Los okupas de la Cocina Económica de A Coruña abandonan el inmueble pacíficamente

A CORUÑA

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La empresa encargada del desalojo no tuvo que intervenir después de que la entidad benéfica convenciera a los seis usurpadores

09 sep 2022 . Actualizado a las 16:46 h.

El número 114 de la calle Orzán de A Coruña ha vuelto a manos de la Cocina Económica. Los seis okupas que residían en este inmueble en ruinas han cambiado de opinión y decidieron abandonar la casa. Minutos antes de que llegase la empresa de desokupación, responsables de la entidad benéfica hablaron con ellos y les hicieron entrar en razón. Aceptaron marcharse sin necesidad de que la empresa especializada DIO Express actuase. 

Según precisa Óscar Castro, coordinador de la Cocina Económica, es un día triste para la institución porque «un desalojo siempre es traumático». Pero la entidad se vio obligada a contratar a una empresa debido a que llevaban dos años denunciándolo en los tribunales sin éxito, la entidad necesita ese inmueble para dar mejor servicio y la presencia de los okupas convirtió la zona en peligrosa. Óscar Castro lamentó que la decisión de recurrir a una empresa de desokupación molestase a algunos socios. 

La mujer que llevaba la voz en la casa okupada, que la abandonó sin problema alguno, alquilaba habitaciones. Al despedirse, dijo que se iría a Vilaboa, en Culleredo.

El inmueble allanado en el 114 de la calle Orzán de A Coruña y que pertenece a la Cocina Económica fue usurpado por una mujer hace dos años. Y creó un hotel para okupas. Cobraba la habitación a la mayoría de los que ahí habitaban. El edificio es de dos plantas con buhardilla y cuenta con varias habitaciones. Quien estaba al mando y dos amigos disfrutaban de las mejores y el resto están destinadas al alquiler.

La directiva de la Cocina Económica, que ya había denunciado a los okupas sin éxito alguno antes de tomar la decisión de contratar a la empresa, una vez comprobado que los usurpadores tienen ingresos para afrontar el alquiler de una habitación, exigió que el desalojo se llevase a cabo sin usar la más mínima violencia.

No ha sido una, sino dos veces, las que el número 114 de la calle Orzán fue okupado. La primera, hace casi cinco años. Dos jóvenes se hicieron con la casa y ahí estuvieron hasta que en el 2020 les abrieron sus puertas a unos okupas que habían sido desalojados de un inmueble cercano. Lejos de agradecer la invitación y comportarse, convirtieron los pisos en un infierno, por lo que los primeros terminaron yéndose.