccionar una nueva vejiga utilizando el intestino del paciente.

«También hicimos trece nefrectomías parciales por tumores renales, un reimplante uretral por estenosis y una inguinoscopia para extirpar ganglios en un paciente con cáncer de pene», detalla el especialista.

«La aplicación en cirugía oncológica es clara, en cáncer renal, suprarrenal y vejiga, y sobre todo en el de próstata, que era desde un inicio la principal indicación porque es una cirugía funcional: se trata no solo de quitar el tumor, sino de hacerlo con el menor daño posible, de forma que el enfermo conserve la continencia urinaria y la función sexual», explica Chantada en alusión a que la gran mayoría de los pacientes son personas activas sexualmente.

El responsable del equipo, que asegura estar muy satisfecho de los resultados obtenidos, destaca además la mejoría constatada con la aplicación de la cirugía robótica. «Ya estábamos consiguiendo cifras y resultados muy buenos con la cirugía laparoscópica, pero ahora hemos visto que con el robot el paciente recupera mucho antes sus funciones», subraya.

Tras la intervención, el enfermo permanece con sonda entre 10 y 12 días, y una vez se retira «hemos tenido algunos pacientes operados con el Da Vinci que al día siguiente ya controlaban la orina bastante bien y la práctica totalidad en 15 días tienen un control perfecto».

«Todos los pacientes nos preguntan si los vamos a operar con el robot»

Al margen de los beneficios de la cirugía robótica, que aporta precisión y reduce complicaciones, en evitar la incontinencia urinaria asociada a otras técnicas quirúrgicas más convencionales, una de las ventajas muy apreciadas por los pacientes es la de limitar posibles secuelas tan relevantes como la disfunción sexual. «Tras la cirugía les damos un fármaco que estimula el riego sanguíneo y en poco tiempo recuperan la erección», señala el cirujano.

«Las cifras en preservación de las funciones son superiores con el Da Vinci que las de la cirugía laparoscópica», insiste el jefe de urología del Chuac, si bien también puntualiza que «el robot no está indicado para todos los casos». «Si alguien ya tiene problemas de incontinencia o de disfunción sexual —explica—, la cirugía robótica no le va a devolver nada, pero sí facilita que no pierda más y que conserve las capacidades que ya tiene».

Para conocer con mayor detalle los resultados y evolución y cifrar el margen de mejora, en primavera esperan tener listo un estudio pormenorizado con el seguimiento de los 200 primeros pacientes durante seis meses. Venancio Chantada asegura que «las expectativas son muy buenas» y así lo han entendido también los posibles usuarios ante las perspectivas de resolver un problema de salud sin secuelas: «Todos los pacientes nos preguntan si los vamos a operar con el robot», afirma.

 Sentado ante una consola. «Es como si estuvieses navegando por dentro del paciente», explica el jefe de urología sobre operar con el Da Vinci. El cirujano trabaja más cómodo, sentado y manejando los brazos del robot desde una consola. La tecnología ofrece una visión súper amplificada del interior del cuerpo, en el que se introduce el material quirúrgico por mínimos orificios, y el robot reproduce los movimientos ordenados por el médico para cortar, cauterizar, extirpar... sin riesgo de temblores.