Santiago Vázquez: «Estamos sufriendo los efectos de una mala selección del arbolado urbano»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

F. M.

El vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat achaca las recientes caídas de árboles a la elección errada de especies plantadas

12 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En menos de una semana se registraron en la ciudad varias caídas de ramas de dimensiones considerables, como la de la plaza de la Tolerancia e, incluso, la caída de un árbol en el Barrio de las Flores. Según el especialista Santiago Vázquez, (A Coruña, 1973), vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat, esto obedece a la coincidencia de una serie de factores ambientales, unidos a una mala selección del arbolado urbano realizada décadas atrás.

—¿Por qué se producen estas caídas?

—Es algo que entra en la normalidad. En los últimos días de verano falta agua en el suelo y suele haber vientos fuertes. Ese estrés hídrico que tiene el árbol facilita que se rompan ramas o, incluso, que caigan los árboles. Y eso ocurre porque todavía mantienen toda esa masa foliar que hace de vela. Se junta todo.

—¿Puede hacerse algo al respecto para prevenir futuras caídas?

—Sin duda. Es que la causa principal de las caídas es una mala selección de las especies plantadas. Es algo que se ha producido históricamente, pero cuyos efectos notamos ahora, que ya han crecido. De hecho, estos dos ejemplares que han dado problemas estos días en la ciudad, un álamo blanco y un chopo negro, son árboles que se plantaron hace décadas con la idea de que crecieran rápido, sin tener en cuenta nada más. El destino forestal de este tipo de árboles suele ser hacer pasta de papel, es decir, que son maderas muy blandas. Y eso unido a la geología que tiene el terreno en nuestra ciudad, que tenemos muy poco suelo, desemboca en estas caídas. Y a esto hay que sumarle los problemas comunes de plagas, contaminación, apertura de zanjas cerca del tronco... El arbolado urbano sufre mucho.

—¿Cómo puede afectar la apertura de una zanja a un árbol?

—La altura y el ancho que puede tener la copa de un árbol sin podar es el espacio que puede llegar a ocupar el sistema radicular del ejemplar. Por eso cualquier obra que se ejecute en las proximidades de un árbol —canalización del gas, alcantarillado, telefonía...—, puede afectar a la raíz. Se abre una zanja y se le hace una herida por la que, como nos pasa a nosotros, les puede entrar una infección. Y eso, sumado a las condiciones de humedad que tenemos en esta ciudad, puede generar graves problemas.

—Dice que en A Coruña tenemos muy poco suelo.

—Tenemos zonas de relleno, zonas muy graníticas... Por eso es fundamental, sobre todo en una ciudad como la nuestra, con estas características, que el Ayuntamiento cuente con un plan director del arbolado. Que cuenten con especialistas que aconsejen qué árboles pueden plantarse en cada lugar, cuáles podrían plantear problemas teniendo en cuenta el suelo que hay para todo lo que se plante en el futuro. Y no pensar tanto en la especie desde perspectivas puramente ornamentales, ni escogerlas porque quedan muy bonitas o porque crecen muy rápido.

—¿Qué especies serían las idóneas para nuestra ciudad?

—En Hábitat siempre hemos apostado por especies autóctonas. Y puede convivir perfectamente lo ornamental con lo autóctono. Pero sobre todo en parques y jardines grandes recomendamos siempre especies autóctonas, ya que tenemos una diversidad fantástica y que son las mejor adaptadas a nuestra zona. Además, presentan mayor ayuda al medio ambiente por sus servicios ecosistémicos, ya que aves e insectos propios de nuestro ecosistema puedan alimentarse de estas especies autóctonas, que son a las que están habituados.

—¿Habría que plantearse una renovación del arbolado urbano?

—No estoy diciendo que haya que cortar árboles, ni mucho menos. Pero sí hay que escoger mejor los que se planten. No tiene sentido volver a colocar un ejemplar idéntico al que acaba de caerse sin plantearse por qué se ha caído. Son errores del pasado que nos toca enmendar. Me consta que se hacen revisiones constantes del arbolado de la ciudad y que cuando hay que hacer una tala, que es algo que a todos nos duele muchísimo, la explican y razonan siempre muy bien. Dedicarle tiempo y recursos a esta elección de especies es la clave para tener un arbolado longevo en la ciudad y que cumpla el papel que todos deseamos.

«Nuestro lema es estudiar para conservar. No se puede proteger lo que no se conoce»

El Grupo Naturalista Hábitat se fundó en 1979. Son 43 años dedicados al conocimiento y la conservación del medio natural. «Llevo más de 25 años en el grupo y pasé por todos los puestos: fui secretario, presidente siete años... Es una parte de mí», explica Santiago Vázquez.

—¿Qué le llevó hasta Hábitat?

—Ya los primeros recuerdos de mi vida vienen de la naturaleza, de la observación de animales, de curiosear y tocar las plantas. La verdad es que no soy capaz de devolverle a esta entidad, ni a la naturaleza, lo que me ha aportado.

—¿Cuál es el objetivo del grupo?

—Nuestro lema es «Estudiar para conservar», porque no se puede proteger lo que no se conoce. Por eso la labor de Hábitat gira en torno a la educación ambiental, es la manera de que la gente se implique en la conservación de la naturaleza.

—Han hecho un sinfín de actuaciones en diferentes lugares.

—Espacios emblemáticos de nuestras acciones son Baldaio, Cecebre, las Fragas do Eume... Y por supuesto la torre de Hércules donde, por un convenio que tenemos con el Ayuntamiento, estamos extrayendo una especie invasora que se llama uña de gato para devolverle el espacio a nuestra vegetación autóctona.

—¿Cuántos socios son?

—Actualmente tenemos cerca de 300 socios y de una calidad increíble. Pueden no parecer muchos dada la cantidad de actividades que hacemos, ya que en los últimos años hemos pasado de diez a cien acciones anuales. Vivimos en una sociedad en la que nos apuntamos enseguida a cualquier red social, pero en la que sigue costando mucho implicarse personalmente en determinadas causas que requieran parte de tu tiempo libre.